El juez Llanera le pone la proa a Puigdemont y este a ERC

La cuesta de enero siempre se dice que es complicada por los gastos que se han realizado en las fiestas navideñas, que durante unos meses van a repercutir en la mayoría de los bolsillos de las familias hasta que puedan reponer una parte de lo gastado. Ahora la cuesta de enero también está siendo complicada en el panorama político y judicial, agravada por la reforma del Código Penal que entró en vigor este jueves. Con esta nueva situación jurídica, los magistrados del Tribunal Supremo que juzgaron en su día la causa del procés han dado un plazo de 8 días a Junqueras y al resto de políticos que fueron condenados, y a los que huyeron y siguen sin ser juzgados, para que presenten alegaciones sobre el efecto que puede tener sobre sus condenas.

Sabido es que con la nueva modificación se deroga el delito de sedición y se modifica el de malversación, dos de los delitos que les fueron impuestos en la sentencia del Supremo a los políticos del procés. Ahora lo que toca esperar con la modificación es que se deberán revisar las penas impuestas para aplicar el Código Penal más favorable a los condenados/indultados.

El meollo de la cuestión se plantea con el expresidente Carles Puigdemont, sobre el que el juez Llanera ha dictado un auto en el que se pronuncia sobre el y el resto de políticos huidos al extranjero: los exconsellers Toni Comín, Lluis Puig y Clara Ponsatí, y la secretaria general de ERC, Marta Rovira.

El expresident Puigdemont está que trina con el juez Llanera, no es nuevo. Este le ha eliminado el delito de sedición, pero ha mantenido el de malversación - que está castigado con penas de 4 a 12 años de cárcel y de 10 a 20 años de inhabilitación- y ha incluido también el de desobediencia. Ha dejado sin efecto la euroorden por lo que podrá circular libremente por toda Europa, pero mantiene la orden de busca y captura en territorio nacional. Es decir que, si quiere volver a Catalunya, será detenido. Esta situación está siendo para él “inaceptable”, y se compara con la situación actual de Junqueras, que es probable que pueda presentarse a las próximas elecciones autonómicas que se celebran dentro de tres años si no se produce un adelanto.

Carles Puigdemont no perdona a los republicanos que no le hayan echado una mano - ¿cómo, si está huido?- y ve como su inhabilitación trunca su sueño de volver a ser presidente de Catalunya. Es por eso que se siente abandonado, y sin posibilidades de volver a Catalunya sin ser arrestado. Sabe que le pueden indultar, pero antes ha de seguir los pasos de los políticos condenados: primero ir a prisión, segundo ser juzgado y tercero ser indultado, cosa que de momento no está dispuesto hacer. Mientras eso no se produzca, Puigdemont lo tiene mal con su vuelta y sus aspiraciones políticas quedan truncadas.

Ante este panorama, el expresidente está intentando retomar el “liderazgo” de la confrontación con el objetivo de que el gobierno de Pedro Sánchez se sienta presionado, ejemplo de ello es la manifestación de protesta del próximo día 19 con motivo de la cumbre hispano francesa que se celebra en Barcelona. El segundo objetivo del huido es el dejar a los republicanos como traidores. Quizás por eso, a ERC no le ha quedado más remedio que dividirse los papeles: Junqueras en la cabeza de la manifestación y Pere Aragonés, como presidente de la Generalitat de Catalunya, participando en el encuentro. Es lo que se dice popularmente que ERC estará en misa y repicando. Es lo que le toca si no quiere darle más motivos a Puigdemont para criticarlos, y es que Puigdemont en estos momentos aún tiene que digerir la nueva situación. Visto lo cual, este enero la cuesta aun será más dura de aguantar.