"Discrepancias" en la patronal amenazan con descarriar la salida de su crisis

La patronal gallega esperaba salir de su letargo en una asemblea esta semana. Sin embargo, las luchas cainitas entre las distintas federaciones se han reactivado en las últimas horas

La Confederación de Empresarios de Galicia (CEG) celebrará este jueves, 21 de febrero, una asamblea general en la que se buscará aprobar una reforma de estatutos.

Una imagen de archivo de los presidentes provinciales de los empresarios

Así lo ha acordado el comité ejecutivo en una reunión celebrada este lunes, si bien fuentes consultadas por Europa Press apuntan a las "discrepancias" existentes en el seno de la CEG en cuestiones como el peso que deben tener las sectoriales.

Sacar adelante estos estatutos debe ser el paso previo a una futura celebración de elecciones en la patronal gallega con el objetivo de recuperar la normalidad tras más de un año sin contar con presidente --desde la dimisión de Antón Arias en enero de 2018-- y después de años convulsos y de gran división interna.

El actual portavoz de la CEG, Antonio Fontenla, reconocía el pasado fin de semana en una entrevista con la Radio Galega que es "un tema duro" no contar con presidente, por lo que espera que se aprueben estos estatutos para que sea "más atractivo" optar a presidir la Confederación.

HACER MÁS "ATRACTIVO" PRESENTARSE A PRESIDENTE

El líder de los empresarios coruñeses, que estuvo en el pasado una docena de años al frente de la CEG, apuesta en esos estatutos por dotar de mayor libertad al presidente para configurar su equipo para "facilitar la gobernabilidad", después de que el último proceso para la presentación de aspirantes quedase desierto el pasado julio, a lo que se unen cambios como una limitación de mandatos.

Precisamente, preguntado en esa entrevista por el enfrentamiento con sectoriales y la división entre norte y sur, Fontenla señala que "A Coruña siempre está abierta a negociar para llegar a acuerdos", mientras llama a "buscar encuentros", porque "lo que une es muchísimo más que lo que separa".

Asimismo, conoce nombres empresarios que barajan la posibilidad de realizar un "sacrificio" para poder presentarse, pero cree que necesitan que "haya consenso" para dar el paso. Todo ello, en un momento en el que la CEG a nivel económico cuenta con una deuda por la que no tener "preocupaciones", pues hay un patrimonio "importante" para hacer frente a incertidumbres "con holgura".

MÁS DE UN LUSTRO DE DIMISIONES

Precisamente, Arias pretendió en su día reformar los estatutos y se basó en el fracaso para conseguirlo para justificar su salida. Esta situación de inestabilidad interna en la CEG se remonta a hace más de un lustro.

Las tensiones internas se arrastran desde la época de José Manuel Fernández Alvariño, que sustituyó a Fontenla en 2013 como presidente. Críticos con su gestión bloquearon sus apenas dos años de gobierno, al atribuirle supuestas irregularidades en los gastos de la confederación.

A él le dio el relevo Antonio Dieter Moure, que se alzó en la presidencia de la CEG a comienzos de 2016 por 10 votos frente a su rival, el también ourensano José Manuel Pérez Canal, fallecido recientemente. Moure estuvo menos de un año en el cargo y, aunque alegó motivos personales, los problemas en el seno de la patronal fueron clave en su salida.

El constructor coruñés Antón Arias se erigió como presidente en enero de 2017 y su adiós produjo tan solo un año después. Por aquel entonces, dijo que esperaba que su decisión sirviese como "catarsis" para que los integrantes de la patronal pensasen "más en los intereses del conjunto que en intereses personales". Más de un año después la CEG sigue sin presidente.