El expresidente de Ciudadanos, Albert Rivera, se incorporará al despacho de abogados Martínez Echevarría.
Si Ciudadanos es capaz de volver al centro político, el partido de Arrimadas tiene la posibilidad de resurgir; persistir en el mismo error, la muerte política es su último paso.
La pregunta que se hacen muchos es: ¿está preparada Arrimadas para llevar las riendas de Ciudadanos tal y como está la situación?
El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, comparecerá a las 12 de hoy en una intervención sin preguntas ante los medios de comunicación, entre las dudas sobre su continuidad al frente del partido tras el hundimiento sufrido en las elecciones generales de este 10 de noviembre.El partido había anunciado una rueda de prensa para dar a conocer el análisis de la Ejecutiva de Ciudadanos convocada esta mañana.
Las encuestas, como se ha podido comprobar, no siempre aciertan. Este 10-N quedará en la memoria de buena parte de la ciudadanía como las elecciones que han abierto la puerta parlamentaria a la extrema derecha, a los antisistema de la CUP y el batacazo de Ciudadanos.
Es el triunfo de la incapacidad de los nuevos políticos para tragarse su orgullo de gallitos e intereses partidistas.
Detrás de la oferta de ultimísima hora de Rivera se esconde el temor a que las encuestas sean ciertas y los naranjas retrocedan lastrados por sus cuitas internas y su giro a la derecha. El resto de los grandes partidos cuenta, en teoría, con una fidelidad mayor, por encima del 70%.
La responsabilidad de los políticos también es transigir, consensuar y en muchos casos renunciar. Los intereses de la ciudadanía deberían estar por encima de los intereses partidistas, individuales y de cargos.
No ha sido pues un buen día para la Democracia española, especialmente para “Il Tonto” líder de Cs, que con su colega y rival “Il Divo” han conseguido que la duración de la legislatura sea efímera, con lo que todo eso supone para nuestra muy deteriorada economía.
Ha sido una jornada parlamentaria intensa, incluso apasionante, como no la habíamos visto y escuchado hace varias legislaturas.
La cintura política de Arrimadas se ha ampliado y su discurso es más que cuestionable. Ha perdido la credibilidad que tenía. Se ha quemado de lo lindo.
La formación naranja celebrará el 29 de julio un nuevo consejo general, dos semanas después del anterior con la intención de afrontar la profunda crisis que azota a la fuerza liderada por Albert Rivera.
En los últimos tiempos, el hasta hace pocas fechas niño mimado de las grandes empresas, ha entrado en una espiral de despropósitos que pocos llegan a entender.
Hace ya unos trece años que un joven de nombre Alberto Carlos Rivera, transformado después en Albert Rivera, se metía en política.
El líder naranja sigue confiando en Inés Arrimadas para dar la cara y explicar cómo se puede gobernar junto a Vox y ni siquiera negociar con Pedro Sánchez. Rivera se ahorra el desgaste y refuerza a Inés Arrimadas con Edmundo Bal. En el Congreso, la salida de Toni Roldán -uno de los pesos pesados de Cs- será reemplazada por Marcos de Quinto, diputado que se convierte en el portavoz a nivel económico del partido.
No todos los dirigentes de Cs están de acuerdo con la estrategia de Albert Rivera de montar un "cordón sanitario" al PSOE de Pedro Sánchez y pactar prefeentemente con el PP y en la práctica también con la ultraderecha de Vox. Esto ha quedado en evidencia en la rueda de prensa de Toni Roldán en el Congreso de los diputados, donde ha anunciado su renuncia argumentando que esa política de acuerdos con la dereña tiene un "alto coste para España" y convierte a los naranjas en sucedáneo de los "azules". Roldán era un peso pesado, miembro de la permanente de Cs y responsable del programa electoral.
Estos días la investidura de Pedro Sánchez para seguir en la Moncloa se está complicando, más de lo que era previsible.
Los socialistas buscan entenderse con los naranjas para erosionar el poder que conserva el PP en ayuntamientos, diputaciones y autonomías. Ciudadanos, que hoy tiene la primera reunión del Comité que analizará las alianzas una por una, se deja querer y ya no habla de cordón sanitario al PSOE.
La puesta en escena de las declaraciones de los líderes siempre es importante. En demasiadas ocasiones esconden lo sucedido en los despachos y nada tiene que ver con lo que explican a los medios y estos transmiten a la ciudadanía.
Albert Rivera responde así a la estrategia del PP, cuyo líder, Pablo Casado, lo animó ayer abstenerse, algo que Rivera considera un chiste.