El curso escolar arranca con 803 plazas de profesores sin cubrir
El curso escolar 2025-2026 ha comenzado hoy en Galicia con la incorporación de más de 300.000 alumnos a las aulas y un telón de fondo marcado por la disparidad de cifras. Mientras la Xunta de Galicia celebra un nuevo máximo histórico de docentes en el sistema público, la CIG-Ensino, sindicato mayoritario en la enseñanza, denuncia que la realidad en los centros es otra: más de 800 vacantes sin cubrir en el primer día de clase, augurando un inicio de curso conflictivo que ya tiene fechas para la movilización.
El sindicato ha denunciado en las últimas horas que el curso no arranca con normalidad, sino con más de 800 plazas sin cubrir en toda la comunidad. Según la organización sindical, esta cifra corresponde a permisos, incapacidades temporales y otras vacantes que la Consellería de Educación no habría cubierto a tiempo para el inicio de las clases. Para la CIG, esta situación evidencia una mala planificación y agrava los problemas de organización de los centros, que contaron, según critican, con tan solo cinco días para preparar la totalidad del curso académico.
Sin embargo, la perspectiva desde la Xunta es otra. El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, acompañado por el conselleiro de Educación, Ciencia, Universidade e FP, Román Rodríguez, ha inaugurado oficialmente el curso en el CPI Plurilingüe de Vedra. Durante el acto, el Gobierno gallego ha destacado que un total de 302.843 alumnos desde Educación Infantil hasta Bachillerato se incorporan a las aulas en un año académico que, según sus datos, alcanza un récord histórico de docentes con 31.766 profesores, lo que supone 153 más que el curso anterior.
Desde la administración autonómica se ha puesto el foco en la voluntad de seguir ahondando en la modernización del sistema, la mejora de las ratios, la apuesta por la inclusión y la atención a la diversidad, así como el desarrollo de una nueva Ley de educación digital.
Esta disparidad de visiones no es nueva; cada inicio de curso se produce un baile de cifras en el que la Xunta defiende el número total de efectivos que componen la plantilla estructural, mientras que los sindicatos centran su denuncia en los puestos que, por distintas circunstancias, no tienen un profesor asignado en el primer día lectivo.
El sindicato nacionalista también pone el acento en la creciente precariedad que, a su juicio, se está instalando en el cuerpo docente. Advierten que el incremento de las medias jornadas no hace más que precarizar las condiciones laborales del profesorado, dificultando al mismo tiempo la cobertura de las ausencias y la correcta atención al alumnado. Desde la CIG recuerdan que ya habían alertado de que los cinco días concedidos previamente a los equipos directivos y al profesorado interino para preparar el inicio del curso eran insuficientes.
El sindicato insiste en que esta ausencia de personal tiene un efecto directo en el alumnado y en las familias, dificultando la cobertura de itinerarios formativos y el normal funcionamiento de los centros. Aseguran que la supuesta “mejoría de ratios” anunciada por la Xunta se aplica únicamente en determinados niveles y no compensa el problema de las plazas sin cubrir.
Manifestación el sábado y huelga el 25 de septiembre
Además de la falta de personal, el sindicato ha anunciado la convocatoria de una jornada de huelga en la enseñanza pública para este mismo mes, una medida de presión con la que buscan forzar a la Consellería a negociar mejoras en las condiciones laborales y en la gestión de las sustituciones.
Como prolegómeno a la huelga, la CIG ha convocado una manifestación en Santiago este sábado 13 de septiembre, a la que acudirán autobuses organizados desde diferentes localidades gallegas, desde A Coruña y Vigo hasta Lugo, Ferrol o Ourense.
Este curso también arranca con novedades pedagógicas que han generado debate en la comunidad educativa. Una de las más significativas es la modificación del programa de libro electrónico E-Dixgal. Tras años de expansión, la Xunta ha decidido reformularlo para dar paso a un modelo híbrido en muchos centros. Este cambio implica que, en varias etapas, el alumnado volverá a contar con libros de texto en formato físico como complemento a los recursos digitales, una decisión que la administración justifica en base a criterios pedagógicos y a la necesidad de equilibrar el tiempo de exposición a las pantallas.
El pasado año, el Gobierno autonómico anunció una reorganización del sistema tras detectar críticas entre familias y docentes, que cuestionaban tanto los problemas técnicos como la falta de flexibilidad del modelo.
El arranque escolar en Galicia se convierte así en un escenario de contraste.
La comunidad educativa regresa a las aulas entre mensajes de optimismo institucional y denuncias sindicales. Mañana está prevista una rueda de prensa de sindicatos que, a diferencia de la CIG, firmaron hace años un acuerdo de la Xunta para bajar los ratios, acuerdo cuyo cumplimento lleva tiempo cuestionando.
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