EE.UU se reafirma: "hemos devastado el programa nuclear iraní"

El secretario de Defensa de los Estados Unidos, Pete Hegseth, y el jefe del Estado Mayor, teniente general Dan Caine, comparecieron este domingo en rueda de prensa en el Pentágono para analizar y valorar las consecuencias del bombardeo estadounidense sobre Irán. La expectación era máxima sobre todo teniendo en cuenta el cruce de amenazas entre EE.UU e Irán sobre las posibles represalias que puedan ejercer uno sobre el otro. En lo que sí están todos de acuerdo es que esta operación militar de gran envergadura ha marcado un punto de inflexión en la tensión regional.

"Éxito increíble"

El explosivo secretario de Defensa, Pete Hegseth, destacó que el ataque, ordenado por el presidente Donald Trump, se ejecutó con precisión y sigilo durante la noche contra tres instalaciones nucleares clave de Irán: Natanz, Isfahán y Fordow. “El Mando Central de Estados Unidos llevó a cabo un ataque de precisión en plena noche contra tres instalaciones nucleares de Irán con el fin de destruir o degradar gravemente el programa nuclear iraní”, afirmó. La operación utilizó bombarderos estratégicos B-2 Spirit y misiles de crucero Tomahawk lanzados desde plataformas navales, con un despliegue militar previo que incluyó el portaaviones USS Nimitz, cazas F-16, F-22 y F-35, además de los propios bombarderos B-2.

Hegseth no ha dejado pasar ninguna ocasión para subrayar la importancia de la misión: “Ha sido un éxito increíble y abrumador. La orden que recibimos de nuestro comandante en jefe fue precisa, fue poderosa, y ha quedado claro que hemos devastado el programa nuclear iraní”. Hegseth insistió en que la operación no tuvo como objetivo a las tropas iraníes ni al pueblo iraní, sino exclusivamente las capacidades nucleares del país.

El sueño de muchos que solo ha cumplido Trump

Hegseth advirtió a Irán sobre cualquier posible represalia: “Cualquier represalia tendrá una respuesta mucho más fuerte de lo que hemos visto esta noche. Sería inteligente para Irán escuchar estas palabras”. El mensaje, según Hegseth, responde a la política de “paz mediante la fuerza” que ha caracterizado al gobierno de Trump, y que ha reiterado durante más de diez años su oposición a que Irán desarrolle armas nucleares.

El secretario de Defensa aseguró que “las ambiciones nucleares de Irán han quedado pulverizadas” y que el ataque supone un punto de inflexión en la seguridad internacional. “Muchos presidentes han soñado con dar el golpe final al programa nuclear iraní, y ninguno pudo hasta que llegó Trump”, afirmó, acompañado por el general Caine, quien también destacó la efectividad de la operación y la ausencia de bajas propias.

Después de los ataques norteamericanos, la respuesta iraní fue inmediata y contundente. El ministro de Exteriores, Abbas Araghchi, calificó el ataque como una “grave violación” de la Carta de las Naciones Unidas y del derecho internacional, y advirtió que “tendrán consecuencias duraderas”. Araghchi aseguró que Irán solo regresará a la mesa de negociaciones cuando haya dado una “respuesta” al ataque y se detenga la “agresión estadounidense e israelí” sobre su territorio. A nivel internacional, la alta representante de la Unión Europea, Kaja Kallas, instó a todas las partes a evitar una mayor escalada y a volver a la mesa de negociaciones.

Para algunos analistas, la comparecencia del secretario de Defensa y del jefe del Estado Mayor estadounidense ha dejado claro que el gobierno de Estados Unidos considera el ataque como un éxito militar y estratégico, aunque advierte de que la crisis podría escalar si Irán decide responder. La comunidad internacional observa con preocupación el riesgo de una espiral de violencia en Oriente Medio, mientras Estados Unidos insiste en que su objetivo es la estabilidad y la seguridad global, siempre bajo la premisa de la disuasión y la fuerza.