De cómo unas mesas de ping-pong prueban el posible poder de Jácome en una nueva Xunta

En un Ayuntamiento, el interventor municipal es crucial para garantizar la legalidad y la eficiencia en la gestión económico-financiera de la entidad local. Este profesional, generalmente funcionario de carrera, se encarga de fiscalizar y controlar la ejecución del presupuesto, velar por el cumplimiento de la normativa vigente en materia económica y financiera, emitir informes sobre la legalidad y adecuación de los actos administrativos que afecten a la hacienda municipal, así como participar en la elaboración de documentos contables. 

Su labor contribuye a asegurar la transparencia y la correcta utilización de los recursos públicos. Para protegerlos de las presiones de los alcaldes, las Cortes legislaron hace una década que pasaban a depender del Estado, no de los municipios. 

Pues bien, el alcalde de Ourense pretende cesar a su interventor, a quien acusa de “tiquismiquis”. Gonzalo Pérez Jácome le ha abierto un expediente para cesarlo. 
 

¿El motivo aducido? El líder de Democracia Ourensana asegura que el funcionario está obstaculizando sus proyectos a propósito, atrasando adrede la elaboración de informes imprescindibles.
 

"NO FIRMA LO QUE LE PIDE"

Por el contrario, fuentes de la oposición consultadas por Galiciapress rechazan la versión del mandatario. Alegan que el funcionario simplemente está cumpliendo su cometido, como hizo antes de que Jácome llegara al poder. El problema es, indican, que el grado de irregularidades administrativas del Gobierno de Democracia Ourensana es tal que, por pura aplicación de las normas, los proyectos encallan. 

“El motivo real es que no le rubrica los informes que él quisiera”, señala otra fuente conocedora del día a día en la Praza Mayor. 

Jácome en el expediente:  "... se informa a la persona afectada de la posibilidad de acordar con la Administración municipal la finalización del presente procedimiento y su adscripción provisional a otro puesto de trabajo"
 

¿Tiene Jácome posibilidades reales de cargarse a un funcionario que depende del Estado? Está por ver, lo que está claro que el alcalde lo va intentar. Al ser cuestionado hoy por la prensa, el político ha dicho que la ley le permite trasladarlo a otro puesto si el funcionario así lo pide.

De hecho, en la apertura del expediente el alcalde lo deja claro. "... se informa a la persona afectada de la posibilidad de acordar con la Administración municipal la finalización del presente procedimiento y su adscripción provisional a otro puesto de trabajo", señala el escrito, en lo que se puede interpretar como una oferta o como una amenaza. O acepta el traslado y se va a otro puesto o el expediente seguirá su curso. 
 

Por ahora, el trabajador público tiene dos semanas para presentar alegaciones al expediente. Será la primera vez que podrá replicar a las duras acusaciones de Jácome de manera oficial. Cuando lo vilipendia en los plenos, el interventor solicita la palabra e inmediatamente el político lo manda callar, argumentando que las normas solo permiten que el interventor hable para advertir de alguna ilegalidad.

De alguna ilegalidad ya advirtió por escrito y, cuándo Democracia Ourensana tiró para adelante, al menos en una ocasión el BNG utilizó los informes del interventor para llevar una modificación de crédito al pleno. Votación que Jácome perdió, desatando su ira.
 

Esa negativa del Pleno impidió pagar a algunos proveedores -a la concesionaria de la depuradora entre otros- y a otros empresarios locales. Acumular meses de atrasos es muy mala noticia para cualquier dirigente de una administración sobre todo en precampaña, pues Democracia Ourensana competirá en las autonómicas del 18 de febrero.

BATALLA PRELECTORAL

El factor de las elecciones es clave para entender este enredo. El PP aupó a Jácome a la alcaldía pero desde que el localista confirmó que iba competir en las gallegas los populares están marcando más y más distancias.
 

Sin apoyo del PP, Jácome gobierna en minoría y con un interventor que le recuerda que hay decisiones que obligatoriamente deben pasar por pleno -como ciertas modificaciones de crédito-. Si el PP. Democracia Ourensana no tiene manera de cómo movilizar el dinero del Ayuntamiento. 

Si había 10 millones presupuestados para luchar contra los incendios en 2023 y no se han gastado porque, afortunadamente, apenas hubo fuegos forestales, Jácome no tiene manera de recolocar esos millones a otras tareas. Salvo que el PP pase por el aro y ahora mismo no está por la labor.

¿Por qué el PP no le facilita la vida a Jácome, pues al fin y al cabo lo invistió hace solo unos meses? Hay varias explicaciones.
 

