La 'matayayas', detenida en la cárcel bajo sospecha de asesinato de una anciana en A Coruña
Remedios Sánchez Sánchez —condenada en 2008 a 144 años de cárcel por varios asesinatos de ancianas en Cataluña— ha sido arrestada en la prisión de Teixeiro tras ser vinculada con la muerte de una mujer de 91 años en A Coruña. El suceso, ocurrido el 3 de octubre en Monelos, reabre el debate sobre los permisos penitenciarios, el segundo grado y la seguridad ante internos con delitos graves.
La Policía Nacional detuvo el 8 de octubre en el centro penitenciario de Teixeiro a Remedios Sánchez Sánchez, alias “La Reme”, como presunta autora de un homicidio cometido durante uno de sus permisos ordinarios.
El cuerpo sin vida de una mujer de avanzada edad apareció el pasado 3 de octubre en su domicilio de la avenida de Monelos, en A Coruña. En un primer momento, los servicios de emergencia dictaminaron muerte natural, pero la autopsia posterior reveló indicios de homicidio: asfixia y fracturas costales.
Fuentes judiciales y penitenciarias confirman que Sánchez estaba clasificada en segundo grado, lo que le había permitido disfrutar de permisos de salida tras varios años de cumplimiento de condena y buen comportamiento dentro del centro.
La investigación está a cargo del Juzgado de Instrucción número 6 de A Coruña, que ha decretado secreto de sumario. Se analiza si la reclusa habría repetido el patrón criminal con el que fue condenada originalmente: acercarse a mujeres mayores, ganarse su confianza, acceder a sus domicilios y acabar con sus vidas para robarles joyas o dinero.
Remedios Sánchez Sánchez, natural de Boimorto (A Coruña), fue condenada en julio de 2008 por la Audiencia Provincial de Barcelona. La sentencia le impuso 144 años de prisión por tres asesinatos consumados, varios intentos de homicidio y delitos de robo con violencia y hurto, cometidos en 2006 en Barcelona y Mataró. Todas sus víctimas eran mujeres mayores.
Tenía entonces unos 49 años; ahora, con cerca de 69, su caso ha vuelto a los titulares al vincularse esta muerte en Monelos con uno de sus permisos penitenciarios. Según fuentes penitenciarias, no tenía sanciones recientes y su expediente psicológico había sido valorado de manera favorable para conceder la salida.
Vecinos del barrio relatan que la víctima era una persona discreta, que vivía sola y cuidaba mucho quién accedía a su domicilio.
Las cámaras de seguridad situaron a Sánchez en las proximidades del domicilio en los días previos al 3 de octubre, y se halló una huella dactilar que la vincula directamente con la vivienda de la víctima. Estas evidencias resultaron decisivas para reabrir el caso bajo la hipótesis de homicidio.
Hasta ahora, autoridades penitenciarias han señalado que todos los permisos concedidos a Sánchez cumplieron los requisitos legales vigentes, incluyendo evaluaciones internas de buena conducta.
Organismos judiciales guardan silencio sobre si modificarán los protocolos de concesión de permisos para internos con antecedentes de homicidio. No se ha registrado todavía una declaración pública de la Xunta de Galicia ni del Ministerio de Justicia sobre este suceso.
La noticia genera debate social sobre la aplicación del segundo grado penitenciario y los permisos asociados, que aunque legales, son polémicos cuando el interno tiene un historial violento. En este caso, la gravedad del pasado criminal de Sánchez intensifica las críticas.
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