#Claves de la semana

​Gómez-Reino (Galicia En Común): "Pocos miles de votos nos separan de un gobierno progresista "


En su serie de entrevistas electorales, Galiciapress entrevista al candidato de Galicia En Común Anova Mareas, Antón Gómez-Reino, que da el salto desde Congreso de los Diputados a Galicia para intentar liderar la Xunta. El referente de Podemos Galicia solo ve dos alternativas: un bloque progresista, integrado por las tres fuerzas de izquierdas gallegas, o una coalición entre el PPdeG y Vox. El supuesto control de los medios de comunicación públicos por parte de la Xunta, la crisis sanitaria y de las residencias o la delicada situación del sector industrial gallego son otros de los puntos que ocupan esta conversación. 


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En su serie de entrevistas electorales, Galiciapress entrevista al candidato de Galicia En Común Anova Mareas, Antón Gómez-Reino, que da el salto desde Congreso de los Diputados a Galicia para intentar liderar la Xunta. El referente de Podemos Galicia solo ve dos alternativas: un bloque progresista, integrado por las tres fuerzas de izquierdas gallegas, o una coalición entre el PPdeG y Vox. El supuesto control de los medios de comunicación públicos por parte de la Xunta, la crisis sanitaria y de las residencias o la delicada situación del sector industrial gallego son otros de los puntos que ocupan esta conversación. 


El candidato a la Presidencia de la Xunta por la coalición Galicia en Común-Anova Mareas, Antón Gómez-Reino, posa en el entorno de la plaza de Platería, durante una entrevista para Europa Press

Antón Gómez-Reino, candidato a la Xunta, atendió a Galiciapress


Hace poco dijo que Galicia solo tiene dos caminos: o un bloque progresista o una coalición de Feijóo con Abascal. Con todo, los últimos sondeos hablan de una nueva mayoría de los populares. ¿Cree que es imposible un escenario con una mayoría absoluta? Y, de darse la coalición, ¿cree que sería peor la entrada de Vox que un nuevo Gobierno único de Feijóo?

Estamos trabajando para que esos pocos miles de votos que nos separan se activen en esta campaña y vayan a votar. Digo que se activen porque insisto mucho en que en los últimos procesos electorales que hubo en Galicia hubo una clarisisma mayoría de voto progresista y de izquierdas, por lo que creo que a nadie se le escapa que el señor Feijóo convoca las elecciones en este momento intentando desmovilizar el voto de izquierdas y la tarea de Galicia En Común y el resto de fuerzas de izquierdas es movilizar ese voto.


Creo que el mejor mensaje que podemos trasladar para lograrlo es hacer visible la voluntad de cooperación entre las tres fuerzas de izquierda: Galicia En Común Anova Mareas, el PSdeG y el BNG. Más allá de eso, creo que lamentablemente en muchos ámbitos, ya sea en el de la igualdad y lucha contra la violencia machista, las políticas ambientales o la ausencia de política industrial y políticas de amiguismo del Partido Popular, Feijóo y el PP llevan insertas muchas de las políticas que desarrollaría un gobierno gallego en donde estuviese Vox. En todo caso creo que es evidente, y no lo digo yo sino que lo reiteró el señor Abascal, que ellos están abiertos y dispuestos a construir esa coalición de derecha y extrema derecha junto Feijóo. Creo que el conjunto de los gallegos y gallegas, ya no solo de izquierdas sino demócratas, tienen que salir a votar el 12 de julio para acabar con estos tiempos tan duros de corrupción, privatización y austeridad como para evitar que ese día sea la puerta de entrada de Santiago Abascal en el Gobierno de la Xunta de Galicia.


La otra vía, la del bloque progresista, obligaría la, como mínimo, un entendimiento entre tres fuerzas políticas. Últimamente España parece acostumbrarse a los pactos y equilibrios entre muchas fuerzas pero, ¿sería sencillo llegar a un acuerdo en Galicia? ¿Cómo es su sintonía con Caballero y Pontón?

Afortunadamente Galicia va en muchas cosas por delante, y también en el talante democrático. En nuestro país hay una cultura consolidada en la izquierda de gobiernos de coalición desde hace muchos años. Creo que también es positivo y nos sitúa por delante de otras partes de España donde el bipartidismo tuvo una consolidación más fuerte.


¿Sobre mi relación con Ana y Gonzalo? Evidentemente es una relación buena y no tengo dudas de que sería la mejor noticia para Galicia la capacidad que tendría un gobierno como el que planteamos nosotros con una cabeza y tres almas: un alma progresista, un alma transformadora y también un alma pensando desde el país.


