Antonio José Valín, obispo de Tui-Vigo: "Esa cercanía que le vemos al papa León XIV también la transmite en persona"

El pasado jueves hubo fumata blanca con el nombramiento de Robert Prevost como nuevo papa. ¿Cómo acogió la designación de León XIV? 

Con mucha sorpresa y expectativa, la verdad. Sorpresa porque yo no tenía un candidato como otras veces; expectativa por saber quién era. Pero luego con mucha alegría, porque creo que va en la línea de Francisco, con su forma de ser, y un hombre al que tuve la oportunidad de conocer en Roma, en un encuentro. Eso que vemos, esa cercanía, esa sencillez, es lo que manifiesta en cada encuentro. 

¿Ya le dio buena impresión en ese primer encuentro entonces?

Una sensación de que es una persona normal. Cercana. Una persona con la que se puede hablar y trabajar. Fue un colaborador cercano al papa Francisco y fue nombrado por él, por lo que supongo que sigue en su misma línea. 

Comparten esa particularidad, ya que a usted también lo nombró obispo el papa Francisco y es obligado preguntarle por él. ¿Qué valoración hace de su papado?

Al papado de Francisco debemos darle tiempo para valorarlo tal y como fue. Fue un hombre que abrió muchos campos, que acercó la figura del papado a la gente que vio en él a alguien como ellos. Tenemos que darle tiempo para ver bien todo lo que supusieron estos 12 años de Francisco. Los documentos y los gestos están ahí, pero creo que fue un regalo para la Iglesia. 

Dice que no tenía un candidato claro, pero el cónclave se resolvió en cuestión de apenas 24 horas. Resultó elegido un agustino. Para aquellos que no estamos ordenados, ¿es importante el hecho de que sea agustino? ¿Existen los “partidos políticos”, por decirlo de alguna forma, dentro de la Iglesia? 

No. En este caso es agustino porque es un religioso de la Orden de San Agustín. En la Iglesia hay un montón de congregaciones, los cardenales son del clero secular, otros del clero de la vida consagrada… No es importante. Cada uno de su propia historia marca un estilo. Francisco era jesuita y así se reveló en su trayectoria. Lo que uno vive lo refleja, pero no significa nada más allá de eso. 

Supongo que este fin de semana tuvo unas palabras sobre el nuevo papa durante sus misas. ¿Qué mensaje mandó a los fieles?

Desde que salió nombrado lo que le digo a la gente es que tenemos que acogerlo no solo como a un hombre, sino como al hombre que nos manda Dios para presidir a toda la Iglesia. Acogerlo significa escucharlo, seguirlo y colaborar con ese proyecto que va a llevar adelante, cada uno desde donde esté y desde su estilo, pero acogerlo. Y vivir este momento como un reto y una oportunidad para crecer como Iglesia y seguir caminando. Desde luego es un momento interesante, porque siempre que se empieza algo nuevo resulta apasionante. Y si tenemos en cuenta todo el bagaje anterior, mucho mejor. 

Usted lleva sólo unos meses como Obispo de Tui-Vigo. Tiene 57 años, es todavía joven. La edad de Leon XIV también ha sido comentada. ¿Cree que es uno de sus valores, que su magisterio pueda ser largo teniendo en cuenta su edad?

Sí, espero que sí, que sea largo y que podamos disfrutar de él mucho tiempo. Que sea un papa joven también da esperanza en el sentido de que podremos compartir con él muchas cosas, de que podrá llevar adelante esos proyectos que considere buenos para la Iglesia. No siempre es lo mismo elegir a alguien joven que a alguien mayor, aunque con eso uno nunca sabe. El otro día se hablaba de Juan XXIII como un papa de transición, cuando fue un hombre que hizo una gran labor. 

LOS REFUGIADOS, EL PAPEL DE LA MUJER EN LA IGLESIA...

Subraya que es un momento interesante, pero el nuevo pontífice tendrá que abordar muchos retos. En su carta, usted dijo que era momento de comenzar “Un tiempo nuevo, de Iglesia compartida y sinodal”. ¿Ve a la Iglesia realmente unida o existe una fractura profunda entre las alas más progresistas dentro de la Iglesia y aquellas facciones más conservadoras?

