#Claves de la semana

Juan Fueyo: "El Sáhara está cruzando el estrecho de Gibraltar y habrá más riesgo de pandemias"

Entrevista con el científico autor del libro Blues para un planeta azul que lleva investigando más de veinticinco años en Estados Unidos Profesor en el Departamento de Neurooncología del M.D. Anderson Cancer Center en Houston. El médico presenta su última obra a la vez que se celebra la nueva cumbre mundial contra el cambio climático. Nos advierte de las consecuencias para la salud que tendrá el calentamiento global y en la propagación de nuevos virus.


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Catalunya press   incendio
Labores de extinción en los incendios forestales en Cantabria / @EP

Esta semana ha arrancado la cumbre anual del clima de Naciones Unidas, comúnmente conocida como COP27, en el que se pone el foco sobre el calentamiento global y la necesidad imperiosa de hacer algo para revertir un proceso que está destruyendo el planeta tal y como lo conocemos y que está llegando al punto de no retorno. 

 

Uno de los hombres que más saben al respecto es Juan Fueyo, un científico español instalado en Houston desde hace más de 25 años que publicó este 2022 Blues para un planeta azul. Esta obra divulgativa proporciona una visión orientadora de la ciencia, la medicina, la virología y la ecología en relación con el cambio climático. CatalunyaPress ha podido hablar con él para saber su opinión sobre algunos temas de rigurosa actualidad en esta temática. 

 

 

Pregunta: Posiblemente es el mejor timing para la entrevista porque justo ahora se está celebrando la cumbre anual del clima de las Naciones Unidas en Egipto. ¿Qué esperanzas tienes depositadas en esta cita?

 

Respuesta:  Hay dos visiones en este sentido. Por un lado está Greta Thumberg, que volverá a decirnos que todo es "bla bla bla". También estará Bill McKibben, un escritor y periodista que entrevisté para Blues para un planeta azul y le pregunté por la conferencia anterior, y su respuesta fue:"Míralos, ya verás que todos van a su bola, que todos están en su tema". 

 

Por otro lado, la persona que escribió el prólogo para mi libro fue María Neira, la directora de la OMS para Medio Ambiente, y ella está allí. Ella tiene una visión más optimista, en el que dar un paso pequeño ya sea avanzar. El hecho de estar todos sentados aquí ya es algo. Entre estas dos visiones es donde va a estar.

 

No creo que vayan a tomar ninguna medida radical, ni que vaya a salir de ahí, por ejemplo, que Estados Unidos deje de perforar para sacar petróleo o que la India deje de consumir carbón... No vamos a llegar a nada tan radical, pero quizá en otros temas se puede avanzar más.

 

Catalunya press   blues
Portada del libro Blues para un planeta azul

 

P:  En los medios de comunicación cada vez aparecen más catástrofes naturales: terremotos, huracanes, lluvias torrenciales, sequías, volcanes... ¿Es así como vislumbras el fin del mundo?

 

R: Yo creo que sí. Cuando hablas con los expertos en España, todos coinciden en que lo que más va a impactar en la península es la subida de las temperaturas y la sequía. Esto significa que el Sáhara está cruzando el estrecho de Gibraltar y tiene varias consecuencias: que las temperaturas van a subir, que va  haber desertificación, que el proceso que llevas realizando en muchos aspectos se puede revertir.... A parte, tiene implicaciones en la salud, ya que las enfermedades que se dan en África pueden llegar a España. Por ejemplo, las enfermedades transmitidas por mosquitos y garrapatas que viven en una zona térmica determinada. Cuando se aumenta esta franja, ellos avanzan y llegarán a España, lo que implica más riesgo de pandemia. 

 

 

P: En el libro haces un símil entre la Tierra y los humanos, y comentas que ambos no pueden soportar un gran aumento de la temperatura porque sino pueden acabar muriendo. ¿A cuántos grados estamos de cruzar el punto de no retorno?