En nuestro país hay una cultura consolidada en la izquierda de gobiernos de coalición desde hace muchos años


Por otro lado, usted acaba de referirse a ese bloque progresista como algo que solo se puede dar si se moviliza a la izquierda gallega. En un contexto de miedo a contagios y con tan poco margen desde el fin del estado de alarma hasta la celebración de los comicios, ¿cree que esto puede jugar en contra de la izquierda por una baja participación?

Es evidente que cuando el señor Feijóo y el Partido Popular pensaron en convocar las elecciones en este momento lo que buscaban es una desmovilización de la izquierda y de la gente progresista. Además el votante progresista es un votante que sabe de las enormes dificultades y de lo complicado que fue toda la situación sanitaria epidemiológica que vivimos. Pero también sabe que estos años fueron absolutamente lesivos para nuestro país, donde hablamos de pérdidas de empleo en todos los sectores: industrial, del mar, agroganadero… en todos aquellos fundamentales para nuestro país. Hablamos de privatizaciones en todos los elementos de ámbito competencial de la Xunta centrales, como puede ser la sanidad, la educación o la atención a nuestros mayores.


Por lo tanto creo que con ese votante de izquierdas tenemos la responsabilidad histórica los candidatos y candidatas de los espacios progresistas de activarlos y decirles con claridad que entre las tres fuerzas, a las que aspiramos a liderar, vamos a definir un horizonte que saque a Galicia de la situación a la que la ha llevado el Partido Popular, que saque a Galicia de los peores números de destrucción de empleo y de creación de empleo y que lleve a Galicia a un siglo XXI donde le demos un futuro de protección social, reactivación de la economía, cuidado de los sectores productivos, y evidentemente de cuidado de aquellas personas que lo están pasando peor en una situación como la actual. Creo que es evidente que la persona que nos llevó a donde nos encontramos, y me refiero al señor Feijóo, está absolutamente inhabilitado para asumir la difícil tarea que tenemos por delante: la recuperación y reconstrucción económica y social de Galicia.   


Este lunes estará en el primer debate televisado. Algunos partidos ya denunciaron aspectos como el tiempo asignado a cada formación participante o la desigualdad por el trato que reciben algunas formaciones. ¿Está adulterada la parcialidad en esta carrera electoral desde el punto de vista informativo? ¿Qué valoración hace de los medios de comunicación públicos en Galicia?

Llevamos denunciándolo mucho tiempo. El señor Feijóo no tiene una máquina de gobierno, sino que tiene una costosísima máquina de propaganda a costa de los gallegos. Tiene hecho de la CRTVG una auténtica Concellería de propaganda sometida a los intereses partidistas y del señor Feijóo. 

El señor Feijóo no tiene una máquina de gobierno, sino que tiene una costosísima máquina de propaganda a costa de los gallegos


Sobre el debate lo dijimos previamente, ya que, lamentablemente, sabíamos que los términos del debate no se iban a decidir como en cualquier contexto democrático ni por los profesionales de la CRTVG, que son magnificos, ni por la propia dirección de la corporación, sino que los términos iba a decidirlos Feijóo y su equipo en un nuevo gesto antidemocrático. Así es como realmente fue y creo que es una pésima noticia. Una de las primeras tareas que tiene el próximo gobierno de izquierdas es dignificar el trabajo de  la Radio Televisión Pública de Galicia y hacer un medio público autónomo, independiente y fuera del control político de cualquier gobierno.


Usted, a nivel personal, vivió como tantas familias una de las caras más crudas que nos dejó la pandemia, como fue encontrarse lejos de sus seres queridos y no poder compartir los primeros momentos de vida da su hija. Además, usted mismo pasó la enfermedad. ¿Que sacó en limpio de estos tres meses de crisis?

Que soy un afortunado, en primer lugar. No pude estar cerca de mi hija, pero por suerte no perdí a ningún ser querido y en ese sentido creo que hay que jerarquizar las pérdidas y dificultades que cada uno tiene. Las reflexiones fundamentales, que debemos hacer todos y todas, son de debate civilizatorio, sobre hacia donde tiene que ir nuestra sociedad. Eso entronca de forma clarísima con el debate sobre lo público, que creo que todo el mundo sea del color político que sea, se dio cuenta de que es imprescindible un tejido de sanidad y servicios públicos como elemento de protección, pero creo que hay que ir más allá.


