Es 1 de septiembre y un tercio de los sanitarios gallegos ya padecen estrés laboral
El regreso al trabajo tras las vacaciones marca este 1 de septiembre una vuelta masiva de miles de trabajadores gallegos a la rutina profesional, a menudo en un entorno donde la presión laboral acaba generando un problema de salud crónico. En el caso de los sanitarios gallegos, un tercio dice sufrirlo.
La última encuesta realizada por Randstad a más de 4.300 profesionales sitúa a Galicia entre las comunidades con mayor presencia de estrés laboral crónico. El 24,7% de los trabajadores gallegos advierte que vive frecuentemente o de forma continua bajo la presión profesional, superando la media nacional situada en el 21,2%. Así, uno de cada cuatro empleados gallegos convive de manera habitual con la sensación de agobio o saturación que genera la carga de trabajo en la autonomía.
Este fenómeno no es aislado: el 62% de los asalariados gallegos admite sufrir estrés relacionado con el trabajo en alguna medida, ya sea en forma esporádica (30,8%) u ocasional (31,18%). Por el contrario, solo un 13,3% afirma no haber sentido jamás estrés vinculado a su empleo. La diferencia con los territorios donde el estrés es menos frecuente —como Navarra (13%), Baleares (11,1%), Castilla-La Mancha (17,2%) y Murcia (16,3%)— revela que Galicia se encuentra en el grupo de cabeza a nivel estatal, junto a Asturias (25,2%) y Canarias (24,3%).
La vuelta de septiembre, tradicionalmente asociada al llamado “síndrome postvacacional”, amplifica la percepción de presión, especialmente en sectores con gran carga operativa y baja capacidad de desconexión mental.
El absentismo laboral se dispara en Galicia
A la problemática del estrés laboral se suma un triste récord: el absentismo se dispara en Galicia y la sitúa como una de las comunidades autónomas con mayor incremento en España durante el primer trimestre de 2025. La tasa de absentismo alcanza un alarmante 8,3%, nueve décimas por encima del ejercicio anterior y muy lejos de la media estatal del 7%.
Muchos expertos señalan que la presión emocional y la sobrecarga derivada del estrés están directamente vinculadas al aumento de las ausencias, especialmente las motivadas por incapacidad temporal, cuyo índice llega hasta el 6,7% en el periodo analizado, el mayor de toda España.
En la práctica, esto significa que los profesionales gallegos han dejado de trabajar una media de 21,5 horas en el primer trimestre del año, de las cuales más de 10 responden a causas médicas justificadas. Estas cifras equivalen a la pérdida de aproximadamente cuatro jornadas laborales completas por persona en solo tres meses. Mientras la media nacional se queda cerca de 19 horas no trabajadas, Galicia se desmarca junto con País Vasco y Canarias en los puestos más altos del ranking de abandono de la actividad profesional.
El mapa del absentismo laboral gallego se contextualiza con un envejecimiento poblacional significativo y la existencia de sectores tradicionalmente expuestos a mayores exigencias físicas y psicosociales, como la industria, la construcción, el marisqueo, la minería y los astilleros. El tiempo de recuperación tras una baja, según especialistas, es más largo en poblaciones envejecidas, y las bajas motivadas por razones psicológicas se han extendido en la región, alimentando la espiral de problemas asociados al estrés.
El impacto por sectores y género
El fenómeno del estrés y el agotamiento emocional varía según el sector profesional y el género. Las mujeres muestran índices notablemente más altos y frecuentes de estrés en comparación con los hombres. El 63,6% de ellas admite sufrirlo de forma recurrente, frente al 48,9% de los varones. Además, un 19,8% de las trabajadoras experimenta estrés “frecuente”, mientras que solo el 13% de los hombres lo declara de esa manera.
En cuanto a sectores, la sanidad encabeza la lista: uno de cada tres sanitarios gallegos afirma estar emocionalmente agotado en la actualidad, y el 43,3% lo estuvo en el pasado reciente. En construcción el porcentaje es del 31,5%, mientras que en educación alcanza el 29,8% en la actualidad, y el 35,1% lo ha padecido anteriormente. El sector tecnológico tampoco se queda atrás: el 25,2% está actualmente afectado por agotamiento emocional y el 45% lo ha vivido en algún momento.
Por el contrario, la administración pública presenta la menor tasa de agotamiento, ya que el 41,3% de sus empleados asegura no haber sentido nunca ese tipo de afectación mental y solo un 10,3% la sufre actualmente. Sectores como cultura y arte (38,7%) y energía y medioambiente (37,1%) también muestran índices bajos de agotamiento emocional.
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