Paco Zas dura seis meses como presidente del Deportivo de La Coruña

Paco Zas abandona la nave del Dépor después de asumir la presidencia el pasado mayo.

Paco Zas durante su puesta de largo como presidente

Éramos pocos y… El Deportivo de La Coruña, sumido en la peor crisis de la historia –son últimos en Segunda División, con una racha negativa de 18 jornadas sin conocer la victoria y con su viabilidad pendiente de una salvación que cada día se antoja más y más difícil- se queda sin su presidente, Paco Zas, que ha dimitido después de acceder al cargo el pasado 28 de mayo.

Zas, que se presentaba como el apagafuegos después de la espantada de Tino Fernández, apenas ha durado seis meses al frente de la entidad herculina. Con él como presidente, el Dépor pasó de tocar el ascenso a Primera División con la punta de los dedos a no acertar en nada: el proyecto de Anquela falló desde la base, y desde la destitución del entrenador el club solo ha ido a peor, con un Luis César que no ha sabido dar con la tecla de un equipo absolutamente perdido. Los blanquiazules están ya a 8 puntos de la permanencia.

La decisión se anunció esta semana después de la reunión del Consejo de Administración del club. Este mismo Consejo ya estuvo al borde de disolverse hace unas semanas, con la perspectiva de que el proyecto había fallado desde el principio.

“El Consejo de Administración del Real Club Deportivo de La Coruña, SAD en su reunión mantenida en el día de hoy ha acordado por unanimidad la convocatoria de una Junta General Extraordinaria de accionistas que se celebrará la semana del 13 de enero de 2020. El orden del día de la referida Junta General tendrá por objeto articular la renuncia del Consejo de Administración para propiciar el nombramiento de un nuevo equipo de gobierno”, reza el comunicado del club.

Ahora queda por saber quién se presentará para gobernar un club con 80 millones de deuda y al borde de la división de bronce del fútbol español. Además, la desaparición del equipo sobrevuela Riazor en caso de un descenso cada vez más palpable. Parece que en la nave del Dépor, al que los presidentes empiezan a durarle lo mismo que los entredadores, solo van a quedar los remeros –la afición-, toda vez que en este barco a la deriva no quedan ni ,los violinistas.