 

R: El símil es bueno. Lovelock, cuando publicó Gaia: A New Look at Life on Earth, pensaba que la Tierra era un organismo vivo, por lo que tiene una temperatura como la nuestra. Esa subida de la temperatura, que se le conoce como fiebre o hipertermia maligna, acaba afectando de la misma manera. Por ejemplo, nosotros estando a 36,5ºC, si pasamos cuatro grados, hay pacientes que ya no lo soportan porque les provoca crisis epilépticas. En la Tierra, ahora mismo estamos 1.1ºC por encima de la temperatura normal, como mínimo desde que se empezó a medir. Si subimos 4ºC, podría llegar a ser desastroso. Llegar a los 4ºC de más en 2100 sería un escenario casi apocalíptico, y lo peor es que ya hay ordenadores que prevén que este sería un escenario posible si mantenemos el mismo ritmo que seguimos ahora. 

 

En la cumbre que se está celebrando en Egipto van a intentar hablar si la meta de llegar a un aumento de 1.5ºC ya no es posible, o si ya hemos llegado demasiado tarde a ello. Si empezamos a llegar a los 2ºC, empezaremos a ver muchos más fenómenos extremos, pero 4ºC es cuando empezaría la catástrofe.

 

 

P: Da miedo tal y como lo describes.

 

R: Cuando los científicos empezaron a publicar sobre el cambio climático en los 80 y avisaron de que la atmósfera de la Tierra estaba cambiando fue cuando la gente empezó a coger miedo y hubo una reacción. De ahí se pasó a la contrarreacción de las compañías del petróleo, de los países que producen petróleo, de los gobiernos... y se acabó silenciando. Ahora la gente está anestesiada, no sabe qué está ocurriendo, pero es necesario volver a meter miedo y volver a cambiar. Es por ello quizá que la provocación de los jóvenes en los museos está teniendo este efecto de volver a llevar las cosas a los titulares. Todo el mundo está en contra del vandalismo, pero hace falta una llamada para que la gente despierte, y el miedo es una gran llamada.

 

VÍDEO: Dos activistas ecológicas se pegan a los marcos de los cuadros de 'Las Majas' de Goya en el Museo del Prado

 

"Todo el mundo está en contra del vandalismo, pero hace falta una llamada para que la gente despierte, y el miedo es una gran llamada"

 

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Activistas ecologistas se pegan al marco de 'La maja desnuda' y 'La maja vestida' de Francisco de Goya, en el Museo Nacional del Prado en Madrid / @EP

 

P: ¿Qué podemos hacer los habitantes de la Tierra para revertir el cambio climático? ¿Sirve de algo esforzarnos si los gobiernos no se implican de la misma forma?

 

R: Está bien estar mentalizado para reciclar, pero nosotros no podemos fabricar coches eléctricos. Alguien los tiene que fabricar y alguien debe tomar la decisión de que no se produzcan más coches de gasolina. Nosotros podemos presionar al gobierno. La acción más importante que puede hacer la sociedad ahora es votar a partidos para que ellos tomen medidas. Al final, el ciudadano tiene un poder limitado porque las decisiones vienen de arriba.

 

 

P: Personalmente, ¿qué sientes cuando ves políticos como Donald Trump negando o incluso ridiculizando el cambio climático?

 

R: Yo veo el dinero detrás. La industria del petróleo tiene muchísimo dinero y apoya muchas cosas. También hay otro factor que no debemos olvidar, y es que el petróleo nos ha dado una sociedad de confort. Las refinerías del petróleo besan y matan. Nos han dado muchísimas cosas, pero luego las leyes de la física no se pueden modular más, y convertir la atmósfera en vertedero de gases de efecto invernadero va a producir que esto se convierta en una catástrofe. Lo que llamábamos progreso, ahora está cambiando de nombre y tenemos que evolucionar con ello. Yo entiendo la gente que defiende la industria del petróleo, y en muchos casos de políticos, se deben a que hay un dinero que les está apoyando detrás. 

 

 

 

P: Hablando precisamente del tema del petróleo, ¿qué opinas de que países como Qatar, que basan su riqueza y su economía en este elemento, se les recompense con eventos como el Mundial de fútbol?

 

R: Escoger un país puro es muy complicado porque es muy difícil encontrar un país donde las cosas estén del todo bien. Las petrotiranías son malas, porque unos pocos acumulan mucha riqueza y privan de libertad al resto, por lo que producen energía sin conciencia, y Qatar está dentro de este grupo. 

