¿Y qué hay de lo mío? O porqué el SERGAS deja a todos los médicos cobrar de la privada

Agustín Bravo López

Portazoz de la Asociación Batas Blancas, asociación sin animo de lucro que reúne a profesionales relacionados con la medicina de forma directa o indirecta, que creen en una medicina ética, basada en la evidencia y orientada hacia el paciente, de calidad tendente a la excelencia, con una administración honesta y transparente y unas relaciones personales basadas en el respeto y la tolerancia.

De todas las imágenes y hechos  que se están produciendo en Galicia con motivo de la grave crisis que sufre la Sanidad en nuestra Comunidad, las que nos han causado más bochorno, estupor o vergüenza ajena han sido las dos siguientes: La primera, ha sido la reunión que tuvo el presidente de la Xunta con el Consejo Galego de colegios médicos, reunión que, por cierto, el señor Rueda no habrá considerado importante tener con otros colectivos mucho más representativos y conocedores de los problemas sanitarios (pacientes/usuarios, sindicatos, trabajadores sanitarios, asociaciones de enfermos y otros colectivos) y, segunda, las asambleas, manifestaciones públicas y amenazas de huelga del sindicato de médicos gallego O‘mega.

 

Y, realmente, lo que nos ha producido esta profunda preocupación en los profesionales sanitarios integrados en la Asociación  Batas Blancas (ABB)  ha sido una de las propuestas estrella, tanto de los colegios profesionales como del sindicato O’ Mega -será casualidad que el vicepresidente primero del colegio de Pontevedra sea a su vez el secretario general del sindicato y que muchos de los directivos de los colegios tengan actividad privada-, para solucionar parte de la crisis sanitaria y que ha sido la supresión del complemento específico o de dedicación exclusiva al sistema público de salud y dejar compatibilizar a todos los médicos que lo deseen, actividad privada con su actividad en el Sergas.

 

Y, más preocupante, es que el señor Rueda, se haya hecho eco de esta demanda y le haya ordenado a su conselleiro en que no se demorase en su materialización. Reivindicación, que por cierto llevaban tiempo planteando, y que el señor Núñez Feijóo nunca había aceptado ni considerado, consciente del grave daño que esto haría.

 

Después, nos lamentamos que la ciudadanía pierda, totalmente, la confianza en las instituciones públicas y en quienes, en teoría, nos representan y hemos elegido para que defiendan nuestros intereses en beneficio del bien público y mayoritario.

 

Reunion del presidente de la Xunta con representantes de los colegios mu00e9dicos de Galicia esta primavera en una foto de archivo de EP
Reunion del presidente de la Xunta con representantes de los colegios MÉDICOS de Galicia esta primavera en una foto de archivo de EP


¿A quién representan, tanto los colegios médicos, como el sindicato O'Mega, cuando hacen esta reivindicación? Sin duda, a ellos mismos.


Nunca se ha hecho un referéndum entre los colegiados o afiliados a ambas instituciones, ni nunca se consensuó este tema entre los afectados. Menos de un 8 % de los médicos que trabajan en el sector público compatibilizan con otra actividad privada y, los que trabajamos en ella, siempre se ha vivido, en todo caso, como una reivindicación económica, por los bajos salarios que hay en el Sergas.


El pluriempleo en los médicos, profesión que requiere de gran dedicación, carga emocional y de formación continuada, después de un mínimo de 7 horas diarias muy intensas en su actividad pública, más guardias, actividad extraordinaria, etc., es muy difícil que, si se tuviesen las necesidades económicas cubiertas, sea una reivindicación masiva para querer trabajar más horas diarias haciendo lo mismo en un sector distinto pero que, al final, atiende a la misma población.


Hablamos de la misma población, porque en Galicia, todos los centros hospitalarios privados están concertados con el Sergas y en todos se atienden pacientes derivados del sistema público.


Está más que comprobado que, permitir la compatibilidad en el ejercicio profesional entre lo público y lo privado podría favorecer la corrupción, la prevaricación, el cohecho y el trato de favor en, sobre todo, especialidades con amplias listas de espera. No nos olvidemos, que estamos hablando de funcionarios públicos.
La dedicación exclusiva en todo el mundo y en todos los sectores siempre ha ido muy ligada a los trabajadores del conocimiento, y, precisamente por esto es que, por beneficio del propio trabajador y por la empresa donde trabajan (pública o privada), se hace imprescindible.


En el sector sanitario español, donde la única formación médica especializada (sistema MIR) es con financiación pública y gratuita, el que no se exija esta dedicación al sistema público, al menos hasta la amortización de esta inversión, parece más que obvio.


El pluriempleo no refleja más que la actividad principal está muy mal retribuida y que los profesionales sacrifiquen su vida familiar, su imprescindible formación continuada, sus necesidades de ocio, de descanso, etc., en que el salario público no es suficiente para cubrir sus necesidades básicas.


Lo acordado entre la Conselleria de Sanidade y los colegios de médicos, al final, ha sido mucho más grave de lo planteado inicialmente. No se ha conseguido igualar el complemento específico, es decir, que los médicos que ya compatibilizaban las dos actividades cobrasen los 900 € brutos/mes de diferencia, sino que autorizan el que todos los médicos que lo deseen podrán trabajar en el Sergas y en los hospitales privados concertados.


Es totalmente falso e imposible de cumplir el que solo podrán actuar en pacientes no remitidos vía concierto. El hospital es un todo, no puede tratar a un paciente como algo aislado. Todos los servicios están interconectados y la atención siempre es multidisciplinar. Las interconsultas, analíticas, hematología, pruebas de imagen, etc. son imprescindibles en todos los pacientes, ingresen por lo que ingresen y, no nos olvidemos, que los conciertos son tan amplios que admiten a casi a todo tipo de pacientes y pluripatologías.


En definitiva, esta resolución, para los miembros que integran la ABB, es de las más graves que ha tomado la Xunta de Galicia en los últimos años y, no nos cabe la mínima duda, de que solo beneficiará a los grandes grupos empresariales sanitarios privados que se han adueñado de todos los hospitales privados en todas las provincias gallegas, siendo un paso más hacia la privatización del sistema sanitario gallego con graves perjuicios para toda la población de nuestra Comunidad Autónoma.


¿Alguien cree que esta medida evitará el que algún médico abandone el Sergas y solo se dedique a la actividad privada? No se conoce de ningún médico de familia de los centros de salud o PAC del Sergas que lo haya abandonado para dedicarse en exclusiva a un centro concertado y si es, con carácter retroactivo, ¿significaría esto que en la actualidad ya se está tolerando el que haya médicos en situación ilegal?


Lo que si se nos confirma cada día que pasa es porqué el señor García Comesaña sigue al frente de la sanidad gallega y que el señor Rueda sigue fielmente la misma política que marcó su predecesor.


No sería mucho más congruente que se implementaran medidas de refuerzo y consolidación del sistema público, retribuciones acordes a la responsabilidad y formación de los médicos, medidas de fidelización y estabilidad, beneficios sociales y familiares, respeto y consideración, participación, exclusividad bien reconocida y eficiencia en el uso de las instalaciones ¿Alguien se pregunta cómo es posible que se mantengan instalaciones tremendamente costosas funcionando solo 6 horas al día mientras, se remiten, masivamente, pacientes a los centros privados? Ya está bien de este engaño sanitario. La sanidad es nuestra y la queremos pública y universal.

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