Las ambulancias programadas de Ferrol llegan hasta "2 horas tarde" por culpa del SERGAS, dice CIG

De un tiempo a esta parte las ambulancias de Galicia están ocupando más titulares de los esperados y, desde luego, deseados. Que si la Xunta tiene que intervenir a Ambulancias do Atlántico, que si una huelga en Ambulancias Civera, que si atrasos en las nóminas de los trabajadores del área de Lugo, que si contratos que se quedan desiertos… Los últimos en manifestar problemas son los operarios del transporte programado del área sanitaria de Ferrol, donde los cambios operativos en la UTE que componen Servicios Sanitarios del Cantábrico, Ambulancias Ortigueira y Ambulancias del Nordés ha llevado al sindicato CIG a convocar movilizaciones y declarar que, si no se realizan modificaciones, la huelga en el servicio es una posibilidad muy real.

UN CAMBIO “UNILATERAL”

Beatriz Fernández González, responsable de la FGAMT-CIG en la comarca de Ferrol, se reunió el martes con los representantes de las tres empresas y manifiesta que, aunque la situación es complicada, existe un diálogo positivo entre las firmas. “De entrada admitieron que las formas de dirigirse al personal con los nuevos cambios no fueron las adecuadas. Evidentemente mandar un whatsapp al teléfono de los trabajadores no es la manera apropiada”, subraya Fernández.

La comunicación que trasladaron en ese mensaje de texto es la de tener que recoger, a partir de ahora, a los pacientes en las propias habitaciones, cuando antes se hacía en las zonas de acceso de los centros. Un cambio aplicado “de forma unilateral” del que, admite Fernández, todavía desconocen la motivación, pero que ni facilita el trabajo ni acorta los tiempos, como “excusan” las autoridades sanitarias. Más bien todo lo contrario, considerando, además, que esa no es la labor de los profesionales que llevan las ambulancias.

“Las empresas admiten esta comunicación que les llega del SERGAS, que llegó al responsable del área de Ferrol y que transmitió a los trabajadores”, deslizan desde la CIG, al tiempo que puntualizan que las direcciones de las empresas desconocían la novedad “hasta el momento en el que se lo notificamos nosotros”.  

“Los problemas siguen estando ahí. Esto demorará muchísimo el tiempo de los traslados y el personal no tiene que asumir estas funciones, que corresponderían a los celadores del SERGAS, y mucho menos en un centro privado como el Juan Cardona”, reprende Fernández, que ve en esta decisión una forma de “retrasar todo más”: “Lo que antes se hacía en media hora puede llevar una hora”. 

Esto está provocando retrasos para los pacientes inasumibles en muchos casos, lo que ha despertado las denuncias de los usuarios. Considerando que ahora cada transporte multiplica su tiempo por dos en muchos casos, las demoras se acumulan, por lo que las ambulancias llegan a algunos servicios “una hora, hora y media o dos horas tarde”.

“LA RESPONSABILIDAD ES DEL SERGAS”

No obstante, Fernández reconoce que tienen que acatar las órdenes y que lo hacen “por el libro”. “Trabajamos con gente enferma. Empatizamos y procuramos hacerlo de la mejor manera, pero no damos”, lamenta. “Afortunadamente no tuvimos problemas en traslados de urgencia, pero en traslados habituales hay retrasos y los usuarios protestan, como es normal. Si viene de llevar un tratamiento de quimioterapia y ahora tiene que esperar dos horas…”.
 

A mayores, desde el CIG afirman que algunos trabajadores han trasladado al sindicato la queja de que “el material con el que tienen que trabajar dentro de los edificios del SERGAS tienen que ser puesto por ellos, no pueden usar los del SERGAS”. “Es el colmo. Hay una legislación que dice que el material que se tiene que emplear es el del centro, no de empresas de fuera”, acusa la responsable de la FGAMT-CIG en el área ferrolana. 

Hasta este momento esta forma de proceder solo se hacía en el Hospital Naval por “un acuerdo de hace muchos años en su sistema de trabajo”. En lo referido a otros puntos del territorio gallego, desde la CIG indican que “en algunas zonas se hace igual, pero en otras no”, si bien la propia licitación del transporte programado en Ferrol incluye una cláusula en la que se estipula que “el personal de ambulancias tiene que hacerse cargo de estos traslados”. 
 

“La licitación puede decir misa, pero estas tareas no son nuestras. ¿Si pone que es el personal de ambulancias el que tiene que sacar una vía a un paciente lo va a hacer? Obviamente no. La responsabilidad sobre un paciente en un centro del SERGAS tiene que ser del SERGAS, no de una empresa externa”, zanja la representación de los trabajadores.
 

CONTRATOS INFRADOTADOS Y DESIERTOS

En este escenario son las propias empresas de ambulancias las que admiten que este modo de operar “no es el adecuado”. En esta línea, Fernández coincide en la tesis que empresas, sindicalistas, trabajadores y demás actores han manifestado de forma reiterada en los últimos años: los contratos de la Xunta están infradotados.

“Están totalmente infradotados. El 27 de mayo se cerró aquí la oferta para el contrato del transporte no urgente y no se presentó nadie. Va a quedar desierta, igual que en la mayoría de sitios”, critica, ya que las condiciones actuales hacen que “no se postule ninguna empresa”.  
 

En el área de Ferrol se fueron solventando los problemas “con diálogo” y el trabajo de todos, pero el panorama que se presenta es difícil para la UTE. “Nos dicen que en estas condiciones, con la dotación que piden de vehículos y personal, no pueden asumir esos costes. Son empresas potentes y pueden tener un respaldo económico, pero no van a meterse a una condición de dos años en estas condiciones”, valora. 

SILENCIO DE LAS AUTORIDADES

Por ahora, y pese a que la huelga está sobrevolando el servicio, las autoridades sanitarias no han dado pasos de cara a reunirse con el sindicato para abordar esta problemática, pese a sus peticiones para solicitar una reunión en busca de explicaciones. “Hasta el día de hoy seguimos sin respuesta. Las empresas también quieren aclarar qué está pasando”, precisa Fernández, a la vez que recuerda que desde la Xunta no hay intención alguna de debatir la posibilidad de que el servicio pase a ser de gestión pública.

“Nos parece algo fundamental. Todo tendría que pasar por ahí, ser un servicio público”, razonan desde la CIG, que ahora están a la espera de que se mantenga el encuentro con los trabajadores a principios de la semana que viene, donde decidirá en asamblea los siguientes pasos a dar. “Así no vamos a seguir, tiene que quedarle claro a todo el mundo”, zanja, con una primera concentración ante la gerencia del área sanitaria, pendiente de fecha, y con la posibilidad de “encerrarnos allí hasta que nos reciban” y reclamar “una negociación a tres bandas”.