No. Creo que lo importante ahora mismo en la Iglesia es ese estilo sinodal que nos abrió Francisco, que significa que todos somos corresponsables en la Iglesia, que todos desempeñaos un papel, que la voz de cada uno tiene que ser escuchada. Eso no deja de ser un reto, que ya se está haciendo, pero que hay que seguir potenciando y ampliando. 

¿Qué en la Iglesia hay distintas sensibilidades? Claro que sí, como en cualquier colectivo. Sobre todo, en uno como este, que es tan grande. Pero por encima de estas historias siempre está, y eso lo vimos en este cónclave donde supongo que cada uno de los cardenales opinará de una manera, está la comunión eclesial, que es lo que realmente interesa. Con distintos estilos, pero todos intentando remar en el mismo barco. 

Uno de los aspectos sobre los que predicó con más énfasis el papa Francisco fue la ayuda a los refugiados y migrantes. En un momento de crisis como el que vivimos en ese sentido, con ejemplos como las guerras de Ucrania o Gaza o las migraciones desde el norte de África, ¿cree que se está haciendo poco esfuerzo y que habría que atender más detenidamente a ese legado de Francisco I?

El papa abrió un camino que es muy difícil. El tema de los refugiados, la acogida, las guerras… Hay que seguir potenciándolo y trabajándolo mucho más. Lo ideal es que nadie tenga que salir de su tierra escapando de una situación negativa buscando un modo de vida. Lo ideal es que todo el mundo pueda vivir en paz, con justicia y dignidad. Para llegar a eso hace falta caminar mucho más. ¿Los papas ponen su grano de arena? Sí, sin lugar a duda. Pero no es un trabajo de los papas, es de toda la sociedad, y hace falta seguir ahondando.  

También temas como el papel de la mujer en la Iglesia o la relación con la comunidad LGTBI parece que tendrán un lugar central durante el papado de León XIV. A su juicio, ¿hacia dónde debería caminar la Iglesia en este sentido? ¿Debería ser más inclusiva? 

Francisco insistía en un aspecto como la acogida. Sobre ahí tenemos que trabajar y León XIV seguirá en ese sentido. Ahora mismo es cierto que acaba de aterrizar. Aunque fuese colaborador de Francisco no es lo mismo se prefecto de un dicasterio que el papa de la Iglesia. Ahora tiene que aterrizar y, poco a poco, enfrentando todos los distintos temas. Iremos viendo.

Usted de aterrizar sabe bastante. Lleva solo unos meses al frente del obispado y el cambio es significativo para alguien procedente de A Mariña. ¿Qué tal por el sur de Galicia?

La verdad que muy bien. Es un cambio, claro que sí. Es un cambio ya no solo geográfico, que estoy justo en la otra esquina de Galicia con relación a mi tierra, sino que es un cambio, sobre todo, existencial, pues no es lo mismo ser un cura de parroquia que obispo en una diócesis. Creo que la acogida está siendo buena, me siento muy acogido y formando parte de la gente de Tui-Vigo.

¿EL PAPA EN SANTIAGO?

Volviendo al nuevo papa, ¿qué otros asuntos cree que podrán marcar el papado de León XIV? Usted estudió un máster en comunicación cristiana. ¿Cree que la Iglesia debería tener más presencia en redes, por ejemplo?

La Iglesia está haciendo desde hace años un esfuerzo para tener presencia en redes. Como tantas presencias se hace de forma plural, pero la Iglesia siempre debe hacer un trabajo de comunicación, con todo lo que hace y de mostrar aquellas iniciativas que se hacen dentro. Es un tema recurrente y en el que hace falta profundizar.

El próximo Año Santo es en 2027. ¿Cree que podremos ver a León XIV algún día en Santiago? Si tiene línea directa con él puede proponerle una visita…

(Risa) No, no tengo línea directa, pero independientemente de eso, no lo sé. Supongo que entre la agenda que dejó pendiente Francisco y las muchas peticiones que seguro han empezado a llegar al Vaticano estos días…poco a poco tendrá que escoger y ver sus prioridades. 

Es cierto que el Xacobeo es una ocasión estupenda para venir a España y, en concreto, a Galicia. También se hablaba en su momento, y no puedo decir cómo de cierto era aquello, que Francisco tenía un gran interés en visitar las Canarias por el tema de la acogida a los migrantes y los corredores de la dignidad. Lo iremos viendo, pero si viniese el papa a Santiago sería una gran alegría para Galicia y para toda España.