El Gobierno, tanto en Galicia como en España, ha endurecido notablemente su discurso contra el cierre patronal. El principal sindicato gallego, la CIG, recomienda a los trabajadores no secundar las movilizaciones de lo que considera es una protesta exclusiva de unos pocos empresarios. La Organización Empresarial de Logística y Transporte de España, UNO, ha denunciado actos de "violencia desmedida".