"Evolución" y "especialización", recetas para la supervivencia de las librerías de Couceiro, que celebra medio siglo
El fundador del negocio en el casco antiguo compostelano: "Las librerías pequeñas probablemente tengan más futuro que los grandes monstruos"
La librería Couceiro, situada en la Plaza de Cervantes de Santiago de Compostela, cumple este sábado 50 años. Cinco décadas de evolución desde que el fundador, Jesús Couceiro Rivas, dio el salto y abrió el primer negocio en la rúa de San Pedro. La receta, para el dueño, la "evolución" y la "especialización" para poder adaptarse a los nuevos tiempos y a la demanda de los clientes, y pronostica que "las librerías pequeñas probablemente tengan más futuro que los grandes monstruos".
En este medio siglo, las librerías y el negocio de la familia Couceiro --el padre ha delegado funciones en sus hijos, aunque sigue siendo el primero en abrir la puerta-- han evolucionado. Desde las librerías de las décadas de los 70, hasta los establecimientos actuales, los cambios no han dejado de sucederse.
Llegó internet, creció el libro electrónico y las librerías tradicionales se tambalearon. Pero Couceiro supo evolucionar, adaptarse y especializarse para convertirse en una de las librerías más antiguas de la capital gallega, con 50 años de historia.
Desde el comienzo en la rúa de San Pedro, pasó por República del Salvador y por O Hórreo. Después se establecieron definitivamente en la plaza de Cervantes, donde ya llevan doce años, y en la que decidieron centralizar su actividad.
EL TRABAJO MÁS BONITO
La vida del dueño no siempre estuvo ligada al negocio de los libros. Couceiro era gerente en una tienda de electrodomésticos, un puesto "bien remunerado", recuerda, pero que no le terminaba de llenar. "Llegué a la conclusión de que no era el trabajo que le gustaba para continuar toda la vida".
El cambio fue "una decisión bastante meditada". "En ese momento pensé que el trabajo más bonito que podía tener era una librería", rememora. En 1968 dejó el trabajo y, al año siguiente, abrió la biblioteca. "Hoy estoy convencido de que no me equivoqué", asegura satisfecho.
Para Couceiro, la satisfacción en el trabajo es una parte fundamental de la vida. Así, reflexiona que "en el trabajo es dónde tienes que buscar la felicidad, porque fuera de él queda muy poco tiempo para disfrutar". "Si tienes un trabajo en el que disfrutas, no es trabajar, es disfrutar. Creo que acerté", insiste Couceiro.
Aunque era lo que quería, "no fue un paso fácil". Lo que hizo fue "trabajar de la manera en que estaba preparado". "No quería trabajar detrás del mostrador, sino de otra manera". Jesús Couceiro recuerda que "en aquel momento las librerías estaban cerradas, los libros estaban en las vitrinas, y el librero tenía que servírselo".
Couceiro trabajó para ganarse a la clientela. Tuvo que hacer kilómetros por toda la ciudad y alrededores, visitando los centros de enseñanza para dar a conocer su librería. El trabajo dio sus frutos porque la Librería Couceiro "llegó a ser la primera de la ciudad en venta de libro escolar".
Con el paso de los años el negocio fue cambiando. Pasaron de la papelería y del libro escolar al libro gallego, aunque los primeros años no fueron sencillos. Couceiro apunta a que, a principios de los 70, se publicaban "muy pocos", apenas 30 o 40 al año. La producción se fue incrementando durante la década, hasta llegar a los 1.500 títulos publicados al año.
EVOLUCIÓN Y ESPECIALIZACIÓN
Jesús Couceiro repite en varias ocasiones dos palabras: "evolución" y "especialización". Son los dos ingredientes clave de la receta que les ha permitido cumplir 50 años y convivir con los grandes almacenes, la venta por internet y el libro electrónico.
Desde la planta alta de la librería, mira hacia abajo y contempla con orgullo su negocio. Son cinco plantas, cada una dedicada a un ámbito. En la planta bajo tierra, los títulos de literatura infantil y juvenil. En la entrada están las novedades y los libros turísticos. Hay que subir una planta para encontrarse con los libros gallegos. En la segunda, los antiguos. Y en la tercera, el libro por materias y el libro de oferta.
"La librería siempre ha estado en evolución continua", explica, y asegura que han tratado de irse especializando hasta llegar al negocio actual. Couceiro no considera que el libro en papel esté en retroceso, y le vaticina "futuro para otros dos mil años, por lo menos". "Lo que pasa es que la librería tiene que ser un espacio de evolución. No podemos pretender quedarnos con lo que hay hoy para dentro de diez años", añade.
El fundador del negocio asegura que ni el libro electrónico, ni internet, ni los grandes almacenes suponen una preocupación para la supervivencia de su establecimiento. Entiende que "no son competencia" y celebra que haya otros lugares en los que se vendan libros. "Repetidamente digo que seré feliz cuando en Galicia haya tantas librerías como tabernas".
Para competir con "los grandes monstruos", insiste en que "la librería tiene que ser un espacio de evolución y especializarse mucho más". En este sentido, vaticina que "las librerías pequeñas probablemente tengan más futuro que los grandes monstruos".
PÚBLICO JOVEN
Jesús Couceiro tiene muy claro que en el público infantil y juvenil está el futuro de la librería. Por eso, destaca satisfecho que, desde que están en la plaza de Cervantes, "todas las semanas visitan la librería centros de enseñanza, para enseñarles a los alumnos la tienda, el taller de restauración, cómo eran los libros al principio, cómo se encuadernaban..."
Sobre los jóvenes, el veterano dueño del establecimiento apunta a que "estos niños serán mañana clientes de esta librería o de otras, pero estarán identificados con el libro".
En la tercera planta está el taller de restauración, ahora más parado que antaño, pero en el que se recuperan volúmenes dañados y se preparan ediciones especializadas y personalizadas para regalos.
También se detiene en una vitrina con los galardones que ha recibido la librería a lo largo de sus cinco décadas de existencia. Couceiro, a quien le vienen muchos recuerdos a la cabeza, brinda por otros 50 años más de vida del negocio. Y bromea: "Yo lo veré, pero a mis hijos les digo que son muy mayores y que no lo podrán celebrar".
Escribe tu comentario