Una cuarta parte de los maestros se suspende a si mismo en Edixgal, el ebook de la Xunta

El debate sobre la exposición de los adolescentes a las pantallas arrecia. Por ejemplo, una petición de la prohibición del uso del móvil a menores de 14 suma casi 64.000 firmas.  En algunos colegios, esta discusión ha derivado en el cuestionamiento de la conveniencia de E-dixgal.  

Cada vez hay más grupos de progenitores con dudas sobre el libro electrónico en las aulas de infantil, que la Xunta lleva implantando desde hace nueve años. Al fin y al cabo, si psicólogos suplican limitar el tiempo de exposición a las pantallas, ¿qué sentido tiene que Educación sustituya los libros de texto empujando a niños de 10 años a pasar horas delante de un portátil en clase?
 

El ANPA Rio Tella votó por mayoría este mes rechazar Edixgal, citando los conocidos riesgos de dificultades de concentración y socialización y, además, advirtiendo que los portátiles que entrega la Xunta no permiten el control parental de los contenidos.

Las ANPAS A Granxa del CEIP de Bergantiños, la del CEIP López Ferreiro de Santiago o la del CEIP Quiroga Palacios de Santiago son otras donde se ha suscitado el debate o hay grupos de padres recogiendo firmas para sacar al colegio del programa Edixgal. 

En las redes sociales hay varios canales, por ejemplo éste en Telegram, donde cientos de madres y padres de otros centros debaten estrategias para lograr que su centro solicite salir de Edixgal. Una solicitud a la Xunta que, por cierto, en última instancia, no  depende de las ANPAS. Depende de cada Consello Escolar, donde son las profesoras las que tienen la sartén por el mango.
 

¿Y qué opinan los maestros de Edixgal? Al fin y al cabo, el libro electrónico de la Xunta no es una novedad. Empezó en 2014 y actualmente lo emplean, previa petición de cada Consello Escolar, más de 64.000 alumnos.

Esta amplia trayectoria permite que ya haya cierta cantidad de literatura científica disponible. Conocer lo que concluyen los investigadores (sociólogos, psicopedagogos, maestros, etc) es un buen modo de hacer acercarse con cierta objetividad de los pros y contras.  Especialmente ahora, cuando el debate sobre Edixgal está contaminado por la fiebre anti-móviles que ha prendido en parte de la sociedad al hilo de los escándalos sobre agresiones sexuales en grupo.
 

Resumamos, por lo tanto, lo que se han ido encontrado los investigadores sobre Edixgal:
 

Están formados os educadores para traballar con E-Dixgal no ensino?” es uno de los artículos científicos más positivos de los publicados sobre el proyecto. Su autor es Eduardo R. Rodríguez Machado del CEIP Raquel Camacho (A Coruña) y fue publicado en la Revista Galega do Ensino en 2020. Rodriguez señala que “el libro de texto digital es reconocido por todos los docentes como una oportunidad irreversible para transformar el marco académico actual”. 
 

El mayor obstáculo que apunta el investigador es la escasez de profesores realmente comprometidos en sacarle el partido a la herramienta por cuestiones de tiempo porque “la adaptación puede llegar a ser complicada y, en ocasiones, provoca que el ritmo de la enseñanza sea lento”. Otro de los problemas que apunta es “el amplio y fácil acceso a las redes, sobre todo a Internet, que puede ser objeto de distracción”. Algo que confirma lo apuntado por el ANPA Río Tella sobre la ausencia de una censura de contenidos inapropiados en estos equipos. 

A la pregunta de cuál es la percepción de su grado de formación para trabajar en este entorno virtual, la mayoría del profesorado responde que “suficiente”.  Ahora bien, hay un 26% que indicó que su formación era poca o nula, un porcentaje sin duda preocupante porque recordemos que Edixgal implica, en teoría, el total abandono de los libros escritos.  y Un 23% dijo que su preparación era buena o excelente. 

Análisis del Proyecto de Educación Digital (E-DIXGAL): la visión del profesorado de educación primaria de Cristina Losada y Jesús Rodríguez publicado por Digital Education  en 2019 indica que “por lo general el  grado  de  satisfacción  es  positivo,  aunque  en  algunos  casos  exige  hacer  un esfuerzo  bastante  grande  fuera  del  horario  laboral”. 
 