Creo que nos dimos cuenta de que hay determinada forma de vida, modos de producción o composición de trabajo que nos hace estar demasiadas veces lejos de la vida que deseamos, de la gente que queremos, de los tiempos que necesitamos para organizar nuestras vidas… Más allá de que es evidente que muchos y muchos sufrimos o sufren y que como sociedad muchos y muchas vamos a sufrir, también hay que reflexionar al respecto de los debates importantes que nos abre un contexto como este y hacia donde nos lleva el modo de vida neoliberal, conectado con muchas de las consecuencias negativas que tuvo el coronavirus, especialmente aquí donde llevamos 11 años de gobiernos neoliberales, de destrucción de lo público, pero también de vínculos sociales, de todo lo que tiene que ver con una forma de vida que nos permita desarrollarnos como personas y mantener nuestro vínculo y cuerpo social.


El gran agujero que destapó la crisis sanitaria en Galicia es la situación de las residencias para la tercera edad en Galicia. Centenares de muertes, la mayoría en residencias privadas, que dejaron ver las carencias de estos centros en cuanto a personal y material. Además, por lo menos 127 muertes fueron en residencias sin que se llegara a trasladar al enfermero por ser dependiente. ¿Aboga por una investigación exhaustiva para esclarecer el ocurrido en los geriátricos gallegos? ¿Es posible apostar por un modelo 100% público?

Es evidente que la primera tarea que tiene el próximo Parlamento de Galicia es una investigación a fondo de lo que sucedió en el ámbito de las residencias de nuestro país. Pero no solo el qué, sino el por qué sucedió esto y las responsabilidades políticas que puede haber en todo un modelo privatizado en este país a lo largo de la última década.


Sobre el modelo es algo que decimos con total claridad: hay que avanzar de la mano de los profesionales del sector geriátrico hacia un modelo donde no se pueda dar lo que anunciaba, no solo nosotros, sino el propio Consello de Contas, que hace años emitió un informe que decía que se incumplían los contratos, que las condiciones en las que se encontraban los residentes no eran las óptimas, por lo que creo que hay que ir hacia un modelo donde se acabe con ese paradigma con el que se hizo un negocio a la asistencia a nuestros mayores. Esto tiene que ser con la garantía y la protección que ofrece lo público.

La primera tarea que tiene el próximo Parlamento de Galicia es una investigación a fondo de lo que sucedió en el ámbito de las residencias de nuestro país


Por otro lado, también se puso más de relieve se cabe la situación de nuestra sanidad pública. Los profesionales llevan meses denunciando la falta de equipos, de personal o los contratos precarios que padecieron mismo durante la pandemia. La última polémica tiene que ver con el bono de 250 euros propuesto por Feijóo para que los sanitarios gasten en hostelería y restauración, que despertó la indignación de gran parte de los profesionales. ¿Comparte esta indignación? ¿Qué tiene que decir de esta medida de compensación de la Xunta?

Comparto la indignación. Lo qué si tengo que decir es que tengo una satisfacción enorme por ver la reacción tanto colectiva como del país al ver que nuestros sanitarios no solo se dejaron la piel y en algunos casos pusieron en riesgo su salud por protegernos, sino que en un ejercicio de salud y unidad democrática dijeron que no aceptaban el soborno que significaba este cheque del señor Feijóo. Y se lo dijeron además el conjunto de Colegios Profesionales, el conjunto de los profesionales que componen los distintos ámbitos sanitarios que sufren la interinidad y la precariedad provocada por el Gobierno de Feijóo.



El pasado fin de semana hubo una movilización de todos estos profesionales en la que estuvimos presentes en Santiago y creemos que el próximo Gobierno de Galicia tiene que revertir la situación en todo lo que tiene que ver en la inversión pública en sanidad y, sobre todo, en generar de una vez por todas horizontes profesionales y laborales y derechos para el conjunto de los profesionales del sector que les aporten certidumbre, seguridad y que no continúen la senda recorrida hasta ahora. En estos últimos años el Partido Popular hizo del SERGAS una auténtica empresa de trabajo temporal. Hay que acabar con eso. Hay que dignificar la situación, cuidar de quien nos cuida como decíamos cuando aplaudíamos en los balcones. También nos llama la atención que el mismo día que hubo una movilización en la capital gallega de los profesionales sanitarios públicos el señor Feijóo estaba con el señor Casado en la plaza de toros de Pontevedra. Eso es lo que le preocupa al señor Feijóo la sanidad pública gallega.


Durante su etapa como parlamentario se le vio siempre muy implicado y del lado de los  trabajadores en las manifestaciones y protestas de empresas  gallegas que sufrieron   deslocalizaciones o despidos. Son el caso de Isowat, Alcoa o mismo R, por citar algunas. En un momento en el que hasta el turismo se destapó como un valor que no siempre es seguro, se afianza si cabe el peso de la industria en un país como Galicia. ¿Qué radiografía hace de la situación actual del tejido industrial gallego? ¿Estamos a tiempo de salvar todos los empleos que se  ¡encuentran al borde de la desaparición? ¿Cree que es posible abordar conflictos como el de Alcoa San Cibrao sin recurrir a la nacionalización?

