Desde 2003 se han comprobado un millar de contagios en todo el mundo por gripe aviar mutada que ha pasado a humanos. De ellos, casi la mitad murió. El riesgo reside en que cada vez que hay un salto del virus desde las aves a mamíferos como los visones de las granjas existe la posibilidad de que al mismo tiempo el virus mute también haciéndose más contagioso para las personas. Por eso las medidas excepcionales que tienen que cumplir los trabajadores de estas explotaciones y las constantes peticiones de los ecologistas para su cierre inmediato.