Trabajadores de Povisa Vigo niegan fuga de médicos, "es el mercado laboral"
Galiciapress habla con un representante de los asalariados del gran hospital privado de Vigo, centro de polémica por supuesta falta de personal. Tambén del nuevo convenio colectivo.
La situación del hospital vigués Ribera-Povisa es de normalidad, eso al menos han transmitido desde el centro olívico. Y es que los reflectores apuntaban a una “inquietud” por la salida de médicos y enfermeras que se sumaba a una caída en el número de pacientes adscritos. Otro punto en cuestión ha sido el rechazo sindical por parte de la CIG al nuevo acuerdo de carrera profesional y que ha enfrentado en las últimas semanas a trabajadores y dirección. Mientras, la gerencia del centro —integrado en el grupo Ribera Salud y participado por el fondo francés Vivalto Santé— niega cualquier “fuga” de personal y asegura que el hospital mantiene su actividad con normalidad. Por su parte, la CIG y distintos colectivos laborales alertan de la sobrecarga asistencial y de unas condiciones que siguen sin equipararse a las del Servicio Galego de Saúde (SERGAS).
Menos pacientes y cambios en las cartillas
Según cifras publicadas, Ribera-Povisa habría perdido alrededor de 6.000 pacientes en el último año. El hospital cuenta ahora con algo menos de 110.000 cartillas adscritas. La mayoría de adscritos y adscritas son procedentes de Moaña, Cangas, Nigrán, Gondomar y Baiona. Cada ejercicio, el SERGAS y Ribera-Povisa abren un periodo de un mes para que los ciudadanos cambien de hospital entre este centro concertado y el Álvaro Cunqueiro. Con respecto a esto último, fuentes sindicales dicen que “cada año baja el número de cartillas" de Povisa.
Desde la dirección, en cambio, señalan que la movilidad es constante y que “si se van 2.000 pacientes de Povisa, llegan 1.000 nuevos”, apuntando que el flujo de altas y bajas se mantiene equilibrado entre el área pública y la concertada.
“No es fuga, es el mercado laboral”
Rafa Agras, técnico de cuidados auxiliares de enfermería (TECAE) en Urgencias y delegado de la CIG en Povisa, explica que no debe hablarse de “fuga masiva” de personal, sino de una consecuencia lógica del mercado sanitario: “Si me pagan más en otro lugar, me voy”. Según Agras, la coincidencia de varias salidas en 2024 se debió a que “algunos profesionales obtuvieron plaza en el SERGAS por méritos propios”. En el ámbito privado otros optaron por nuevas oportunidades con mejores condiciones.
El representante sindical admite que la falta de especialistas en ciertas áreas agrava el problema: “En algunas especialidades no hay médicos en el mercado”, señala. También reconoce que Ribera-Povisa intenta cubrir todas las vacantes —“esta semana contrataron un maxilofacial y una oftalmóloga”—, aunque insiste en que las condiciones de jornada y salario “aún pueden mejorar”.
“Nosotros tenemos jornada completa de 40 horas, mientras que en el SERGAS son 35”, detalla Agras. “Cada año intentamos mejorar en la negociación colectiva, pero ahora mismo no hay negociaciones abiertas con la empresa”.
Rechazo sindical al nuevo acuerdo de carrera profesional
El último desacuerdo entre dirección y plantilla ha llegado con el plan de desarrollo profesional firmado entre empresa y sindicatos salvo la CIG por considerar el documento “discriminatorio y precarizador”. Denuncia que penaliza las bajas por enfermedad —restando derechos a quien supere 60 días anuales de incapacidad— y que excluye a las categorías más bajas de cualquier progreso hasta 2027.
El sindicato critica que los importes se calculen para jornada completa, “reduciendo la cuantía al personal a tiempo parcial, sin rebajar los objetivos”. También cuestiona que el cobro dependa de la situación económica de la empresa y que la carrera pueda perderse si se abandona el centro antes de tiempo.
Frente a este malestar, la dirección defiende que el plan busca “valorar la trayectoria y compromiso” del personal. Por otra parte, quiere que sea un incentivo para fidelizar profesionales en un contexto de competencia laboral creciente.
“No hay crisis, sino una campaña de descrédito”
Ribera Salud desmintió mediante un comunicado “los rumores de crisis o fuga” de personal. Afirmó que el hospital mantiene una “actividad normal” con 1.546 trabajadores y 486 facultativos repartidos en más de 40 especialidades. Así, entre septiembre de 2024 y agosto de 2025 el centro atendió a más de 125.000 pacientes, con 24.000 intervenciones quirúrgicas, 410.000 consultas y se atendieron 91.000 urgencias.
Durante los dos últimos años, Povisa habría incorporado 77 médicos (43 en 2024 y 37 en 2025), lo que, según la compañía, garantiza la continuidad asistencial y refuta la idea de desmantelamiento. Además, destaca la incorporación de tecnología y proyectos de modernización, incluyendo una futura cirugía robótica.
Ribera Salud insiste en que el hospital sigue acreditado por la Joint Commission International y recuerda que mantiene médicos de guardia las 24 horas del día los 365 días del año en una veintena de especialidades, lo que, a su juicio, lo diferencia del resto de hospitales privados gallegos.
El papel del SERGAS y el debate sobre los conciertos
El conselleiro de Sanidade de la Xunta reconoció recientemente que cualquier alteración en el personal de Povisa impacta directamente en la sanidad pública. Esto se debería al concierto vigente entre ambas partes que garantiza atención hospitalaria a miles de pacientes del área sanitaria de Vigo.
Este vínculo —que se remonta a los años 70— implica que parte de la financiación pública del SERGAS se destina al hospital privado, un modelo de colaboración que ha sido objeto de debate político y sindical. Desde la CIG, la postura es clara: “Siempre hemos defendido ser asumidos por el SERGAS”, recalcan.
Mientras la empresa recalca su “pleno compromiso” con los trabajadores y pacientes, desde el comité de empresa advierten que el próximo año, cuando se reabra la negociación del convenio colectivo, se plantearán nuevas reivindicaciones salariales y de jornada laboral.
Escribe tu comentario