 

El petróleo no lo puedes usar para regar la tierra ni para dar de beber a la gente. Entonces, Qatar y todos estos países que están viviendo en un desierto y que van a ir aumentando cada vez más por el cambio climático, no les están haciendo ningún beneficio a sus ciudadanos. Dentro de este contexto, la diplomacia es una buena forma de interactuar con ellos y quizá el deporte es un buen medio para entrar en Qatar y que los periodistas nos cuenten qué sucede allí. 

 

Estas son las sorprendentes restricciones del Mundial de Qatar 2022 a los medios de comunicación

 


P: ¿Qué dice de nosotros que hayamos sido capaces de transformar tanto la naturaleza? ¿Habla de nuestra superioridad o de nuestra infinita estupidez?

 

R: Hay veces que la humanidad ha actuado por ignorancia. Cuando se empezó la Revolución Industrial, pocos podían prever que el uso de combustibles fósiles iba a llevar a esto. Algunos científicos lo decían, pero hasta 1980 no empezamos a tener pruebas de que esto era verdad. La humanidad ha actuado 100 años dentro de la ignorancia. Ahora, cada vez se empieza a saber más, pero la malicia viene de los grandes intereses económicos que constantemente están tratando de disminuir la influencia que tienen los activistas, los periodistas, los escritores... 

 

"La humanidad ha actuado 100 años dentro de la ignorancia"

 

Una cosa que descubrí mientras escribía Blues para un planeta azul fue que uno de los documentos socioculturales y políticos más importantes del cambio climático es una cíclica del Papa llamada 'Laudato si' ("Alabado sea"). El Papa, que a priori no es una persona que relaciones demasiado con el cambio climático, habla de cómo los cristianos tienen la obligación de cuidar la tierra, y cómo la codicia y la avaricia de unos pocos está destruyendo la Tierra. Por lo tanto, empieza a romperse ese muro de silencio. La ignorancia comienza a desaparecer y cada vez más pasaremos de la ignorancia a la acción. Pronto a los gobiernos no les quedará más remedio que moverse en este sentido. 

 
Catalunya press   entrevista
Entrevista con Juan Fueyo / @CatalunyaPress
 

P: Da la sensación de que la vida se ha convertido en un videojuego real basado en la supervivencia. ¿Tienes la misma sensación?

 

R: Sí, es verdad. Cuando superas la ola de calor, te viene la ola de frío, y después la pandemia, que es otro elemento ligado al cambio climático. África se está comiendo a España desde el punto de vista climático y eso es terrible. 

 

Creo que muchos jóvenes piensan así mucho más que los adultos, y por eso vienen estas reacciones tan provocadoras de los jóvenes que a los adultos les cuesta mucho entender porque piensan que les van a desmontar el chiringuito. Pero en realidad, ellos están viendo el videojuego y para ellos es más real. Esto refleja que el cambio climático es intergeneracional: lo que hacemos ahora repercutirá en nuestros nietos. Entiendo que los jóvenes estén bastante indignados. 

 
 

P: El cambio climático también ha afectado al aumento de posibilidades de que se produzca otra pandemia. ¿Hay algo que podamos hacer para protegernos?

 

R: Las pandemias están correlacionadas con el cambio climático por varios factores como la deforestación, que acerca al hombre a la jungla y de ahí le vienen los virus. También hay un desplazamiento de los animales salvajes hacia las ciudades, mayor contacto con los animales... Casi todas las pandemias que hemos sufrido recientemente, el sida, el ébola, el SARS, la Covid..., son virus que están en animales y pasan al hombre. Este fenómeno se acentúa mucho durante el cambio climático porque las interacciones aumentan, y lo peor es que los virus que nos han llegado hasta ahora no son virus malos, hay algunos que son muchísimo peores. Hay un famoso epidemiólogo que dice que tener un brote de una enfermedad es al azar, pero tener una pandemia es una decisión. 