Venimos de once años de una auténtica pesadilla para el sector industrial  gallego. El cierre de nuestras industrias, fundamentales para nosotros, como las dos plantas en peligro, tanto la nueva Alu Ibérica, antes Alcoa, y la planta de San Cibrao, pero también de otros ámbitos como pueden ser el siderúrgico o el naval, que nos hablan de un Gobierno de Galicia que estuvo siempre ausente a la hora de ejercer sus competencias. Es importante recordarlo porque creo que el señor Feijóo es el prestidigitador de la mentira y trató de creer a la ciudadanía que él no tenía responsabilidades en muchos asuntos, como por ejemplo la industria. El artículo 30 del Estatuto de Autonomía de Galicia reza que la Xunta tiene plenas competencias en materia industrial, pero también tiene la Xunta plenas competencias en planificación económica. Por lo tanto Feijóo es el principal responsable del cierre de numerosas empresas en el país.


Al respecto de lo que podemos hacer, es evidente que es un momento el que hay que relocalizar industria con un Gobierno gallego que apoye e intervenga de forma decida la reactivación de nuestro sector industrial. Creo que la situación de Alcoa San Cibrao es límite, algo que se evidencias después de las ofertas que hizo el Ministerio de Industria en donde Alcoa dejó claro que ni quiere vender ni buscar una solución y si de aquí al 12 de julio el señor Feijóo, que el gran ausente de este conflicto de este conflicto y se ha convertido en el sordo, mudo y ciego de esta situación, no hace absolutamente nada, el próximo Gobierno hará, como hizo el Gobierno autónomo de Cerdeña en Italia, sentarse, llamar al Ministerio de Industria y decir que el Gobierno de Galicia está decidido a intervenir de la forma que sea necesaria para garantizar el más de medio millar de puestos de empleo directos que hay ahora en juego y los cientos de puestos indirectos.

Feijóo es el prestidigitador de la mentira y trató de creer a la ciudadanía que él no tenía responsabilidades en muchos asuntos, como por ejemplo la industria


Un gobierno tiene que tener determinación política para intervenir un sector industrial y otros sectores estratégicos. Eso es lo que estamos viendo ahora en Europa, donde la Unión Europea está permitiendo intervenciones que en otro momento no permitiría, como ocurrió con Lufthansa en Alemania y otras iniciativas europeas. El 13 de julio el nuevo Gobierno se tiene que sentar, buscar recursos y salvar esos puestos de trabajo además de estar sentado en el consejo de administración de empresas estratégicas de nuestro país para saber lo que allí sucede y garantizar que el camino de ese sector es el adecuado para sus trabajadores, para sus comarcas y para el futuro de los gallegos y gallegas.


Y, volviendo al turismo, últimamente uno de los temas en la calle y entre las fuerzas políticas es la ‘madrileñofobia’, justo cuando dos brotes, puede que “importados”, azotan la comunidad. ¿Cómo está percibiendo todo esto? ¿Comparte ese temor? Y, a la vista de los brotes, ¿cree que fue precipitado que Feijóo adelantara el fin del estado de alarma?

Todas y cada una de las medidas que tomó el señor Feijóo en estos últimos cinco meses  solo tenían un fin: el propagandístico. Fue así con el fin del estado de alarma y considero que hay un consenso en la mayor parte de la ciudadanía de que el estado de alarma, pese a ser una medida severa, fue el mecanismo que facilitó que saliéramos adelante en los momentos más difíciles de la crisis.


Por otro lado no me gustan ese tipo de términos. Ni me gusta la madrileñofobia, ni me gusta por otras cuestiones la catalanofobia ni me gusta la fobia a la gente de ninguna procedencia.  Este país tiene que tener un Gobierno que no legisle en función de intereses partidistas o electorales sino que piense en cómo damos los siguientes pasos en lo que tiene que ver en esta crisis sanitaria y epidemiológica que nos acompañará, espero que no durante años, pero sí durante meses, pensando en el bienestar de los gallegos y gallegas. El Gobierno del Estado de coalición creo que en ese sentido fue un ejemplo, que todas las medidas que se tomaron fueron basadas y encuadradas en el camino que marcaban los expertos y es lo que debe hacer el Gobierno de Galicia y no dar pasos en función de otros intereses.


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