“Las residencias y su personal no están diseñados para hacer aislamientos” advierten los directivos de centros sociales

El presidente de la Asociación de Directores/as de Residencias Sociales de Galicia (DiReS) atiende a Galiciapress para detallar cuál es la situación en la que se encuentran los geriátricos, donde la Covid-19 arrasó en la primera ola y que ya provocado la intervención de cuatro residencias en la actual segunda ola, la última este fin de semana en Culleredo. En opinión de Víctor González Meizoso, la situación ha mejorado en aspectos como el material, pero persisten déficits, por ejemplo en coordinación entre administraciones y en falta de personal bien formado.

Desde la organización reclaman a las administraciones públicas un “mando único” que pueda coordinar la acciones al detectarse positivos o para tratar de evitar la entrada de la enfermedad. Del mismo modo, Meizoso expone las dificultades a las que se enfrentan este otoño, sobre todo en el apartado de las contrataciones.

González Meizoso en una foto de archivo en 2013 cuando era directivo del  Colexio Oficial de Traballo Social de Galicia (COTSG) 

En el comunicado emitido por la plataforma hace unos días, las residencias ponen de manifiesto las desavenencias existentes entre los centros y la administración pública. Los directores de los centros geriátricos consideran que sería beneficioso contar con un “mando único” para este tipo de centros “de carácter social”. En esa línea, la coordinación entre las residencias y las administraciones públicas es fundamental para mantener a raya la enfermedad.

“Son la casa de nuestros residentes. Desde esta óptica dependemos orgánicamente de la Consellería de Política Social. En el marco de la pandemia, el peso de toda la gestión recayó mucho más en la Consellería de Sanidad y en el SERGAS”, explican desde la dirección de las residencias, que también valoran de forma desigual el trabajo que se hizo desde las áreas sanitarias, si bien algunas trabajaron “muy bien y de manera muy ágil”.

PIDEN MÁS COORDINACIÓN

“Lo que precisamos es más homogeneidad en la acción, para que todos los centros en cualquier punto del territorio tengan la misma respuesta y la misma agilidad. Entendemos pues que crear un ente o Centro de Coordinación Centralizado (o mando único) que pueda dar cobertura a todo este sector sociosanitario puede ser de gran ayuda para todos y todas nosotros”, valora la plataforma. Al respecto, ponen el foco sobre la recién nacida Dirección General de Atención Integral Sociosanitaria, una corporación que puede ser la llave en este sentido.

Relacionado con este nuevo departamento están los Planes de Contingencia, que deben desieñar los centros de manera individual. Sobre estos planes de actuación influyen factores de diversa índole que van desde el diseño de los propios centros hasta las plantillas de personal.

A pesar de todo, el gran hándicap al que se enfrentan las residencias en este escenario de crisis sanitaria es que los propios centros “no están concebidos como centros sanitarios ni están preparados para hacer aislamientos internos”. “Su personal no tiene la formación precisa. En este sentido, el apoyo y supervisión por parte de la administración sanitaria sería muy valioso”, razonan desde la plataforma.

Esta es solo una de las demandas que la plataforma trasladó a la Consellería de Política Social, que atendió de forma inmediata a la asociación, aunque la reunión entre los actores implicados todavía no tiene fecha.

¿PONER EN MARCHA MÁS “RESIDENCIAS COVID”?

A principios de agosto en Galicia se empezó a registrar una escalada de casos de coronavirus en lo que muchos denominaron la antesala de la segunda oleada de la enfermedad. A raíz de este ascenso en el número de casos se registraron dos importantes brotes en las residencias de Outeiro de Rei y O Incio, ambas intervenidas por la Xunta de Galicia, al igual que ocurrió este fin de semana en el geriátrico de Culleredo.

Desde la plataforma recalcan que todos los centros “están sometidos a procesos de inspección muy exigentes por parte de la Xunta de Galicia”. No obstante, los directores de los centros valoran que la intervención por parte del Gobierno de Galicia es “importante” para evitar que la situación “se desborde”.  

A renglón seguido, desde las residencias valoran muy positivamente el funcionamiento de los centros específicos o “residencias Covid”, aquellos centros, como la residencia Porta do Camiño, a donde la Xunta trasladó positivos de la primera ola que estaban asintomáticos o muy leves: “Entendemos que tener centros integrados para atención a Covid sería una alternativa buena en muchos casos. Las residencias y su personal, en general, no están diseñadas para aislar gente y trabajar con residentes en estas condiciones. La situación en los centros con infectados es muy dura, identificar, aislar, valorar constantemente, genera mucho trabajo y mucha tensión. Ahora estamos acostumbrados a trabajar con mucha protección, pero aun así, no es lo mismo hacerlo con gente que ya sabes que es positivo”.

“El hecho de poder trasladar positivos a un centro integrado permitiría una atención más efectiva y profesionalizada, y al tiempo minimizaría las posibilidades de contagio en el centro de origen. Lo que sí entendemos es que se debería poder derivar a cualquier paciente independientemente de su grado de dependencia”, explican.

“ANTICIPARSE” Y “MINIMIZAR RIESGOS”

Ante esta segunda oleada la gran incógnita que sobrevuela a las residencias gallegas, tan castigadas por el coronavirus la pasada primavera, es saber si desde mayo que comenzó la escalada se aplicaron las medidas necesarias para hacer frente a un segundo embate de la enfermedad. Las direcciones de los centros reconocen que ellos mismos son incapaces de cuantificar “cuantas y cuáles medidas son suficientes” ya que “el riesgo cero no existe”.

Como ejemplo de esto, desde las residencias son conscientes de que el personal de las residencias, si bien se les insta a que “minimicen su exposición”, “tiene familia, hijos… las cadenas de relaciones humanas son muy amplias y por tanto el riesgo de exposición y contacto se multiplica”. “Al final, lo que se trata es de anticiparse mucho y minimizar riesgos. El virus aún es en gran medida un desconocido. Cuido que las residencias están actuando con medidas de control y protección”, explican.

En lo que sí hacen hincapié es que la situación en cuanto a materiales y medios disponibles en las residencias ha cambiado de forma sustanciosa. “Hace ya meses que no hay tensión por la  escasez de material”, comentan con satisfacción. Además, si bien admiten que durante los momentos críticos no contaron con “tantos medios como nos gustaría”, lo cierto es que en la mayoría de casos sí contaron “con los necesarios”.

HACIENDO NEGOCIO EN PLENA PANDEMIA CON EL MATERIAL

“La escasez no era mayor que en el sistema sanitario”, afirman, si bien también denuncian que hubo momentos de colapso, causado en gran medida por los pasos dubitativos que se dio a nivel mundial en cuanto a la producción y la imposibilidad de proveer a todos los países del material que demandaban. En ese apartado denuncian que incluso se vivieron situaciones en las que tuvieron que comprar material que se encontraba diez veces por encima de su precio original.

Sin embargo, el gran problema en estos momentos es la escasez de personal, sobre todo en aquellos centros en donde la enfermedad afecta a las plantillas y provoca bajas entre los trabajadores. Esto, unido al miedo existente entre los profesionales, está siendo diferencial a la hora de contratar trabajadores. Con todo, hay muchas otras cuestiones que influyen en este apartado, como la escasez de personal formado en el sector o la imposibilidad en muchos casos de encontrar personal para cubrir las bajas de forma inmediata.