Ourense explicado a no ourensanos: claves para entender el éxito de Gonzalo Pérez Jácome

La primera clave es que Democracia Ourensana ganó las elecciones políticamente de manera clara, pero no determinante. Jácome es la persona con más poder para decidir el color, no solo del gobierno del municipio, sino también de la Diputación Provincial de Ourense. En sus manos vuelve a estar el acabar con 33 años de dinastía de la familia Baltar, todo un logro.

Ahora bien, es posible que su victoria acabe siendo pírrica. El localista tiene las mejores cartas, pero no todas. En la partida de las negociaciones puede acabar teniéndose que conformar con volver a la oposición, en el improbable caso de que PP, PSOE y Bloque lleguen a un pacto.

El éxito de Jácome se asemeja al de otros políticos hiperlocalistas gallegos, como fue Paco Vázquez en A Coruña o es Abel Caballero en Vigo, pero aún no tiene su magnitud.  DO sacó un 33%  -hubo muchos más ourensanos que no les votaron que ourensanos sí les apoyaron- mientras que Caballero conquistó más del 60%. 

¿ACTIVISTA ANTICACIQUIL? 

La segunda clave para entender el resultado electoral en Ourense es comprender hasta qué punto es una sociedad no solo lastrada por el caciquismo, sino también consciente de ese lastre e incapaz de soltarlo, celosa del reparto de la pedrea de migajas.

Muchos ourensanos son plenamente conscientes de que viven en un entorno donde el empleo y la facturación - es decir, el bienestar de sus familias y negocios- se reparte en virtud de una red de amistades, familias y lealtades territoriales cuya ancestral capilaridad llega a nivel de parroquia y aldea.

Durante años, Jácome se vendió como el antídoto en vena para acabar esta lacra. Él era el anti-Baltar. Sin embargo, en cuanto pudo, tras las elecciones de 2019, ayudó a perpetuar el sistema, asegurando la continuidad del baltarismo en la Diputación de Ourense. 

¿Tiene razón Jácome cuando denuncia una mafia político-mediática-empresarial contra él? Puede tenerla, al menos en parte. Ahora bien, lo que no dice es que el propio Jácome forma parte de esa trama, aunque sea indirectamente. Sin él, el baltarismo hubiera muerto hace cuatro años.

Por ejemplo, el alcalde desprecia las informaciones de La Región de Ourense  (cada vez que menciona a la cabecera de la familia Outeiriño en redes le añade un emoticón de excrementos) argumentando que el periódico está regado por fondos públicos, sin mencionar que una de las fuentes de ese maná es la Diputación de Ourense, cuyo gobierno él ayudó a mantener. Este era, y es aún, el principal flanco débil del discurso de Jácome y el origen de su populista mantra de respuesta. Eso de que "estoy dispuesto a pactar con el diablo por llevar a Ourense al cielo". A Ourense ciudad, por supuesto. 

Este discurso hiperlocalista es eficaz en parte porque culpa a fuerzas externas del atraso, liberando de culpa a los propios ciudadanos, que pueden sentirse así víctimas y no responsables por no haberse librado antes de los caciques.

100 EUROS PARA TODOS ANTES DE LAS ELECCIONES

Más allá de elucubraciones sobre psicología de masas, hay otros motivos muchos más prosaicos. Un motor de la victoria localista son los 100 euros que concedió Jácome a todos los ourensanos, incluido los niños, para gastar en tiendas, bares y restaurantes locales a pocas semanas antes del inicio de la campaña electoral. 

¿Pero quién va a vender su voto por 100 euros? A algunos esto les puede parecer ridículo pero cuando en toda tu vida lo único que has recibido de las administraciones -si no has podido o querido entrar en las redes caciquiles- es desidia o favoritismo a favor de otros, la perspectiva cambia. Además, 100 euros es más o menos el precio que se pagaba en la presunta trama de compra de votos de Melilla, con la diferencia de que en Ourense son 100 euros plenamente legales. 

El alcalde es consciente del poder de movilización de esta subvención directa. En campaña  ha repetido hasta saciedad que habrá 100 euros todos los años para cada ourensano. Visto el éxito, será interesante observar si algún otro edil gallego calca la estrategia. Hay que recordar que el bono del Concello de Ourense no es una idea original, lo que es original en su calendario. Casi todos los alcaldes de las ciudades llevan años repartiendo bonos similares para la campaña de compras navideñas. 

Jácome tuvo más olfato electoral -o menos escrúpulos ante el previsible qué dirán- y atrasó el programa de ayudas justo antes de la cita con las urnas. El dueño de Auria Televisión puede tener muchos defectos, pero entre ellos desde luego no está carecer de instinto político o desconocer las pasiones de sus vecinos.

EARLY ADOPTER  Y PERSONAJE DE SU PROPIA TV 

Tampoco carece de habilidades comunicativas. Al contrario, una brillante estrategia de comunicación es otra de sus armas. 

