Coordinador Provincial UCIN Galicia (Unión de Ciudadanos Independientes)
El Día de Galicia, también conocido como Día da Patria Galega, se celebra el 25 de julio, día de la festividad del apóstol Santiago el Mayor, según el decreto de la Xunta de Galicia. En este día, los gallegos celebran su identidad y cultura. Es una jornada para la reivindicación de la cultura y la identidad gallega, con actos institucionales y populares. Es importante destacar que la celebración del Día de Galicia no implica un concepto de "ganar" en un sentido competitivo, algo que los partidos políticos nacionalistas aún no han llegado comprender, sino más bien una afirmación de la identidad y la cultura gallegas. En un día como es el Día de Galicia lo que podemos decir es que la libertad es uno de los valores más trascendentes de la condición humana, ella nos permite crecer y desarrollarnos a plenitud y poder desarrollarnos en el ámbito social con una amplia conciencia en la razón de la existencia que nos permite actuar, comunicarnos y sentir.
Sin embargo, hoy en día, la situación geopolítica se encuentra muy lejos de esta afirmación. Asistimos a un auge significativo de los partidos de extrema derecha en toda Europa, la política de bloques y otras formas de autocracia que se están imponiendo en todo el mundo, cosa que por suerte en Galicia les cuesta. Nuestros gobernantes son los responsables de que los regímenes autocráticos vuelvan a superar en número a las democracias. Un dato clave es que el 72% de la población mundial vive en una dictadura. En Italia, Giorgia Meloni, líder del partido posfascista Hermanos de Italia, ganó las elecciones de septiembre de 2022 con el 26% de los votos, lo que le permitió asumir la jefatura del nuevo gobierno. VOX, en España, está ganando posiciones en el centro del tablero político, aunque el principal problema de Vox sigue siendo interno, carece de una estructura, algo fundamental para poder asaltar el poder en el sistema actual. Estos partidos se nutren de situaciones como la que vivimos en España en estos momentos. En nuestro país la trama de corrupción que afecta al PSOE y al Gobierno, a la que ahora se suma Montoro (PP) imputado, beneficiaría a empresas gasistas mediante reformas legislativas en su etapa de ministro, y a los 45 casos de corrupción del Partido Popular; Caso Gürtel, Caso Bárcenas, Caso Kitchen, Caso Púnica, Caso Nóos, Financiación ilegal del PP de Madrid, Caso Palma Area, Caso Pokémon (con ramificaciones en Galicia) etc.
Atravesamos una época convulsa, que al final también nos afecta a nosotros cómo gallegos. Vemos como líderes de partidos políticos se vuelven contra la democracia y las libertades, castigando a esta con la corrupción y fomentando lo que podría ser el preludio de un nuevo ciclo de extremismo en el conjunto del continente, algo que viene sucediendo desde hace por lo menos quince años.
La crisis financiera (2008-2012), la crisis de los refugiados (2015), la Guerra en Ucrania (2022), el conflicto entre Israel y Hamás (2023)... cada una de estas crisis brindó la oportunidad a los partidos de extrema derecha de explotar con fines electorales sus pretensiones, y si le sumamos la crisis económica que sufren las familias, especialmente entre las clases medias y trabajadoras, la subida de los precios son, sin ninguna duda, el motor de estos auges.
Tal vez deberíamos replantearnos las teorías de nuestros filósofos. Un ejemplo el pensamiento de Immanuel Kant, en su obra 'La paz perpetua', donde el poder reside en el pueblo. Esta teoría, replanteada por Michael Doyle en el siglo XX, sostiene las normas y valores democráticos, como el respeto mutuo y la resolución pacífica de conflictos.
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