Un atraco a punta de pistola en Cervantes destapa la vulnerabilidad de la banca rural
El atracador tuvo tiempo de encañonar a la única trabajadora de Caixa Rural Galega, llevarse la caja, encerrarla y huir hacia la autopista sin que nadie se percatase.
La habitual tranquilidad del pequeño municipio lucense de Cervantes, en la comarca de Os Ancares, se vio rota a primera hora de este viernes. Un hombre atracó a punta de pistola la sucursal de Caixa Rural Galega, logrando un botín que podría ascender a 90.000 euros. El suceso ha conmocionado a los vecinos y ha puesto de nuevo el foco en la desprotección y la vulnerabilidad que sufren los servicios básicos en la Galicia rural.
Los hechos ocurrieron sobre las ocho y media de la mañana, poco antes de que la oficina, situada en la Rúa Diputación, abriese sus puertas al público. Según fuentes cercanas a la investigación, el asaltante, un hombre de mediana edad, habría esperado a la única empleada de la sucursal en las inmediaciones.
Cuando la trabajadora se disponía a volver a su jornada laboral, fue abordada por el individuo. El atracador iba disfrazado con una peluca y usaba guantes para no dejar huellas. Esgrimió un arma de fuego, que la víctima no pudo precisar si era real o de fogueo, para intimidarla y forzarla a entrar de nuevo en las instalaciones.
Una vez dentro de la oficina, el hombre encañonó a la empleada y la arrastró hasta la zona del despacho donde se ubica la caja fuerte. Bajo amenazas, la obligó a proceder a la apertura de la misma. El atracador se apoderó de todo el dinero en efectivo que había en su interior.
Tras hacerse con el botín, el delincuente huyó a la carrera, perdiéndose por las calles de la localidad y dejando a la empleada encerrada dentro de la sucursal. La mujer, víctima de una crisis nerviosa, pudo poco después dar aviso a las fuerzas y cuerpos de seguridad para alertar de lo sucedido.
Varias patrullas de la Guardia Civil se trasladaron inmediatamente a la zona. Los agentes iniciaron la investigación y prestaron asistencia a la trabajadora. Se activó un amplio dispositivo de búsqueda para tratar de localizar al asaltante.
La principal línea de investigación apunta a que el atracador pudo haber huido en un vehículo que le estaría esperando en las proximidades. La Guardia Civil baraja la hipótesis de que su ruta de escape fuese en dirección a Becerreá, buscando la incorporación a la autovía A-6 para facilitar su fuga.
Aunque la entidad bancaria todavía no ha realizado una valoración oficial del dinero sustraído, las primeras estimaciones de los investigadores sitúan la cantidad robada en una horquilla de entre 60.000 y 90.000 euros.
Este atraco ha supuesto un duro golpe para la sensación de seguridad en Cervantes, un municipio enclavado en las montañas de Lugo, marcado por una fuerte despoblación y el envejecimiento de sus habitantes. Sucesos de esta naturaleza ponen de manifiesto la fragilidad de la Galicia interior.
El riesgo de las oficinas unipersonales
El debate sobre la seguridad de las sucursales bancarias en el rural no es nuevo. Los sindicatos del sector financiero llevan años denunciando el riesgo que asumen los empleados en las oficinas unipersonales, como era el caso de esta de Cervantes. La falta de personal y la menor presencia policial en estos núcleos facilitan que se conviertan en un objetivo para los delincuentes.
La oficina atracada pertenece a Caixa Rural Galega, una cooperativa de crédito muy arraigada en la provincia de Lugo. En un contexto generalizado de exclusión financiera, donde las grandes entidades bancarias han cerrado la mayoría de sus oficinas en los municipios pequeños por considerarlas poco rentables, la permanencia de bancos como Caixa Rural se considera un servicio esencial para la población.
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