Sanitaria denuncia que "aparcan en los pasillos" a pacientes "con episodios de arritmia": "Todo vale"

Los colapsos reiterados de las últimas semanas tanto en hospitales como centros de salud a lo largo y ancho de la comunidad han ocupado más de un titular pero, ante la falta de sanitarios y recursos, todo parece indicar que seguirán protagonizando la actualidad. El SERGAS se encuentra saturado y los sanitarios no encuentran soluciones, agravadas por las decisiones de los gestores que, en ocasiones, y según el relato de los propios profesionales, ponen en riesgo a los usuarios. La última decisión del "coordinador y supervisoras de enfermería" ha sido denunciada por Fátima Nercellas a través de sus perfiles de redes sociales y evidencia la crisis de la sanidad gallega.

PACIENTES GRAVES Y OBRAS

Nercellas, delegada de riesgos laborales en las Urgencias del CHUS y representante sindical de O'Mega, subraya que cuanto ocurre en el servició está "en conocimiento de la Xerencia". "Tenemos en el área 70 camas cerradas y en ruinas en el hospital Gil Casares. Hace años y en reuniones con sindicatos se había quedado con esta Xerencia en que se mantenía operativo dicho hospital hasta que se hiciera la ampliación del clínico", comenta la doctora. De hecho, el Gil Casares lleva meses en obras, con las que tienen que cohabitar los usuarios del centro y que están ocasionando muchas molestias a los enfermos.

Sin embargo, y pese a las quejas, desde la dirección no han hecho nada para corregir esta situación. "Caso omiso. Estamos en un punto en que la sanidad del área está en ruinas como el Gil Casares", lamenta Nercellas, que admite que todos los pacientes son conscientes de este escenario y critica que las urgencias se están volviendo un "almacén de pacientes".

"ALMACÉN DE PACIENTES"

"A estas urgencias se traslada, para almacenarse, ingresados del hospital de Barbanza que allí no caben e incluso de plantas de otros hospitales como Cee", explica Nercellas, que vivió en primera persona una situación dramática y que pudo acabar en tragedia. 

"Hace unos días me encuentro tirada en el pasillo de la entrada a una paciente ingresada allí y que hizo episodios de arritmia. En vez de gestionar cama en planta, la tiran en el pasillo de entrada de urgencias. Todo vale", denuncia, al tiempo que critica la "ineptitud total de la gestión". "Lo pagamos los pacientes y los que aquí trabajamos", reprende. 

El colapso en los pasillos no es una situación ni mucho menos nueva y tanto sanitarios como usuarios del área compostelana han denunciado lo que ocurre en reiteradas ocasiones, especialmente en las últimas semanas, donde el pico de la temporada de gripe agudizó este problema y provocó serios embotellamientos en las Urgencias del CHUS, con decenas de pacientes graves en los pasillos y muchos más con el ingreso aprobado y pendientes de subir a planta ocupando espacios de trabajo. 

"Hay múltiples requerimientos de Inspección de Trabajo para que estén libres los pasillos. Ni caso por parte de estos políticos gestores. Seguimos trabajando. No es que esta denuncia publica les vaya a hacer recapacitar, pero por lo menos que se sepa", concluye Nercellas.

"EL GIL CASARES ES EL ÚLTIMO RECURSO"

Consultados por Galiciapress por este caso, desde el área sanitaria compostelana recuerdan que, en estos momentos, tanto en el clínico como "en el resto de hospitales" las urgencias atendidas están siendo "superiores a la media", si bien en los últimos días se empieza a percibir "una bajada en la demanda de atención", estrechamente relacionada con el fin del momento crítico de la ola de gripoe.  

"No obstante, se dan picos en la asistencia. Por otra parte, conviene destacar que los enfermos clasificados con prioridad 1 son atendidos de manera inmediata, tal y como indica el sistema de Triaje Manchester, internacionalmente reconocido por las sociedades científicas y sistemas de salud", insisten desde el SERGAS, que también ve como las infecciones respirarotiras están siendo la principal causa de esta saturación, lo que llevó a la sanidad pública a poner en marcha "un plan de contigencia" con el que se dotó "de más recursos humanos y materiales a los centros del área, refuerzos que se mantienen a día de hoy". 

Sin embargo, con respecto al Gil Casares y su uso, desde el área santiaguesa admiten que es siempre "la última opción". "Es un recurso de última opción que los mismos profesionales prefieren no emplear, ya que tan solo puede acoger a un perfil definido de enfermos y resulta menos operativo para su atención. No obstante, si fuera necesario emplearlo se utilizaría, ya que se procedió a una revisión de las habitaciones de Medicina Interna en este centro y se realizaron obras de acondicionamiento", puntualizan.

En ese sentido, pormenorizan que, en algunos momentos del día, pueden confluir "ingresos y altas", lo que puede "ralentizar" el proceso de hospitalización. A renglón seguido, hacen un llamamiento a la población para participar en la campaña de vacunación congra la gripe y la Covid-19, abierta y prorrogada hasta el 26 de enero.

"La dirección agradece el esfuerzo de los profesionales, su dedicación y compromiso en estos momentos de mayor presión asistencial. Por otra parte, hay que recordar que en el Servicio de Urgencias del Hospital Clínico se realizó en los últimos años un importante esfuerzo tanto en la ampliación de espacios y adquisición tecnológica (con una inversión de más de 2 millones de euros) como en el incremento en un 30% del plantel", acotan desde el SERGAS, que amplía a este diario que las nuevas obras contarán "con una inversión de 73 millones de euros" y permitirán aumentar "un 30% de su superficie".