Los autores recogen que la satisfacción del profesorado no es “plena”. Los profesores demandan sobre todo mejoras de los contenidos, que es precisamente una de las quejas más escuchadas también entre los padres cuyos hijos ya trabajan con Edixgal. El otro gran problema que los docentes transmitieron a estos investigadores es la falta de formación adecuada, que contribuye a entender porqué se quejan de una sobrecarga de horas para preparar las clases. 

En general, esta investigación refleja el deseo de los profesores de incorporar el aula al tsunami de la digitalización pero también su frustración con el resultado final. “El  profesorado  ni  está  totalmente  preparado  para  integrar  las  TIC  diariamente  ni cuenta  con  el  apoyo  necesario  desde  la  comunidad  y  la  propia  Administración  para  llevar  a  cabo  ese  cambio”, señalan las conclusiones.

En El Proyecto Escuela 2.0 en Galicia (España): Percepciones del profesorado publicado en Innovación Educativa en 2017 por Fernando Fraga y Almudena Alosno-Ferreira se concluye que los profesores aplauden la dotación tecnológica del programa Abalar, las máquinas, pero están descontentos con el resultado global de la digitalización de las aulas pues “aunque la dotación y disponibilidad de tecnología en las aulas es una condición necesaria, es insuficiente para poder desarrollar estrategias didácticas con tecnologías digitales en los procesos educativos”. 
 

Los investigadores apuntan a que pervive la visión, tanto entre políticos como entre profesores, de la tecnología como una especie de talismán mágico mientras se ha descuidado otros aspectos, como la formación y las condiciones laborales de los maestros, que son las piezas claves de la mejora educativa. 
 

El artículo deja constancia de “la  visión negativa de los procesos de formación” y cuestiona el énfasis “en hacer llegar las tecnologías al aula, sin preocuparse de lo que ocurre con ellas una vez que están allí”. Un sentimiento de desorientación que los autores no achacan únicamente a la Xunta, pues recuerdan que la decisión de sumarse o salirse del programa es de los centros. “¿Un requisito vacío de contenido? ¿Un trámite burocrático más?”, se preguntan. 

La Perspectiva de Las Familias de un Centro Educativo Digital Con Modelo 1 a 1: Implantación del Proyecto E-dixgal como Desarrollo del Plan Escuela 2.0 de Fernando Fraga y Alba Duarte de la Universidad de Santiago publicado en 2015 también por la revista Innovación Educativa concluye que Edixgal  “presenta de forma general una buena acogida por parte de las familias del centro educativo estudiado” pero con salvedades. 

Estos autores apuntan a que Edixgal puede producir desigualdades, poniendo en desventaja a los chavales cuyos padres no tienen formación suficiente para aprovechar el dispositivo o, simplemente, no tienen Internet en casa. Según datos del INE para 2022, todavía hay un 7% de casas en Galicia sin conexión a la red.

Los investigadores ya detectaron en 2015 la división de opiniones que se está percibiendo con más fuerza ahora. Así, mientras que  “se evidencia que E-DIXGAL es percibido por las familias como un programa novedoso y motivador  en general” también señalan “un porcentaje de familias que se muestran de forma constante escépticas e incluso críticas, superando el límite del 30%”.

Presencia del libro de texto digital en Galicia: Una mirada estadístico -geográfica del Proyecto E-DIXGAL publicado por Fernando Fraga Varela y Almudena Alonso Ferreiro de la USC en Profesorado, revista de currículum y formación del profesorado ya advertía el riesgo de desigualdades que podía causar Edixgal. Como ejemplo, señalaba que por entonces apenas había centros participantes en las provincias más pobres, Lugo y  Ourense.
 

Estos autores también ponen el foco sobre los contenidos de Edixgal, indicando que se perpetúa el poder de “grupos empresariales vinculados con la elaboración de libros de texto” a la hora de fijar los contenidos, pese a que, en teoría, la digitalización tiene el potencial de una mayor democratización en la creación de contenidos, como ha sucedido, por ejemplo, en los medios de comunicación.
 

El artículo culpa a los políticos de apostar por una “aparente innovación masiva” que crea desigualdad, dando a entender que son mejores los centros que se suman a los programas Abalar, en el que facilita ordenadores, y Edixgal, el que facilita los libros electrónicos. Por cierto, señalan que Edixgal no estaba teniendo por entonces mucha tracción en los centros no gestionados por la Xunta: “parece como si los centros concertados mostrasen un interés mucho menor en el libro de texto digital frente al equipamiento informático que ofrece Abalar”.