Coordinador Provincial UCIN Galicia (Unión de Ciudadanos Independientes)
La verdad es que estoy cansado. Muy cansado. Cansado de ver cómo año tras año la política en Galicia y en España se convirtió en una red de intereses, favores cruzados y discursos vacíos. Cansado de escuchar promesas que nunca llegan a cumplirse. Cansado de comprobar cómo las personas comunes, los ciudadanos que madrugan, que trabajan, que pagan sus impuestos, que sacan adelante a sus familias, seguimos siendo invisibles para quien debería representarnos.
En Galicia, como en el conjunto de España, vemos cómo el debate político se convirtió en un espectáculo constante, alejado de la realidad de la gente. El que debería ser un servicio público, hoy es un campo de batalla de estrategias partidistas, donde importa más conservar sillones que construir futuro.
Yo no quiero resignarme. No quiero que nuestros hijos e hijas crezcan en un país donde la única opción sea aceptar la mediocridad o desconectar. Por eso, desde UCIN Galicia, creemos que es tiempo de dar un paso adelante: de pasar del descontento de las charlas de cafetería a la acción real.
Sé que muchos ciudadanos sienten el mismo cansancio que yo. Sé que cada elección se vota más con la nariz tapada que con la ilusión en el corazón. Y sé también que detrás de esa frustración hay un deseo inmenso de cambio. Ese cambio no vendrá de los mismos que llevan décadas engañándonos. Vendrá de personas comunes, de gente nueva, de ciudadanos con experiencia profesional y vital, que quieren poner el sentido común en el centro de la política.
Queremos un proyecto que no viva de las mentiras, sino de la verdad. Queremos una Galicia que no dependa de Madrid para todo, pero que tampoco se pierda en debates estériles.
Queremos una España moderna, honesta, que mire al futuro y no se atrape siempre en el pasado.
Cuando digo que estoy cansado, no es una rendición. Es un grito de alerta. Es la llamada a todos los gallegos y gallegas que, como yo, saben que otra política es posible. Ya no es suficiente con quejarse, ya no llega con indignarse en redes sociales o en las tertulias. Es hora de organizarse, de proponer, de sumar.
UCIN Galicia es una alternativa que nace de esa convicción: que los ciudadanos merecen otra voz, más clara, más sincera, más próxima. Que merecemos ser escuchados, no utilizados. Por eso, animo a todos los que comparten este cansancio a transformarlo en esperanza activa. A que no dejemos que nos sigan mintiendo en cada oportunidad, en cada elección, en cada titular. A que defendamos un proyecto distinto, honesto, sin ataduras y sin complejos.
Yo estoy cansado, sí. Pero no vencido.
Y sé que juntos podemos abrir un nuevo camino para Galicia y para España.
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