Las expediciones portuguesas de los siglos XIV y XV transformaron el comercio al abrir nuevas rutas marítimas, expandieron el conocimiento geográfico y sentaron las bases de un nuevo orden mundial. Portugal se lanzó al Atlántico impulsado por una mezcla de factores económicos, políticos y espirituales. Entre estos navegantes había marinos gallegos que dejaron marca en las rutas a la India