Los derrumbes en los acantilados de Campelo, en Valdoviño (A Coruña) pueden seguir y son peligroso
El Xeoparque Cabo Ortegal ha lanzado una advertencia formal por la inestabilidad del terreno en los acantilados de Campelo, en Valdoviño (A Coruña), tras el fuerte temporal de los últimos días, y ha pedido a la población extremar las precauciones y no acercarse a la zona afectada.
El episodio se produjo en los acantilados de Campelo, en la parroquia de Meirás, dentro de la comarca de Ferrolterra, donde el temporal ha provocado un derrumbe de grandes dimensiones que ha modificado de forma visible el perfil del litoral. Pese al carácter espectacular del suceso, no se registraron heridos, en parte porque las condiciones meteorológicas adversas desaconsejaron la presencia de personas en el entorno en el momento del desprendimiento.
Según ha explicado Francisco Canosa, geólogo y director científico del Xeoparque Cabo Ortegal, el derrumbe se enmarca en un proceso natural de erosión que afecta a rocas formadas hace cientos de millones de años y que, en esta zona, presentan ya un elevado grado de degradación. El desplome se produjo sobre un frente rocoso compuesto por gneises de más de 300 millones de años, un sustrato antiguo y fracturado que constituye una base geológica intrínsecamente inestable frente a la acción combinada de la lluvia y del oleaje.
En los últimos días, las lluvias intensas y persistentes han saturado de agua las grietas presentes en estas rocas, aumentando de forma notable el peso del macizo y favoreciendo que se activara el deslizamiento por efecto de la gravedad. El material desprendido se desplazó ladera abajo hasta alcanzar el mar, en un proceso que los especialistas describen como un deslizamiento de gran envergadura pero geológicamente habitual en este tramo de costa atlántica expuesta a temporales recurrentes.
Canosa subraya que, aunque este tipo de fenómenos forma parte del dinamismo natural de los acantilados, la situación actual es especialmente delicada por la presencia de grietas visibles que evidencian un estado avanzado de erosión. Estas fracturas, abiertas y rellenas de agua tras varios días de temporal, indican que el terreno continúa muy tensionado e inestable, por lo que no se descarta la aparición de nuevos desprendimientos en los próximos días si persisten las condiciones meteorológicas adversas.
La advertencia del Xeoparque se centra en la necesidad de mantenerse alejado del borde de los acantilados de Campelo y de los senderos que discurren sobre las zonas afectadas, muy frecuentadas en época estival por senderistas, bañistas y visitantes atraídos por el paisaje de la costa de Valdoviño. Aunque en esta ocasión el episodio no ha provocado víctimas, el organismo insiste en que cualquier acercamiento imprudente a un frente rocoso inestable puede derivar en situaciones de alto riesgo para la integridad física.
Desde el ámbito municipal, el alcalde de Valdoviño, Alberto González, coincide en calificar lo ocurrido como un fenómeno “espectacular pero totalmente natural”, vinculado a la propia morfología de una costa modelada durante millones de años por la fuerza del Atlántico. El regidor insiste, no obstante, en que la naturalidad del proceso no debe llevar a minimizar el peligro, y reclama a vecinos y visitantes mayor prudencia en días de temporal, evitando aproximarse en exceso a la línea de costa en puntos donde el mar golpea con mayor intensidad.
El territorio del Xeoparque Cabo Ortegal, reconocido como Geoparque Mundial de la UNESCO, se caracteriza precisamente por la presencia de rocas muy antiguas, algunas de origen profundo, aflorando en superficie y configurando acantilados de gran altura y fuerte pendiente. Esta singularidad geológica, que convierte la zona en un referente internacional para la investigación, implica al mismo tiempo un entorno dinámico y cambiante, en el que los procesos de erosión y derrumbe forman parte del funcionamiento natural del paisaje costero
Los responsables del Xeoparque recuerdan que este equilibrio entre patrimonio y riesgo exige una gestión responsable del uso público, especialmente en enclaves icónicos que concentran visitantes durante gran parte del año. Por ello, además de la recomendación de no acercarse ahora a la zona de Campelo, se insiste en la importancia de respetar la señalización, seguir las indicaciones de las autoridades y evitar actitudes imprudentes, como asomarse al borde de cornisas o salir de los caminos habilitados.
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