La primera es evidente. Los conservadores no están nada contentos con la decisión de DO de competir en los comicios de febrero. Son conscientes de que los localistas lo tienen relativamente fácil para sacar un diputado. Democracia Ourensana debería cosechar unos 10.000 votos en toda la provincia cuando en las locales de este año recogió unos 18.000 solo en la capital.

Un hipotético escaño de DO no tendría porqué acabar automáticamente con la mayoría del PP en el Parlamento de Galicia. Con todo, los conservadores no tienen tanto colchón. La mayoría está en 38 y ahora poseen 42. Tienen un colchón de 4, que serían 3 si Jácome saca uno. Además, en el PP saben que Alfonso Rueda no es Alberto Nuñez Feijóo, es un cabeza de cartel mucho más desconocido y estas son sus primeras elecciones. Hay incertidumbre.

¿Realmente sería un problema para el PPdeG que Armando Ojea, la mano derecha de Jácome y cabeza de cartel de DO en febrero, lograra un escaño en O Hórreo? Al fin y al cabo, los localistas siempre han preferido pactar con el PP e, ideológicamente, están muy enfrentados con el Bloque.
 

Aunque válido, este razonamento no basta para borrar la pesadilla que azota a los próceres del PP. Si sacan solo 37 diputados y el color de la Xunta depende de Jácome, ¿qué le impediría aupar al BNG y al PSOE al gobierno a cambio de, por ejemplo, una vicepresidencia para Ojea y una lluvia de millones de inversiones para Ourense ciudad? 

El PP no tendría margen de represalia, pues no podría desalojar a Jácome de la Praza Mayor si los aparatos del PSdeG y del Bloque mandan a sus líderes locales taparse la nariz y apoyar a Jácome en esta legislatura. Así las cosas, al PP le conviene tener en su mano cuántas más cartas mejor y una de ellas es que Jácome se enfrente a una posible legislatura en la que no podrá mover de apartado ni un céntimo.
 

Consciente de la aparición de esta  brecha entre PP y DO, el PSOE ya ha movido ficha. Exiliado al Senado Manuel Baltar -que siempre ha sido el principal valedor de Jácome en el PP-, los socialistas han pactado con su sucesor Luis Menor los presupuestos en la Deputación de Ourense. Los votos de los diputados provinciales de Jácome, claves para que el PP mantuviese la Diputación, se han convertido de la noche a la mañana en irrelevantes en el Pazo Provincial y  el PP municipal ha pasado,de aliado a competidor que juega a dos bandas, no derriba el Gobierno Local pero no le aprueba un euro.

En definitiva, en la pelea de Jácome contra el interventor hay también factores políticos. Si el PP revalida la absoluta en las gallegas, el funcionario puede seguir siendo un lastre, pero poco más que una china en el zapato,  pues con el apoyo del PP en el Pleno Municipal, Democracia Ourensana podrá sacar adelante presupuestos y proyectos.

CIUDAD QUE NO PUEDE PAGAR

Mientras tanto, la oposición aprovecha para hacer sangre. En opinión del Bloque el expediente al interventor es un simple reflejo de la “incapacidade manifesta de Jácome, quen busca, permanentemente, culpables ante a insostible situación económica na que ten sumido ao Concello”. Un municipio que, advierten, está “al borde la quiebra económica”. 

Desde el PSOE de Ouense  se diagnostica que estamos ante “una cortina de humo” para ocultar la gestión “propia de un pequeño dictador” que está llevando a la ciudad “al límite” aplicando una “gestión vergonzosa”.

De puertas para afuera en el PP de Ourense intentan nadar y guardar la ropa. Por ahora se limitan a expresar su respeto al trabajo de los funcionarios y piden tiempo para analizar los motivos del expediente de forma seria y rigurosa. 

El expediente  saltó hoy a los medios tras reclamarlo oficialmente la oposición. El edil les perdonó la vida a sus críticos diciendo que en esta ocasión no va denunciar la filtración en los juzgados, molesto porque la oferta de paz al interventor lo retrata. 
 

¿QUIÉN PAGA QUÉ?

Hasta las elecciones, hasta el 18 de febrero, Jácome está solo y las inversiones en Ourense, la tercera ciudad de Galicia, casi paralizadas.

Por ejemplo, el alcalde pretendía comprar una mesas de ping pong para unos parques con el dinero del departamento de medio ambiente. El interventor le ha dicho que eso puede ser ilegal, pues debería pagarlo con el dinero del departamento de   deportes. Probablemente será el pleno, donde DO está en minoría, quien tenga que decidir si se colocan las mesas y quien las paga.  Con todo, a nadie se le escapa que lo que está en juego en Ourense, y en Galicia, es mucho más que un sitio para jugar al tenis de mesa.