El cribado de cáncer de mama de Galicia es el mejor de España en cobertura

Andan las administraciones tirándose los trastos a la cabeza a cuenta del cáncer de mama. El Ministerio les ha pedido las cifras de los cribados a las autonomías tras el escándalo andaluz. En principio, la Xunta iba a colaborar, pero finalmente se ha unido al boicot de las autonomías del PP. 
 

Eso a pesar de que el SERGAS dice que no tiene nada que ocultar. De hecho, el presidente de la Xunta ha dicho que los datos están en la web del SERGAS. 
 

Efectivamente, Sanidade dispone de un apartado ad hoc en su portal, aunque allí no hay cifras clave. Por ejemplo, la edad de las mujeres cribadas.
 

El portal que ofrece una información más sistemática es de la Red de Programas de cribado de cáncer. Es, además, información oficial, está constituida por los responsables de los programas de cribado de cáncer de las CCAA.

Es ahí a dónde la ciudadanía puede recurrir para hacerse una idea sobre qué se esconde detrás de tanto ruído.

Con todo, lo primero que llama la atención es que los datos no están muy actualizados. Lo normal es que a finales de 2025 ya estuvieran listos los de 2024. Sin embargo,  las últimas cifras son de 2022.
 

El segundo aspecto que llama la atención es que ya en 2022 había problemas de coordinación. Tres comunidades no remitían los datos. Una de ellas es Andalucía, donde ahora ha saltado el escándalo. Las otras son Cataluña, Valencia y Extremadura. 
 

Tampoco hay cifras de las ciudades autónomas, cuya sanidad lleva directamente el Ministerio. No es que la Administración Central -que hoy exige los números con premura- predique por ejemplo, precisamente. 

¿Qué dicen los datos?
 

Una de las variables clave es la cobertura cribado cáncer de mama por invitación (válida). Es decir, cuántas de las mujeres que son objetivo de los programas reciben el aviso para hacerse la mamografía.

Ahí Galicia es líder, la mejor. El 96% de las gallegas reciben la invitación. Mucho mejor que la media de España, que anda por el 77%.

Otra variable fundamental es la cobertura de cáncer de mama por exploración. Es decir, la proporción de féminas que son objetivo de los programas que finalmente se hacen la mamografía. Ahí, de nuevo Galicia es la mejor, y con bastante diferencia. El país anda por el 80% mientras que la media de España no llega al 60%. 

Hay comunidades como Madrid o Baleares que no alcanzan ni el 40% de cobertura, algo francamente preocupante  dado que cuanto más temprano es el diagnóstico, más posibilidades hay de supervivencia.

¿Cuántas mujeres participan en el cribado? A nivel España, se mandan 1,3 millones de invitaciones, en Galicia unas 180.000. 
 

Las gallegas acuden a la primera en un 75% frente a un 63% del conjunto de España. De esto se puede deducir que en la autonomía hay mucha conciencia de la importancia de participar en el programa cuanto antes. 

En la inmensa mayoría de los casos, las mamografías no revelan ningún indicio que requiera pruebas adicionales. A nivel Estado, solo el 4% de las participantes se tienen que someter a una prueba a mayores.

Lo esperable es que este porcentaje no fuese muy dispar entre las diferentes autonomías. Sin embargo, lo es, y bastante. 
 

En Asturias el 10% requirió una prueba a mayores, en Castilla La Mancha solo un 2%, en Galicia un 3%. Así las cosas, parece que los criterios sobre quién necesita una exploración extra no están del todo unificados que debiera.

En total, los cribados de estas 13 autonomías permitieron detectar unos 3.600 cánceres. En Galicia, unos 660. La tasa de detección del programa anda por el 5% a nivel estatal, el 4% a nivel autonómico.

En definitiva, las gallegas, en principio, no deberían estar especialmente alarmadas por la negativa de la Xunta a facilitar a Moncloa sus cifras. Todo parece indicar que es una decisión partidista. 

Ahora bien, como explicó el presidente del Colegio de Médicos de Ourense, este tipo de decisiones no contribuyen precisamente a aumentar la confianza en el sistema. 
 

El valor de la detección precoz: Un Acto de Vida contra el Cáncer de Mama

La participación en el cribado de cáncer de mama, principalmente a través de la mamografía, no es solo una recomendación médica, sino un factor determinante en la supervivencia. La diferencia en el pronóstico es abismal: cuando el cáncer se detecta en sus etapas más tempranas (localizado), la tasa de supervivencia relativa a cinco años es excepcionalmente alta. Por el contrario, si el diagnóstico se retrasa y el cáncer se ha diseminado a otras partes del cuerpo (metastásico), esta tasa disminuye significativamente. Esta disparidad subraya por qué los programas de detección temprana son un pilar fundamental de la salud pública, ya que buscan identificar lesiones antes de que sean palpables o causen síntomas, momento en el que las opciones de tratamiento son más efectivas y menos invasivas.

El impacto del cribado en la supervivencia está respaldado por décadas de investigación. Estudios científicos a nivel global, como los realizados y analizados por organismos como el Instituto Nacional del Cáncer (NCI) de EE. UU. y el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC), han demostrado consistentemente que la mamografía de cribado en mujeres de 50 a 69 años reduce la mortalidad por cáncer de mama en aproximadamente un 20%. Datos concretos de la Sociedad Americana contra el Cáncer (ACS) o los registros europeos suelen mostrar que la tasa de supervivencia relativa a cinco años para el cáncer de mama localizado roza o incluso supera el 99%, mientras que esta tasa cae drásticamente (a menudo por debajo del 30%) para las etapas más avanzadas, haciendo palpable la correlación directa entre la precocidad del diagnóstico y el éxito del tratamiento.

Afortunadamente, la tasa de supervivencia global para el cáncer de mama ha experimentado una mejora sustancial en las últimas décadas. En muchos países desarrollados, esta tasa de supervivencia a cinco años se sitúa ahora en torno al 85-90% o más de media. Este avance no se debe únicamente a la mamografía, sino a una combinación de factores: la detección más temprana gracias a los programas de cribado masivos, junto con avances revolucionarios en el tratamiento, incluyendo cirugías menos radicales, radioterapia más precisa, y el desarrollo de terapias dirigidas (como los fármacos anti-HER2) e inmunoterapias. Estos tratamientos personalizados son mucho más eficaces contra subtipos específicos de cáncer.

En conclusión, la participación activa en las campañas de cribado y el cumplimiento de las revisiones periódicas recomendadas por los sistemas de salud es una estrategia proactiva que salva vidas. Al detectar tumores cuando aún son pequeños y curables, el cribado maximiza las posibilidades de una curación completa, reduce la necesidad de tratamientos agresivos y es el principal motor detrás de la notable mejora en las tasas de supervivencia observadas hoy en día. Es un sencillo compromiso con la propia salud que ofrece la mejor oportunidad para vencer la enfermedad.