Israel aborda los primeros barcos de la flotilla de Gaza
El Ejército de Israel ha interceptado este miércoles la Global Sumud Flotilla, un convoy compuesto por más de 40 barcos con destino a la Franja de Gaza cargados con ayuda humanitaria. La intervención se ha producido minutos después de que las autoridades militares israelíes alertaran sobre la presencia de decenas de embarcaciones no identificadas navegando a escasa distancia de la costa, en lo que Tel Aviv catalogó como una “zona de conflicto activo”.
Según confirmaron fuentes vinculadas a la expedición, la interceptación comenzó cuando la flotilla se encontraba aún a menos de 100 millas de Gaza, en un área identificada por Israel como “zona de alto riesgo”. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) enviaron un mensaje a la tripulación alrededor de las 20.00 horas —hora peninsular española— advirtiendo de que serían responsabilizados de cualquier consecuencia si persistían en su ruta hacia el enclave palestino.
Desarrollo de la operación israelí
La radio pública israelí había anticipado que el plan militar consistía en detener las embarcaciones y trasladarlas al puerto de Asdod, donde serían sometidas a interrogatorios y posteriormente deportadas, repitiendo el protocolo aplicado en ocasiones anteriores a misiones similares. Testimonios de miembros de la flotilla confirmaron que al menos un barco fue ya detenido por las fuerzas israelíes, aunque el número total de embarcaciones neutralizadas aún no se ha especificado.
Algunas de las naves de la expedición denunciaron la aproximación “a gran velocidad” de más de 20 buques de guerra israelíes, así como interferencias en las comunicaciones, lo que complica la coordinación de la flotilla en sus últimas maniobras.
La tensión a bordo
Uno de los protagonistas de la expedición, el activista brasileño Thiago Ávila, integrante del comité de dirección de la flotilla y embarcado en el buque Alma, relató el cruce de mensajes de radio con la armada israelí. El Ejército de Israel había advertido de que detendría cualquier barco que intentase romper el “bloqueo naval” sobre Gaza y que las naves podrían ser confiscadas.
Ávila replicó que la operación constituye un crimen de guerra, argumentando que el Tribunal Internacional de Justicia ya ha dictado medidas cautelares que impiden obstaculizar misiones humanitarias hacia el enclave palestino. Asimismo, recordó que el primer ministro Benjamin Netanyahu tiene vigente una orden de detención emitida por el Tribunal Penal Internacional.
La voz política más relevante a bordo ha sido la de Benedetta Scuderi, eurodiputada italiana que participa en la misión. La parlamentaria había anticipado horas antes que la intervención militar israelí tendría lugar “probablemente esta noche”, subrayando así la tensión que envolvía toda la expedición desde su partida.
Portavoces de la Global Sumud Flotilla insistieron en que con su actuación, el Ejército israelí está usando el hambre como arma de guerra, impidiendo el acceso de ayuda humanitaria vital para la población gazatí. Argumentan que su iniciativa se fundamenta en el Derecho Internacional Humanitario, cuyo espíritu ampara misiones civiles destinadas a aliviar el sufrimiento de la población atrapada en conflictos armados. Alertaron, además, de que esta operación refuerza las denuncias sobre posibles crímenes de guerra cometidos por Israel en el marco del actual conflicto.
El choque de legitimidades
La intervención militar revela nuevamente el choque frontal entre las autoridades israelíes y los organizadores internacionales de misiones marítimas hacia Gaza. Desde Tel Aviv mantienen que el bloqueo naval es una medida de seguridad necesaria para impedir la entrada de armas y materiales que puedan ser utilizados por las milicias palestinas, mientras que desde la flotilla lo catalogan de sitio ilegítimo que somete a la población gazatí a condiciones inhumanas.
La Global Sumud Flotilla había zarpado con el objetivo de entregar ayuda humanitaria y de visibilizar ante la opinión pública internacional las consecuencias del bloqueo. Integrada por 44 navíos y tripulaciones multinacionales, combina la presencia de organizaciones civiles, activistas, parlamentarios europeos y profesionales de derechos humanos, lo que otorga una dimensión política muy amplia al episodio.
En las últimas horas, mientras prosigue la operación de traslado y detención de las embarcaciones, el foco internacional se centra en cómo responderán las instituciones europeas y organismos internacionales a la denuncia presentada por los miembros de la flotilla, quienes insisten en que la comunidad internacional no puede seguir tolerando la inmovilidad ante el bloqueo a Gaza.
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