 

Lo que se debe hacer es tener un sistema de vigilancia en todo el mundo que sea como el sistema de vigilancia de las armas nucleares, es decir, que cuando aparezca un virus nuevo todo el mundo lo sepa y no suceda lo de China, que se queden callados y el virus se expanda en una ciudad de 14 millones de habitantes como Wuhan. Tener este conocimiento mundial y una coordinación global para parar las pandemias es muy importante. Antes no lo teníamos, después de la Covid lo empezamos a tener, y ahora la ONU ha alertado de las pandemias entre los grandes peligros del cambio climático. Esta vez nos hemos salvado porque hemos conseguido crear una vacuna muy rápido, pero esto es una excepción y para el próximo virus quizá no tenemos vacuna.

 

P: Hace pocos años hubo un incendio en California en el que a Miley Cyrus se le quemó la casa. ¿Crees que las desgracias tienen una repercusión mayor cuando les afectan a los famosos?

 

R: Sí, es verdad y a la vez es bueno. Cuando las celebrities sufren el cambio climático y lo denuncian, se le hace mucha más publicidad. Si Tamara Falcó o Georgina Rodríguez se interesaran más por el cambio climático, pues estaríamos todos mucho más motivados. 
 

 

 

P: ¿Qué importancia tiene la aparición de líderes como Greta Thunberg?

 

R: Yo creo que muchísima importancia. Todos estamos de acuerdo en que Greta es una gran provocadora porque es alguien que es capaz de generar grandes titulares en los periódicos. Es alguien que puede enfadarse en Twitter con Donald Trump y lo sabe todo el mundo. Es alguien que puede cantarle las cuarenta a cualquier primer ministro del planeta. 

 

Esto es muy importante porque los jóvenes como ella no han llegado todavía a los centros de decisión ni a los puestos de poder. Ellos saben cuál es el problema, pero tienen la impotencia de no poder hacer nada. Por lo tanto, lo único que le queda es la rebelión y la indignación. El cambio climático se convertirá al final en una revolución más importante que la Ilustración, el marxismo, el capitalismo... una revolución a nivel global que por primera vez la liderarán niños y adolescentes, y eso es lo que tiene mucho valor. Greta Thunberg y todo lo que la rodea están poniendo en los titulares las energías verdes. 

Juan Fueyo en una foto de la Texas University
Juan Fueyo en una foto de la Texas University
 

P: En el libro comentas que "un cambio de ideales es más importante que un cambio de planeta". ¿Que ideales instaurados hoy en día en el planeta tendrían que cambiar para tener un modo de vida más sostenible?

 

R: Cambio de planeta no puede haber porque no hay planeta B, como mínimo no hay ningún planeta en el sistema solar al que pudieramos movernos y llevar una civilización. El título del libro es Blues para un planeta azul, y es un juego de palabras porque "blue" en inglés significa azul y al final se traduce como darle más azul al azul. 

 

El cambio vendrá cuando el capitalismo vea que la única solución que tienen para sobrevivir es desviar la cantidad de dinero que ha puesto en el petróleo y en el carbón hacia las energías sostenibles. Hasta ahora, las energías verdes no eran rentables. Entonces, el capitalismo no las tocaba, seguía con su rollo porque quería tener beneficios. Ahora empezamos a ver que las energías verdes promoverán puestos de trabajo y producirán beneficios, por lo que salvarán al capitalismo. Yo creo que tendremos los mismo ideales, que el sistema capitalista seguirá y que la libertad de mercado es lo que nos salvará. 

 
 

P: Para acabar, en tu obra hablas de que Una verdad incómoda para futuras generaciones (Al Gore) fue un libro que tuvo la capacidad de abrir los ojos a la gente en relación al cambio climático. ¿Te gustaría que tu libro tuviera el mismo impacto?

 

R: Una verdad incómoda es un clásico porque fue uno de los primeros que enseñó las fotos de los glaciares desapareciendo. Llegar a ser Al Gore sería extraordinario pero no creo que esté a ese nivel porque él sí que estaba en centros de decisión y de poder, incluso le acabaron dando el Nobel. Él trabajaba con el grupo de expertos para el cambio climático, él era un político y un activista. Yo en realidad soy un divulgador y un científico que se ha preocupado por los grandes problemas de la humanidad, sino el mayor. El cambio climático es el mayor problema de salud que existe hoy en día en el mundo. 

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