Si estos días se cruzan con un convoy con misiles por la autopista o ven un caza a toda pastilla sobre la costa no se asusten. No ha empezado la tercera guerra mundial, pero sí unas maniobras de los tres ejércitos, con epicentro en el aerórdromo militar de Lavacolla en Santiago y en la Península de O Barbanza.
Setenta y cinco millones de euros es, aproximadamente, lo que gasta la Xunta en ayudas para la rehabilitación de vivienda o diez veces más de subvenciones para entidades que luchan contra la drogodependencia. Es también lo que vale aproximadamente cada caza de despegue vertical Lockheed Martin F-35B Lightning II como el que está aparcado desde el 27 de mayo -es decir hace casi un mes- en la parte militar del aeropuerto de Lavacolla en Santiago.
Unas maniobras militares de las fuerzas aéreas dejaron asombrados a todos los que se encontraban ayer en A Coruña y, más concretamente, cerca de la Torre de Hércules.
El accidente ha provocado una enorme columna de humo. El piloto ha fallecido.
La Administración debería adelantar el 80% del dinero, que puede suponer casi un mes de sueldo de la tropa del Aire.