Confirmado: el cuerpo de Lalín es el de Clotilde Teixeira, desaparecida desde noviembre
El caso que mantuvo en vilo a Lalín durante casi un mes ha terminado de la forma más trágica. El cuerpo sin vida de Clotilde Teixeira, una mujer de 53 años desaparecida a mediados de noviembre, fue encontrado este domingo en una zona próxima al casco urbano de la localidad pontevedresa. La Guardia Civil confirmó anoche la identidad de la fallecida, tras varias semanas de intensas búsquedas que movilizaron a vecinos, autoridades y cuerpos de emergencias.
El cadáver fue localizado por un grupo de cazadores hacia las 17.20 horas de este domingo. Estaba parcialmente cubierto por vegetación en un zarzal situado a un centenar de metros de la rotonda de entrada a Lalín, en una zona de praderíos muy próxima al último lugar donde se había visto a Clotilde. Los testigos alertaron de inmediato a la Guardia Civil, que acordonó el área a la espera de la llegada del forense. El levantamiento del cuerpo se realizó pasadas las ocho de la tarde.
El cuerpo estaba en un avanzado estado de descomposición, lo que llevó a los investigadores a ordenar su traslado inmediato al Instituto de Medicina Legal de Galicia, en Santiago, para practicar la autopsia. Los resultados permitirán determinar las causas y la fecha exacta de la muerte, aunque por el momento no se han avanzado hipótesis oficiales sobre lo ocurrido.
Una desaparición que movilizó a toda Galicia
Clotilde Teixeira había sido vista por última vez el pasado 17 de noviembre en el entorno de la gasolinera de A Corredoira, una imagen captada por las cámaras de seguridad que se convirtió en la única pista relevante durante las semanas posteriores. Fue su marido quien denunció su desaparición aquella misma tarde, después de que la mujer no regresara a casa. En ese momento, vestía un jersei azul, una cazadora, pantalón gris y botas negras.
Desde ese día, Lalín y buena parte de la comarca se volcaron en una búsqueda sin precedentes. Participaron efectivos de la Guardia Civil, Policía Local, Protección Civil de Lalín y Agolada, además del Grupo Especial de Localización y Rescate (GERL) de la ONG Intervención, Ayuda y Emergencias, y los drones de la Axencia Galega de Emerxencias (Axega). Vecinos y familiares se sumaron a las batidas, que se desplegaron tanto en el núcleo urbano como en los caminos rurales que la mujer solía recorrer habitualmente.
Durante las jornadas más intensas llegaron a reunirse hasta 80 personas en una misma jornada de rastreo. Los equipos peinaron a pie “el cien por cien de las zonas por las que solía ir”, según había explicado días atrás Víctor Blanco, jefe del servicio municipal de Emerxencias. Ni el teléfono móvil de Clotilde ni la geolocalización facilitaron avances, pues el terminal permanecía apagado desde la tarde de su desaparición.
Aunque por ahora no se baraja la intervención de terceros, la investigación continúa abierta. La Guardia Civil trabaja en la reconstrucción de las horas previas a la desaparición para esclarecer si se trata de un accidente o de otra circunstancia, en un entorno natural donde las condiciones del terreno pudieron dificultar tanto la visibilidad como la búsqueda inicial.
El final de la búsqueda supone un duro golpe para Lalín, que vivió estas semanas entre la esperanza y la angustia. Vecinos y allegados habían mantenido vivos los esfuerzos con vigilias y mensajes de apoyo, convencidos de que la mujer podría aparecer con vida.
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