La TVG tira de medios privados cuando tiene unidades móviles paradas, critica la plantilla

El personal de la TVG alerta de un progresivo deterioro de los equipos humanos y técnicos especializados en retransmisiones y programas fuera de los estudios centrales, un ámbito en el que la corporación fue durante años un referente de calidad en el ámbito autonómico y estatal. Subrayan, en un comunicado publicado hoy, que estas producciones en exteriores han sido clave para ofrecer servicio público en Galicia, especialmente en ámbitos como el deporte y los eventos institucionales.​

Las trabajadoras recuerdan que en 2018 se abordó la digitalización de la Televisión de Galicia, pero que las unidades móviles quedaron fuera de esa modernización, obligando a reescalar la señal a HD hasta 2022 para simular una definición superior, con resultados cuestionados en distintas retransmisiones deportivas y actos públicos. Pese a esta situación, explican que, gracias al esfuerzo del personal técnico, dos unidades móviles se fueron actualizando con material reciclado de los platós de informativos hasta lograr emisiones en alta definición, utilizándose de forma habitual los fines de semana.​

Aumento de la producción externa

Según la plantilla, desde la digitalización se ha ido incrementando la contratación de servicios externos para la cobertura de eventos deportivos, alquiler de unidades móviles y de cámaras, reduciendo de forma paulatina el peso de la producción propia en exteriores. La situación se habría agravado este otoño, cuando la producción interna habría quedado, según denuncian, prácticamente limitada a una retransmisión cada quince días, lo que interpretan como el inicio de un camino hacia la externalización casi total.​

El comité de empresa de la CRTVG relaciona este escenario con otros conflictos recientes en el ente público, como las huelgas y paros de 2024 contra la externalización de programas y el modelo de coproducciones, en particular por la sustitución del histórico magacín «A Revista» por el espacio «O Termómetro». En aquellas movilizaciones, los sindicatos advirtieron de un “desmantelamiento” progresivo de los medios públicos y denunciaron que parte de la programación pasaba a manos de productoras privadas del sector audiovisual gallego.​

La representación de las trabajadoras apunta también a una creciente escasez de personal propio en áreas clave como montaje, cámaras, sonido, realización, vídeo, conducción y producción, lo que, a su juicio, favorece que se encarguen más programas a empresas externas sin una justificación técnica o económica clara. Critican que, en lugar de reforzar plantillas y renovar equipamiento, la dirección de la corporación recurre a contrataciones externas que, en muchas ocasiones, se traducen en una menor calidad de la imagen.​

En el último mes, y pese a contar con una programación de interés público vinculada a partidos de fútbol y baloncesto, buena parte de esas retransmisiones se estaría realizando con medios de compañías privadas, cuando hasta hace poco lo habitual eran, según el personal, al menos dos retransmisiones semanales con recursos de la casa. Este cambio, sostienen, implica que las unidades móviles de la CRTVG queden paradas en el garaje y que se desaproveche la experiencia acumulada de los equipos internos, que ven cómo se “oxidan” rutinas y dinámicas de trabajo construidas durante décadas en Galicia.​

El personal recuerda además que la CRTVG habría dejado pasar, según su versión, la oportunidad de solicitar una nueva unidad móvil UHD con cargo a los fondos europeos Next Generation, una propuesta que, apuntan, partió de trabajadoras del área técnica. En opinión de la representación sindical, esta falta de iniciativa se interpreta como un desinterés deliberado que favorecería un modelo cada vez más privatizado de la televisión y radio públicas gallegas.​

El conflicto actual se enmarca en una serie de denuncias acumuladas en los últimos años por parte de la plantilla, que ha protagonizado campañas como los «Venres Negros» contra la manipulación informativa y la externalización de contenidos, así como varias jornadas de huelga en 2024 respaldadas por organizaciones sindicales y por fuerzas políticas de la oposición en Galicia. En esas protestas se ha alertado de que las decisiones de la dirección de la CRTVG podrían afectar al pluralismo informativo y al carácter de servicio público de los medios autonómicos.​

La respuesta de la CRTVG

La dirección de la CRTVG ha defendido en los últimos meses que el sistema de coproducciones y colaboraciones con productoras privadas no es una fórmula nueva y que se ajusta a prácticas habituales en otras televisiones públicas como RTVE o distintas cadenas autonómicas. La corporación ha negado que se trate de una externalización masiva y ha asegurado que el programa «O Termómetro» no supone un recorte de empleo ni un riesgo para los puestos de trabajo dentro de la casa, subrayando que a finales de 2024 se alcanzaría el 100% de la plantilla fija.​

En relación con las huelgas y paros, la empresa ha destacado que, según sus datos, en algunas jornadas solo alrededor de un tercio de la plantilla se sumó a los paros, y ha lamentado que las protestas alterasen el servicio público e intentasen “bloquear” la colaboración con el tejido productivo del sector audiovisual gallego. En el momento de publicarse esta información, la CRTVG no ha hecho público un posicionamiento específico sobre las últimas quejas relativas al uso de las unidades móviles y a la reducción de la producción propia en exteriores.