El Lugo habla en plata con dos goles de ​Cristian Herrera, que se convierte en leyenda albirroja

Si bien el caos reinante en una jornada liguera marcada por lo ocurrido en el Deportivo – Fuenlabrada, el Club Deportivo Lugo logró una salvación histórica en el terreno de juego.

El CD Lugo celebra la permanencia | Foto: CD Lugo

Si obviamos el hecho de que nada de lo que ha ocurrido en esta última jornada de Segunda División es normal, lo del CD Lugo es para un guion de cine. Con todo el mundo pendiente de qué ocurría en A Coruña, a unos 100 km de allí once gladiadores lograron una gesta histórica: salvar al Lugo de un descenso cantado. Los albirrojos lograron la salvación de la mano de Cristian Herrera, que con un doblete dio la vuelta al gol del Mirandés y dio la permanencia a los lucenses.

Los locales salieron al campo enrabietados y sin especular. Solo ganar y sin caer en la trampa de aspirar a un empate que pudiera, según las cábalas, darles la permanencia. Con todo, el miedo a meter la pata maniató un poco al Lugo, que fue de menos a más. Al filo del descanso Marcos André cazó un pase en profundidad para recortar a Cantero y hacer el 0-1. El gol tardó en subir porque se revisó la posición del ariete y el despeje de un zaguero sobre la línea de gol, pero el VAR terminó por validar el tanto.

Ya sin red, en la Segunda parte el Lugo fue a por todas. Nada más empezar un centro lateral a punto estuvo de ser enviado al fondo de la red por Barreiro, que no pudo cazar el envío. También El Hacen, uno de los hombres responsables de esta historia épica, pudo hacer el empate, pero fue Herrera el que en el 63 aprovechó un barullo en el área para igualar. También hubo revisión y el resultado fue el mismo: gol del Lugo.

Con el 1-1 todo el Anxo Carro y toda la ciudad de Lugo creyó en el milagro. Lo siguieron intentando pero no fue hasta el 84 cuando Carrillo se inventó un pase de fantasía para el desmarque de Herrera, que se plantó solo contra Lizoain e hizo el definitivo 2-1.

A partir de ahí el reloj empezó a correr más lento para la ciudad amurallada, pero el pitido final llegó y la victoria deja en Segunda a un Lugo por el que nadie daba un duro no hace mucho. Un final de campaña espectacular con seis partidos sin perder –cuatro triunfos y dos empates- permiten a los lugueses seguir hablando en plata, al menos, un año más…o hasta que un juez diga lo contrario.