Y si protesta, pues se le echa la culpa a Madrid, o a Santiago, segundo quien mande esa semana. Decir que la AP-9 ve hacia la gratuidad es como decir que va hacia el mar: sí, puede ser, pero va dando vueltas, pierde tiempo por los caminos y solo acelera cuando ve que se ahoga. A ver si ahora, con suerte, nos dejan de cobrar por circular por nuestra propia tierra.