Eva Miquel, de la Fundación Amigos de las Abejas, atiende a Galiciapress para explicar los efectos de los incendios en las colmenas afectadas por el fuego. A la pérdida de la producción se une la pérdida de las propias abejas, fundamentales para reforestar los terrenos quemados, donde tampoco queda pasto con el que alimentar a las polinizadoras, obligadas en muchos casos a trasladarse de zona.
El número de ejemplares en Galicia ha cambiado en los últimos años y cada vez hay más avistamientos de este mamífero que parece haberse consolidado en Os Ancares y otras zonas de Lugo y Ourense. Los apicultores sufren los ataques pero, al tiempo, consideran que es un animal al que hay que proteger y conservar en la comunidad.