El 'catolicismo cool', o cómo darle la vuelta a la falta de creyentes jóvenes
El número de jóvenes que se declaran católicos creyentes y practicantes estaría aumentando según algunos datos. Detrás estarían movimientos como Hakuna que cuentan con el apoyo de la Iglesia y que atraerían a gente joven a las iglesias. Sin embargo, hay quien ve detrás de este movimiento y esta aparente religiosidad un fenómeno puntual y no tan creyente
En un país inmerso en un avanzado proceso de secularización y creciente indiferencia religiosa como España, el auge de movimientos como Hakuna desafía esa narrativa de abandono sobre lo religioso. Si ello es así, estaríamos ante una aparente paradoja: el resurgimiento de un catolicismo de alguna forma atractivo para los jóvenes, sobre todo aquellos procedentes de un entorno urbano. Este fenómeno, conocido como "catolicismo cool" o, en ocasiones, "catolicismo pop", se ha convertido en un fenómeno socio-religioso muy visible en la España contemporánea.
El término "catolicismo cool" describe una nueva forma de vivir y comunicar la fe. Sus características principales son un cuidado estético muy elaborado, una presencia dominante en las redes sociales y un vínculo estrecho con la cultura pop. Tal como lo definen los profesores Rafael Ruiz Andrés (Departamento de Sociología Aplicada, Universidad Complutense de Madrid), Ignacia Perugorría (Departamento de Sociología y Trabajo Social, Universidad del País Vasco) y Joseba García Martín (Departamento de Sociología y Trabajo Social, Universidad del País Vasco), este concepto (acuñado por la sociología estadounidense) se refiere a un catolicismo moderno, inmerso en la cultura pop y con una fuerte vocación evangelizadora.
El actuar de este movimiento “cool” hace que, por una parte, la religión resulte más atractiva para los jóvenes ya creyentes, y por otra, la hace más "accesible" para aquellos que no tienen un conocimiento profundo del catolicismo. El "catolicismo cool" quiere hacer ver la religión como algo novedoso, cercano y, sobre todo, atractivo. Un ejemplo esá en la popularidad de sacerdotes y religiosas influencers.
¿Aumenta el número de jóvenes creyentes? La evidencia del CIS
La visibilidad del "catolicismo cool" podría sugerir un aumento en el número de jóvenes creyentes en España. Sin embargo, datos del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) dibujan una realidad macroestructural diferente. A pesar de los reportajes sobre el supuesto "despertar católico", las cifras generales apuntan a un retroceso de la fe entre las nuevas generaciones.
Según el CIS, la caída de personas que se declaran católicas ha sido drástica. El grupo de 18 a 24 años es el que ha perdido el mayor porcentaje de católicos, cayendo del 78,1% en febrero de 1990 al 28,2% en octubre de 2021. Datos más recientes (abril de 2025) indican que solo un 35% de los jóvenes se considera católico, frente al 46% antes de la pandemia. En este contexto de declive religioso, el movimiento Hakuna se presenta, en palabras de Joseba García, como una "rareza sociológica".
Hakuna: origen, filosofía y motor de expansión
Hakuna nació entre 2012 y 2013, impulsado por el sacerdote José Pedro Manglano. El germen fue la convocatoria que Manglano hizo a varios jóvenes de su parroquia para participar en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Río de Janeiro en 2013. Inicialmente, el grupo surgió como un grupo parroquial ligado al Opus Dei, expandiéndose por centros y colegios de esta prelatura en Madrid. La separación formal del Opus Dei se materializó en 2020, aunque para 2017 ya se había constituido como "asociación privada de fieles" y había creado la Fundación Hakuna.
El nombre, según Joseba García, proviene de la expresión suajili "hakuna matata", popularizada en la película El Rey León. Se traduce como "no hay problema" y simboliza el núcleo de Hakuna: la confianza y la alegría de ser cristiano.
La clave de su éxito en un entorno secularizado es la banda musical Hakuna Group Music (HGM), considerada el "corazón" del movimiento. El grupo acumula más de catorce millones de reproducciones en Spotify y cientos de millones de visualizaciones en TikTok. Es la música lo que "engancha" al espectador secularizado y lo que lo retiene en un ambiente de catolicismo más experiencial que dogmático, donde "creer es... equiparable a 'bailar y dejarse de historias'". Este uso experto de las redes sociales favorece la expansión del movimiento.
Sesgos “clasistas” y ...¿ultraderecha?
Respecto a un posible sesgo clasista en el movimiento, Joseba García, profesor Adjunto de sociología en la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea, aclara que, si bien Hakuna se dirige a todo el mundo, su base inicial proviene de centros educativos y universidades vinculados al Opus Dei. Y, aunque la base es hoy más diversa, su estética, su lenguaje y su estilo de vida "reflejan los códigos de una juventud urbana y de clase media o media-alta".
Además de esto, hay voces que señalan una hipotética relación entre el resurgimiento católico juvenil y el auge de la ultraderecha. Ruiz Andrés, Perugorría y García Martín analizan la irrupción de Hakuna en diálogo con la literatura que piensa la emergencia de organizaciones religiosas en clave de "guerra cultural".
Los tres autores apuntan a una evolución paralela de dos fenómenos en España: un incremento de las tendencias conservadoras del catolicismo desde inicios del siglo XXI y la polarización política. Esto ha provocado que parte del cultural backlash (respuesta negativa en contra de algo) en España se centre en temas que convergen con las preocupaciones de sectores católicos, como la oposición al multiculturalismo y los derechos LGTBI.
Sin embargo, Hakuna se diferencia de las organizaciones católicas que participan activamente en el campo "anti-derechos". Este movimiento existía y ya era exitoso antes de la irrupción de VOX. Mientras otros actores se centran en dinámicas morales e identitarias, Hakuna se presenta primordialmente como una propuesta de vida en torno a una experiencia religiosa.
La estrategia de Hakuna es explícitamente no confrontativa, basada en una lógica de "amigo-amigo" que busca "sincronizar identidades" y reagrupar al fragmentado campo católico español, presentándose como 'forofos de todos'.
Presencia en Galicia
En cuanto a la presencia del movimiento en Galicia, Joseba García indica que, aunque Santiago de Compostela tiene un valor simbólico enorme como centro de peregrinación, Hakuna "no ha hecho de la ciudad un foco principal, aunque tiene presencia en ella".
El profesor Adjunto de sociología en la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea subraya que el movimiento se expande más por redes que por territorios, con su epicentro en Madrid y presencia en casi todas las grandes ciudades españolas. Sin embargo, el Camino de Santiago y otros espacios de espiritualidad sí encajan perfectamente con la sensibilidad del “catolicismo cool”: jóvenes que buscan una vivencia más emocional, estética y menos doctrinal, encontrando en lugares como Santiago, Lourdes o Roma "escenarios naturales" para este tipo de religiosidad.
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