Elecciones vascas y catalanas: los independentistas se la juegan

Las elecciones vascas empiezan oficialmente su campaña. Se presentan interesantes por conocer si EH Bildu dará el sorpasso al PNV, pero creo que no. Si fuera así, Bildu pediría a los socialistas vascos que dieran su apoyo al gobierno, desde dentro o desde fuera, aunque el PSV quiere seguir manteniendo su plácido pacto con el PNV. A los dos les va bien, especialmente a los nacionalistas. El interés está en los resultados y la formación de gobierno, porque el PP en Euskadi tiene su cupo y si no se produce un milagro seguirán donde estaban. La lucha entre Sumar y Podemos estará presente en esta campaña. Se presentan por separado, división de votos, que da como resultado que ninguna de las dos formaciones consiga representación. Vox, que actualmente tiene uno, es posible que lo mantenga.

En Catalunya, la convocatoria del 12 de mayo está aportando nerviosismo sin aun comenzar oficialmente la campaña. El enfrentamiento abierto entre ERC y Junts no se oculta. Es la batalla por quien es el partido más auténtico del independentismo. El que ha conseguido apretar más las tuercas al presidente Pedro Sánchez para lucir en su pecho más medallas, entre ellas la ley de Amnistía, que aun estando aprobada por el Congreso, se encuentra parada en el Senado, que agotará al máximo los plazos para devolverla al Congreso y ser aprobada definitivamente: aplicarla hacer borrón y cuenta nueva con los que tienen causas judiciales pendientes: Todo lo ocurrido habrá sido un sueño, no precisamente de verano. No obstante, queda el escollo de la justicia española y la europea.

Al enfrentamiento de Junts, que concurren con las siglas Junts+Puigdemont per Catalunya como enganche de votos, se le suma la formación Alhora constituida por Clara Ponsantí y Jordi Graupera- dos desilusionados del huido y ERC-, y la Alianza Catalana de Silvia Orriols, que ha generado preocupación entre el sector independentista. Las encuestas que van a salir a lo largo de la campaña, unas cuantas, van a ir situando a las formaciones en un lugar previsible. Las encuestas no son fiables, pero si indicadoras de tendencias. Así que conforme vayan pasando los días, se acerque la fecha fatídica y las encuestas vayan reafirmando los datos , los nervios se van a hacer más evidentes y consecuentemente las salidas de tono se acrecentarán, el espectáculo estará servido. Mientras, el PSC sigue siendo señalado como el partido mejor situado para ganar en las urnas. Ganar si, gobernar es otra cosa. De todas maneras, la cautela debería ser el arma de los socialistas, no hay que echar las campanas al vuelo antes de conocer los votos.

Tras las votaciones, y según los resultados, vienen los pactos. Nadie va a conseguir la mayoría absoluta, está claro que no. Los escenarios que se presentan tras los hipotéticos resultados son dos: o los socialistas pactan con los republicanos-  con permiso de los Comunes de Colau que quiere entrar en el trato- o acuerdo de todos los partidos independentistas - sin Aliança Catalana- que puedan sumar. Con tanto partido independentista, se hace casi imposible el pacto, pero no imposible del todo.

Quedan en el escenario los resultados del PP y Vox. Según vaticinan los sondeos, los populares pueden triplicar el número de diputados a costa de Ciudadanos, mientras Vox se mantiene o baja. Lo de Ciudadanos sería una pena su desaparición, siempre lo digo, es bueno que haya un partido de centro. Con este panorama, es posible que todas las conjeturas que se están planteando hagan imposible un pacto. ¿Qué sucederá entonces? Amén de una desgracia, puede significar que se vuelva a plantear nuevas elecciones. Catalunya se ha convertido en los últimos años en un laboratorio electoral, sin que se haya conseguido realizar una fórmula que inmunice del virus que está terminando con demasiadas cosas.  Decía el filósofo Heráclito que “los grandes resultados requieren grandes ambiciones “,

Así que, con tantas elecciones, la ciudadanía va a estar más que entretenida, o saturada hasta el gorro.