En Marea: Las cosas mejor claritas

Manoel Barbeitos
Economista

Resulta natural que gran parte de la ciudadanía gallega, muy especialmente la que votó la EN MAREA en las últimas elecciones generales (2016), no entienda lo que está pasando en el interior de esta organización que viene de dividirse en dos candidaturas para las elecciones generales: EN MAREA y EN COMUN UNIDAS-PODEMOS. No entienda como puede ser que se dilapide de manera tan gratuita e inmadura tal capital político (271.148 votos y 14 diputados en el Parlamento Gallego, 344.143 Votos y 5 diputados en el Parlamento español). Resulta natural.


No obstante, como ciudadano que participó desde el primero momento (Encuentro por una marea, año 2015) tanto en el proceso de construcción de EN MAREA como en su transcurrir posterior, me permite tener un conocimiento próximo de los hechos y circunstancias, por lo que voy a intentar desgranar las razones políticas, en otras no entro, que pueden ayudar a entender mejor lo que está pasando en el interior de EN MAREA. Cómo lo que nació como un proyecto unitario finalizó en dos candidaturas diferentes en estas elecciones generales.


Para entender mejor lo que está pasando en el espacio político que ocupaba EN MAREA basta con echar una vista a nuestro entorno, tanto gallego como español e, incluso, europeo, por no decir occidental. En la actualidad, especialmente desde la caída del muro de Berlín y el auge de la mundialización neoliberal (finales del siglo XX), dos movimientos en la izquierda pugnan por la hegemonía: uno representado por los partidos clásicos (socialdemocracia y comunismo disfrazados de fórmulas varias) y otro por los nuevos movimientos sociales que tiran por formas de organización y participación diferente. El primero sigue defendiendo que sean los partidos, y dentro de ellos sus directivos, quienes dirijan y ejecuten la acción política; el segundo procura (bajo diferentes formas) que la política no sea cosa exclusiva de las élites y que la ciudadanía sea quien de participar y decidir. Dos formas distintas de entender la política hoy en día que, lógicamente, reclaman también formas diferentes de organizarse, de participar y de tomar decisiones. En definitiva: dos estrategias diferentes.


Trasladándonos a EN MAREA, la primera estrategia es la defendida mayoritariamente por los partidos que se incorporaron a este espacio (PODEMOS, IZQUIERDA UNIDA, ANOVA, COMPOSTELA ABERTA, MAREA ATLANTICA) y que en las últimas elecciones internas a la COORDINADORA se presentó en sociedad con el nombre de ENTRE TODAS. En la segunda están (estamos) aquellos que no pertenecen (pertenecemos) a ningún partido y que, por caso, presentaron en las elecciones a la COORDINADORA la candidatura COIDANDO A CASA liderada por Luis Villares. Las últimas elecciones internas celebradas en EN MAREA pusieron en evidencia como la segunda opción era cada vez más mayoritaria dentro de la organización (60% de los/las inscritos/as).


Dos estrategias diferentes que, por caso en Galicia y en España, esconden diferencias de gran calado. Diferencias que van desde una posición muy distinta frente a la deriva neoliberal de la Unión Europea hasta un posicionamiento también radicalmente diferente de las reformas más urgentes en el estado español como tuvimos ocasión de ver en la última legislatura y muy especialmente en el debate sobre los presupuestos. Así, por caso, la negativa por parte de una mayoría de los parlamentarios de EN MAREA, adscritos/as a ENTRE TODAS, a negociar la Agenda gallega con el gobierno central –a pesar de la favorable disposición de la brillante Ministra de Hacienda, señora Montero- fue una decisión política muy significativa por varias razones. En primer lugar supuso de por sí negar la razón de ser a EN MAREA –como antes habían hecho con motivo de no formar grupo parlamentario propio- en beneficio de UNIDOS PODEMOS. En segundo lugar evitó que el gobierno español había llegado a reconocer a EN MAREA como un interlocutor político y como un sujeto del cambio en Galicia frente al inmovilismo de la Xunta A. Núñez Feijoo. En tercer lugar fue no atender lo que era una reivindicación mayoritaria en EN MAREA. También incumplir, una vez más, un compromiso contraído con los electores en las elecciones generales y que estaba escrito en el programa. Finalmente tal postura vino a confirmar, una vez más, que para los directivos y dirigentes de los partidos integrados en EN MAREA esta fue siempre más una opción táctica que una opción estratégica.


Diferencias que se extendían al modelo organizativo. Sí en el período no electoral, como consta en las hemerotecas, la convivencia entre los dos colectivos de facto fue dura y difícil, con episodios realmente lamentables e incluso vergonzosos, cuando aparecen en el escenario político una serie de contiendas electorales explotaron las diferencias. Unas diferencias que realmente reflejan tanto una lucha por el poder dentro de EN MAREA como una lucha por la supervivencia partidista y personal. En la práctica, que es lo que realmente cuenta, PODEMOS, IZQUIERDA UNIDA y ANOVA no se distinguen de los partidos políticos clásicos por mucho que algunos en su momento se presentasen como antisistémicos (“no nos representan”, “no hay pan para tanto chorizo”, “nuestros sueños no caben en vuestras urnas”…). Basta con ver cómo se comportaron tanto a la hora de elegir los órganos de decisión de EN MAREA (Coordinadora, Consejo) como a la de de componer las candidaturas electorales donde los de ENTRE TODAS (ahora EN COMUN UNIDAS-PODEMOS) siempre intentaron imponer como había sido (“el fin justifica los medios”) su criterio de reparto en las listas por organizaciones partidarias, a pesar de ser un criterio minoritario en EN MAREA, donde la mayoría apuesta por la elección libre y directa (“primarias”: cada inscrito un voto) y sin cuotas partidarias. Criterio que también defiende COIDANDO A CASA (EN MAREA).


El tiempo, como siempre, dará y quitará razones. Lo malo del asunto es que la opción de cambio antisistémico en Galicia está hoy más lejos de lo que estaba ayer. Que cada quien asuma sus responsabilidades sin embargo, y como señalaba al principio, resulta cada vez más evidente que son necesarias nuevas formas de representación política que sean quienes de facilitar la más amplia participación de las mayorías sociales, tanto en la toma de decisiones como en el control y seguimiento de los poderes públicos y sus representantes. El asfixiante protagonismo de unos partidos políticos enormemente burocratizados y elitistas está conduciendo a Occidente a un creciente y muy peligroso distanciamiento entre los políticos y la ciudadanía. Un distanciamiento que es un excelente caldo de cultivo para surgirlo de populismos de todo tipo que ponen en peligro a la democracia. 

Sin comentarios

Escribe tu comentario




He leído y acepto la política de privacidad

No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes. Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.

Más opinión
Opinadores

Galiciapress
Plaza de Quintana, 3 15704 Santiago de Compostela
Tlf (34)678803735

redaccion@galiciapress.es o direccion@galiciapress.es
RESERVADOS TODOS LOS DERECHOS. EDITADO POR POMBA PRESS,S.L.
Aviso legal - Política de Cookies - Política de Privacidad - Configuración de cookies - Consejo editorial - Publicidad
Powered by Bigpress
CLABE