Los problemas de Ence no son un hecho aislado, no son coyunturales, no se esfumarán si hay acuerdo entre plantilla y empresa en el ERE que se está negociando por ahora sin éxito, acuerdo que, por cierto, los sindicatos ven muy lejano. Al contrario, forman parte de un violento reajuste del mercado global provocado por la entrada en servicio de nuevas 'megafactorías' en Sudamérica. Son unos colosos de una magnitud que pondrá contra las cuerdas a los productores del viejo continente durante años, no solo a ENCE, también a las portuguesas Altri y Navigator. Eso si sobreviven, claro.