Dos médicos de familia del SERGAS para 8.000 personas en Chantada

La sanidad pública  afronta un mes de diciembre de máxima tensión. La llegada del invierno, acompañada del previsible aumento de las infecciones respiratorias, amenaza con desbordar los recursos asistenciales en muchos centros de salud que capean el temporal con plantillas muy justas, como es el caso del de Chantada. Según ha denunciado la plataforma vecinal Chantada Quere Sanidade, el Centro de Salud de la localidad se encuentra en un estado de precariedad alarmante, operando con un cuadro de personal bajo mínimos. La situación actual dibuja un escenario donde únicamente dos facultativos de Atención Primaria están disponibles para cubrir las necesidades de más de 8.000 tarjetas sanitarias.

Esta carencia de personal no es un hecho puntual de un día, sino que la previsión apunta a que esta precariedad se mantendrá durante todo el mes de diciembre. Desde el colectivo social advierten de que la falta de cobertura de las bajas y los periodos vacacionales ha dejado al ambulatorio en una situación de colapso inminente. La indignación crece entre la ciudadanía al comprobar que, tras años de advertencias sobre la gestión de los recursos humanos en el área sanitaria, el SERGAS  no ha logrado blindar un servicio esencial en una época del año caracterizada por una alta demanda asistencial debido a la gripe y otros virus estacionales.

La consecuencia directa de esta falta de manos es una lista de espera que, en Atención Primaria, resulta difícil de justificar. Los pacientes que intentan concertar una cita con su médico de cabecera se encuentran con que la agenda está bloqueada o saturada, arrojando demoras de hasta 20 días para ser atendidos. Esta barrera de acceso provoca que patologías que deberían resolverse de manera ágil en el primer nivel asistencial queden sin tratamiento oportuno, obligando a los enfermos a soportar dolencias curables o a buscar alternativas que terminan por saturar otros niveles del sistema.

Un sistema tensionado y profesionales al límite

La crisis no solo afecta a los usuarios, sino que ejerce una presión laboral insostenible sobre los pocos profesionales que resisten en sus puestos. La realidad del día a día en el centro de salud chantadino se ilustra con escenas de impotencia de los profesionales. El pasado viernes 28 de noviembre se vivió un momento que resume la gravedad del conflicto: un paciente, incapaz de conseguir cita por las vías ordinarias, abordó a su médico en el pasillo en busca de ayuda. La respuesta del facultativo, visiblemente superado, fue una disculpa dolorosa: confirmó que solo eran dos médicos para todo el cupo y que debía salir a realizar una atención domiciliaria, imposibilitando cualquier consulta en ese momento.

Este tipo de situaciones derivan de lo que la plataforma califica como un problema de gestión y planificación crónica por parte del Servizo Galego de Saúde (Sergas). Las ausencias de los titulares se cubren, cuando se hace, de manera alterna con profesionales externos al centro que carecen de continuidad con los pacientes. Esta rotación constante impide un seguimiento adecuado de los enfermos crónicos y deja descubiertas tareas fundamentales, como la atención a domicilio, generando una falta de previsión que recae sobre las espaldas de los facultativos fijos y deja a la población más vulnerable en una situación de desamparo.

El efecto de este embudo en la Atención Primaria tiene consecuencias que trascienden el ámbito local. Al no encontrar respuesta en su centro de salud, los pacientes acaban derivándose a sí mismos a las urgencias hospitalarias. Por ello, se teme una saturación de las urgencias en el Hospital Comarcal de Monforte de Lemos. El incremento de patologías respiratorias propio de estas fechas, sumado a la imposibilidad de filtrado en los ambulatorios, amenaza con colapsar el hospital de referencia para todo el sur de la provincia de Lugo, repitiendo esquemas vividos en temporadas anteriores.

Antecedentes de un año conflictivo

No es la primera vez en este 2025 que Chantada levanta la voz. La hemeroteca reciente recuerda que los problemas son estructurales y no se limitan al invierno. Durante el pasado mes de agosto, las quejas se centraron en las condiciones ambientales del edificio, donde pacientes y trabajadores soportaron temperaturas superiores a los 30 grados en las consultas de la primera planta debido a la falta de climatización adecuada. Aquella situación, sumada al cierre estival de la planta de especialidades en el Hospital de Monforte, ya evidenció unos problemas estructurales que la administración autonómica no ha logrado subsanar a pesar de las reiteradas denuncias ante la Valedora do Pobo.

Otro de los frentes abiertos es la histórica reivindicación del servicio de Hospitalización a Domicilio (HADO). A pesar de las promesas lanzadas desde la Xunta de Galicia en los últimos años, la comarca sigue sin contar con este recurso, lo que la plataforma considera una clara discriminación sanitaria respecto a otras zonas de la provincia. Los vecinos denuncian que Chantada y Carballedo siguen siendo los últimos de la fila, careciendo de un servicio que permitiría a muchos pacientes recibir cuidados complejos en sus hogares, aliviando la carga hospitalaria y mejorando su calidad de vida.

Movilización social frente al silencio

Ante este panorama, la sociedad civil ha decidido no quedarse de brazos cruzados. La plataforma Chantada Quere Sanidade, que agrupa a vecinos de Chantada y Carballedo, ha protagonizado diversas protestas, incluyendo una jornada de huelga y concentraciones el pasado 26 de noviembre. Advierten que la movilización social continuará y se intensificará si no se toman medidas urgentes, como la cobertura inmediata de vacantes, el refuerzo del Punto de Atención Continuada (PAC) con un segundo equipo y la implementación real del HADO.

Hasta el momento de la redacción de esta noticia, ni la gerencia del área sanitaria ni la Consellería de Sanidade han emitido un comunicado específico refutando los datos de la ratio de médicos para este diciembre en Chantada.