Suspensión de cirugías y derivaciones del SERGAS a la privada por la gripe
La llegada adelantada de la temporada de virus respiratorios está poniendo en jaque la capacidad asistencial de varios de los servicios de urgencias grandes hospitales de Galicia. En particular , el Álvaro Cunqueiro de Vigo se ha visto obligado a reprogramar una parte de su actividad quirúrgica para dar prioridad a la avalancha de ingresos médicos derivados de procesos gripales. Aunque la administración sanitaria insiste en que la situación está bajo control y que se trata de medidas preventivas, la realidad en las salas de urgencias dibuja un escenario de saturación que empieza a replicarse en otros puntos de la geografía gallega, como Santiago o Pontevedra. Mientras, en A Coruña y Lugo apuntan a una situación de relativa normalidad.
El impacto del virus no es el único factor que explica el embotellamiento en los pasillos hospitalarios, ya que la reciente huelga de facultativos ha dejado una herencia difícil de gestionar. Según explican fuentes médicas y representantes sindicales, durante las jornadas de paro disminuyó drásticamente el ritmo de altas hospitalarias, lo que provocó que las plantas de hospitalización comenzaran la semana con una ocupación muy elevada.
Esta falta de rotación de camas impide que los pacientes que deben ser intervenidos quirúrgicamente tengan un lugar donde recuperarse, forzando a la dirección del centro vigués a suspender aproximadamente el quince por ciento de las operaciones programadas durante esta semana.
Desde el Servizo Galego de Saúde (Sergas) se lanza un mensaje de tranquilidad, subrayando que las cancelaciones solo afectan a procedimientos demorables que no comprometen la salud de los pacientes a corto plazo. La prioridad absoluta en estos momentos se centra en la cirugía oncológica, las urgencias y aquellos procesos que no admiten espera, intentando equilibrar la balanza entre la actividad ordinaria y la presión que ejerce la gripe A. A pesar de estas precauciones, el balance de entradas y salidas es ajustado, y aunque en la última jornada se registraron más altas que ingresos en Vigo, la sensación de alivio es todavía muy frágil. na pasada, cuando el sistema apenas generó movimiento en las camas de agudos.
Frente a la versión oficial de la administración, los usuarios que acuden a las Urgencias del hospital Álvaro Cunqueiro relatan episodios de esperas de hasta seis horas antes de recibir una valoración inicial o conseguir una cama en planta. Estas demoras afectan especialmente a personas con síntomas respiratorios claros que aguardan en espacios compartidos, lo que aumenta el riesgo de contagio intrahospitalario. Los testimonios recogidos en el centro vigués contrastan con los datos de Sanidade, que asegura disponer de un margen de crecimiento importante, incluyendo la posibilidad de activar de forma inmediata treinta camas adicionales en el Hospital Meixoeiro si la demanda sigue al alza.
La situación en el resto de Galicia presenta matices significativos según el área sanitaria, demostrando que la presión no es uniforme en todo el territorio. En Ourense, el Hospital Universitario (CHUO) ha optado por una estrategia diferente para evitar la suspensión masiva de cirugías: derivar ingresos médicos hacia centros hospitalarios concertados de la ciudad. Esta medida busca liberar huecos en las plantas del complejo público para que la lista de espera quirúrgica no se dispare, una práctica que, según los facultativos de la zona, es habitual en estas fechas pero que evidencia la falta de recursos propios para absorber picos de demanda tan acusados.
La expansión de la cepa H3N2 y el papel de los menores
El principal responsable de este escenario es el subtipo H3N2 de la gripe A, un virus que se está propagando con una intensidad inusual en Galicia este año. Los datos epidemiológicos reflejan que la tasa de incidencia se ha duplicado en apenas siete días, situándose muy por encima del umbral considerado epidémico. El perfil del paciente que más está acudiendo a los centros de salud es el de niños de entre cero y cuatro años, quienes actúan como el principal motor de transmisión de la enfermedad dentro de los núcleos familiares y hacia las personas mayores, que son quienes finalmente acaban necesitando el ingreso hospitalario.
La gripe ha llegado este año más temprano de lo habitual. En ejercicios anteriores el pico a nivel de España se produjo a principios de enero.
A nivel de Galicia, las estadísticas muestran que la epidemia emepezó a desbocarse hace un par de semanas y que, viendo las gráficas de años anteriores, aún tiene mucho margen para crecer.
Los expertos advierten de que las niñas y niños son auténticos supercontagiadores debido a que pueden mantener la carga viral y la capacidad de contagio hasta quince días, un periodo mucho más largo que el de los adultos. Esta dinámica está provocando que la atención primaria se encuentre también al borde del colapso en muchos centros de salud, con agendas de médicos de familia totalmente cerradas en algunos barrios de Vigo y citas para enfermedad común que se demoran hasta finales de diciembre, a veces incluso enero. La imposibilidad de ser atendido en el primer nivel asistencial empuja a los ciudadanos a acudir a las urgencias hospitalarias, alimentando un círculo vicioso de saturación.
En el área de Santiago, la ocupación de las camas disponibles roza el noventa y tres por ciento, lo que deja un margen de maniobra casi inexistente para los profesionales del CHUS. A diferencia de Ourense, la capital gallega cuenta con menos opciones de derivación a la sanidad privada, lo que ha obligado también a aplazar intervenciones quirúrgicas para poder alojar a los pacientes de medicina interna. Los profesionales de urgencias en Santiago describen tardes de tensión máxima en las que no quedaba ni un solo hueco físico para examinar a los nuevos pacientes que llegaban con cuadros de fiebre alta, tos persistente y malestar general.
Mientras el sur y el centro de Galicia sufren el embate del virus, los hospitales de Lugo y A Coruña reportan una situación de relativa normalidad asistencial. Según los comunicados oficiales del Sergas en estas áreas, no ha sido necesario suspender ninguna operación y la actividad se mantiene en parámetros muy similares a los de años anteriores. En el caso de Lugo, la dirección del hospital asegura que la tasa de ingresos es incluso inferior a la del ejercicio pasado, lo que les permite mantener el Plan de Invierno en sus fases iniciales sin necesidad de activar protocolos de emergencia ni restringir la actividad programada.
Por su parta, en Pontevedra las críticas se centran en la gestión del hospital Montecelo, donde pacientes oncológicos han llegado a esperar veinticuatro horas en un box de urgencias antes de ser hospitalizados. Las familias denuncian que el plan diseñado por el área sanitaria no está funcionando correctamente, ya que no se está logrando el aislamiento necesario para proteger a los enfermos más vulnerables de los contagios por gripe que inundan las salas de espera. La dirección de Pontevedra-O Salnés defiende su gestión alegando que se han habilitado áreas específicas, pero el personal sanitario reconoce que la presión es muy superior a la prevista inicialmente.
Ante este panorama, las autoridades sanitarias y los profesionales coinciden en una recomendación fundamental: recuperar el uso de la mascarilla en los centros sanitarios y espacios concurridos. La nueva variante de la gripe se presenta con una sintomatología muy potente que puede complicarse gravemente en personas con patologías previas o de edad avanzada. Con el pico máximo de la onda epidémica todavía por alcanzar y las reuniones de Navidad a la vuelta de la esquina, lo peor puede estar todavía por llegar.
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