Una enfermedad incurable deja libre al ladrón del Códice Calixitino
Manuel Fernández Castiñeiras, el electricista de la Catedral de Santiago, que puso en vilo al país con sus hurtos y sus revelaciones saldrá de la prisión de A Lama en los próximos días.
Castiñeiras, a la derecha, durante el juicio, con su hijo y su mujer
Esta decisión, que precede a su libertad condicional, se ha tomado debido a la grave enfermedad "incurable" que padece el condenado y que le hace apto para que le sea aplicado el artículo 104.4 del reglamento, que otorga el tercer grado por "razones humanitarias".
En concreto, este artículo establece que se le facilitará el tercer grado a los penados "enfermos muy graves con padecimientos incurables, según informe médico, con independencia de las variables intervinientes en el proceso de clasificación", por "razones humanitarias y de dignidad personal, atendiendo a la dificultad para delinquir a su escasa peligrosidad".
SUFRIÓ UN ICTUS ESTE AÑO
En mayo de este año, Castiñeiras, de 70 años, sufrió un ictus mientras se encontraba en prisión, lo que motivó su ingreso hospitalario dada la gravedad de la situación. Era, además, la segunda ocasión en la que se veía afectado por esta dolencia, que ya le dejó secuelas antes del robo del Códice.
José Manuel Fernández Castiñeiras fue condenado en 2015 a diez años de prisión por hurto, robo continuado y blanqueo de capitales por la sustracción del Códice Calixtino y otros efectos de la Catedral de Santiago. Posteriormente, el TSXG redujo esta condena y la dejó en 8 años y dos meses, que ha cumplido en la cárcel de A Lama.
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