El político se dio a conocer en todos los hogares de la ciudad de la mano de su televisión, la  originalmente pirata Auria TV (hoy tiene arrendada una licencia TDT a empresarios gallegos vinculados a la antigua Localia y la SER) en la que arremetía contra las corruptelas de los partidos establecidos, al mismo tiempo que no se cortaba en mostrarse como uno más. Por ejemplo, celebrando el magosto delante de las cámaras en una fiesta regada con abundante alcohol  con contertulios rodando por el suelo. 

Con todo, por entonces, en la década pasada, Jácome no representaba para los partidos tradicionales mucho más que un bufón, que intentando ridiculizar al poderoso se ridiculiza a si mismo, pero no amenazaba en serio la continuidad del sistema.

Tal minusvaloración empezó a desvanecerse cuando logró representación en el Ayuntamiento y la gente lo vio -en los plenos que Auria TV repite en bucle, por su puesto- discutir cara a cara con el establishment. El bufón tenía dientes y un potente altavoz en los salones de todos los ourensanos. Poco después, Jacome empezó a hacerse muy popular en Internet a través de las redes sociales. Él fue uno de los primeros políticos gallegos en usar Twitter, en verano de 2009. 

Hoy tiene 12.000 seguidores en Twitter, 19.000 en Facebook y 16.000 en Instagram. Cifras muy notables en una avejentada ciudad de poco  más de 100.000 habitantes. Entre los alcaldes gallegos, solo le supera, como no, Abel Caballero.
 

Tales números les permiten llegar a los votantes directamente y marcar la agenda mediática, pues la prensa acaba haciéndose eco de sus publicaciones en redes. De nuevo, su estrategia que no es original -el trumpismo es el ejemplo más conocido de esta táctica- pero él, anglófilo confeso, la domina al dedillo.

CALLES ABARROTADAS EN LOS FESTEJOS

Además de su maña política y comunicativa, ha logrado éxitos de gestión evidentes. Por ejemplo, Ourense ciudad se ha convertido en la capital de la celebración del Día de todos los Santos en el país. Se le puede criticar a Jácome que está desvirtuando la tradición gallega del Samaín con la apuesta por un Halloween que mezcla, a modo de pastiche fiestero, tradiciones americanas, mexicanas y de toda índole. Lo que no se puede cuestionar es un indudable éxito de público. Al fin y al cabo, a los gallegos y a los ourensanos les apasionan las jaranas. ¿Qué más se puede pedir si el propio Ayuntamiento colabora añadiendo otra juerga al calendario?

Jacome lo sabe y ha potenciado las celebraciones al máximo, disparando el presupuesto de otra de las citas clásicas de la farra ourensana, el carnaval.  Otros festejos que antes eran muy populares pero que ahoran cuentan además con una gran promoción municipal son las orquestas. En vez de gastarse el dinero en artistas de fuera, DO se lo gasta sobre todo en llevar a Ourense a los mejores combos de Galicia. Además, totalmente gratis para todos los vecinos, sin tener que soportar las súplicas de las comisiones de fiestas de barrio, festejos que estaban languideciendo.

 ¿Y LOS AUDIOS NO LE HAN PERJUDICADO?

De acuerdo, Jácome tiene méritos e instinto político pero, ¿cómo le ha podido votar la gente tras escuchar esos audios en los que aparentemente se refiere a pagos en negro, presume de engordar contratos para cobrar presuntas mordidas y prevé el supuesto enchufe de sus asesores en empresas concesionarias?

Referencias grabadas de tal calibre bastarían con forzar la dimisión del primer ministro del Reino Unido en cuestión de minutos, sin esperar a que se abriese ningún procedimiento judicial pero en Ourense la ciudadanía está acostumbrada a que sus dirigentes exploten los recursos públicos en beneficio de su partido, en el mejor de los casos. Desgraciadamente, esto no es patrimonio exclusivo del baltarismo, es una lacra que ha afectado a casi todas las formaciones políticas en Ourense, en diverso grado.

Muchos urbanitas de primera generación -casi todos los ourensanos son hijos de aldeanos- son conscientes de que la mayoría de esos  favores han ido a alimentar las redes clientelares del rural. Por primera vez, hay un alcalde urbano que confiesa que está dispuesto a todo  -incluso a perpetuar al baltarismo-  con tal de que algunos de esos beneficios lleguen también a los vecinos de la urbe.

Es decir, aceptan que su alcalde no sea el más ortodoxo en el manejo de las arcas públicas si a cambio, por primera vez, algo de ese dinero llega directamente a su bolsillo, en forma de bono de 100 euros u oportunidad de ver gratis a la Panorama. Por si alguien no se había dado cuenta, Ourense no es Londres, ni su prensa local la BBC.