La Agencia Tributaria pretende, con esta herramienta, tener un control más preciso y en tiempo real sobre las transacciones comerciales. Entrará en vigor a partir del 1 de enero del año próximo en todas las sociedades mercantiles y, en julio, en el resto e empresas y autónomos.
La Agencia Tributaria ya exige que los programas informáticos o electrónicos creados para para emitir facturas cumplan con unos requisitos técnicos nuevos contra el fraude. A partir de enero, todas las empresas tendrán que utilizarlos y poco después, los autónomos.