Escupitajo hace millonario a un ourensano: la saliva de su abuelo, clave para reclamar una herencia millonaria
Las pruebas de ADN, recogidas de un escupitajo en el suelo, demuestran el parentesco entre abuelo y nieto, que ahora podrá reclamar la herencia de su padre muerto en 2011.
Un detective privado, un escupitajo y una prueba de ADN han convertido en millonario a un hombre de 35 de un municipio de ourense que, hasta ahora, no podía demostrar que su padre, aquel que había mantenido una relación con su madre y la había abandonado cuando estaba embarazada de tres meses, era realmente su progenitor. Ahora el Juzgado de Primera Instancia nº4 de Ourense estima "íntegramente" la demanda de este hijo ilegítimo que ha tenido que pelear en los juzgados para que su familia paterna reconozca su parentesco.
TRES AÑOS DE RELACIÓN Y UN ABANDONO
La demanda de este hombre, que recurrió a los servicios del Bufete Osuna, no iba dirigida a su padre, fallecido en México en 2011, sino a su abuelo, al que reclamaba una prueba de ADN que fue pospuesta en hasta tres ocasiones, pese a que el hombre había sido citado en hasta tres ocasiones para someterse a estos test biológicos que ratificasen el parentesco con el denunciante.
El hombre nunca se presentó a las citaciones, alegando que su estado de salud no le permitía acudir. No obstante, nunca se presento un justificante que apoyase esa incapacidad, mientras el hombre negaba conocer al que, más tarde, se reveló como su nieto.
La madre del demandante, como indicaron los testigos citados a declarar, había mantenido una relación sentimental de manera intermitente con el padre biológico del hombre. Se trataba de una relación de "al menos tres años" que tenía lugar cuando el fallecido, que residía en México, viajaba a O Caraballiño de vacaciones. Fue en una de estas estancias que la mujer se quedó embarazada y, tras contactar con el padre y comunicarle su estado con tres meses de gestación, este "finalizó la relación sentimental" y nunca llegó a reconocer legalmente en vida a su hijo biológico. Tampoco la familia del padre reconoció nunca la relación entre ambos.
EL ESCUPITAJO DEL MILLÓN
Con el abuelo cerrado en banda, el denunciante recurrió a los servicios de un detective privado que siguió los pasos del anciano, que consiguió extraer "esputo en bastoncillos" en una ocasión en la que el señor escupió en el suelo. La extracción bastó para enviar la muesta al laboratorio Citogen, en Zaragoza, donde corroboraron el parentesco de abuelo y nieto.
Demostrados los lazos por el ADN de ambos por los "análisis covenientes" aceptados por el juez, la sentencia, "con todo los efectos jurídicos inherentes", permite a este ourensano la inscripción de la filiación en el Registro Civil de O Carballiño y acceder a la herencia millonaria que su difunto padre dejó en México, además de condenar al demandado a asumir las costas del proceso judicial. Ya lo dice el refranero: "Si al cielo escupes, en la cara te cae".
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