Quino, el genial padre de Mafalda, se ha ido

Carmen P. Flores

Hace solos unos días, abandonaba para siempre este mundo, no por decisión propia, Joaquín Lavado Tejón, más conocido por Quino. Padre de la inconformista y contestataria,  Mafalda, personaje universal que no estaba de acuerdo con el mundo en el que vivía e “intentaba" resolver el dilema de quienes son los buenos y quienes son los malos en este mundo.



Mafalda 1


Quino, con su viaje al más allá, no solo ha dejado huérfana a Mafalda, sino a unas cuantas generaciones que hemos disfrutando con sus viñetas a lo largo de estos años y que nos han servido para sonreír, pensar y darnos cuenta que la vida es algo más que hacer o decir aquellas cosas que les gustan a los demás, y no expresar, por miedo, las que uno quiere contar.


El maestro  Quino a través de una niña de 8 años dejaba patente que la sociedad no puede estar callada, inerte ante lo que está pasando, aunque eso conlleve tener más enemigos de lo normal. Por eso Mafalda es un personaje rebelde, feminista y contestataria, sin importarle las opiniones de los demás sobre ella.


Quino quiso con Mafalda y su colla de amigos recapacitar sobre el mundo de los adultos: la política, la economía, el racismo, la guerra de Vietnam, Brigitte Bardot, los Beatles, los árabes e israelíes, o los sueños de una clase media argentina. Ese repaso a la sociedad adulta lo hace Quino con Mafalda y sus amigos tan peculiares: Felipe, Manolito, Susanita, Miguelito, Libertad y su hermano Guille que representan a su vez las distintas facetas del ser humano: profundas reflexiones y duras críticas a la sociedad y lo hacía bajo el paraguas del humor, un arma que además de propiciar una sonrisa, ayuda a sensibilizar.


El maestro  quiso mostrar que Mafalda representa el idealismo utópico que cree en un mundo mejor, aunque le envuelven el pesimismo y la preocupación por las circunstancias sociopolíticas que azotan su planeta y el mundo. El coste personal y profesional  por mostrar al mundo sus convicciones, fue muy alto.  Un 25 de junio de 1973 publicó su última tira de Mafalda en el diario Siete días  con este final y más tarde declararía:  “Si la seguía dibujando me pegaban uno o cuatros tiros”. No hace falta explicar más porque se entiende todo.


El escritor y pensador Umberto Eco, escribió sobre Mafalda lo siguiente:

"Mafalda no es solo un personaje de historietas; es tal vez el personaje de los años setenta en la sociedad argentina. Si al tratar de definirla se ha usado el adjetivo "contestataria", no ha sido por uniformarse a la moda del anticonformismo a toda costa: Mafalda es de verdad una heroína iracunda que rechaza al mundo tal cual es. Para comprenderla, conviene trazar un paralelo con otro gran personaje a cuya influencia no es ajena: Charlie Brown. Charlie Brown es norteamericano, Mafalda sudamericana. Charlie Brown pertenece a un país próspero, a una sociedad opulenta en la que trata desesperadamente de integrarse, mendigando solidaridad y felicidad; Mafalda pertenece a un país denso de contrastes sociales, que a pesar de todo querría integrarla y hacerla feliz, pero ella se niega y rechaza todas las ofertas. Charlie Brown vive en un universo infantil propio, del cual están rigurosamente excluidos los adultos (con la salvedad de que los niños aspiran a convertirse en adultos); Mafalda vive en un continuo diálogo con el mundo adulto, mundo al cual no estima, no respeta, hostiliza, humilla y rechaza, reivindicando su derecho a seguir siendo una niña que no quiere hacerse cargo de un universo adulterado por los padres. Charlie Brown ha leído, evidentemente, a los revisionistas freudianos, y anda en busca de una armonía perdida; Mafalda, con toda probabilidad, habrá leído al Che. En realidad, Mafalda en materia política tiene ideas muy confusas, no logra entender que es lo que sucede en Vietnam, no sabe porque existen los pobres, no se fía del Estado y está preocupada por la presencia de los chinos. Sólo una cosa sabe claramente: no está conforme.


Mafalda llegó a Europa en 1969, al año siguiente del Mayo Francés y otras grandes movilizaciones juveniles que sacudieron el continente y ha sido y seguirá siendo una heroína para unas cuantas generaciones, y lo seguirá siendo, aunque haya transcurrido ya 47 años de sus ultimas ocurrencias, lo cierto es que, Quino se ha marchado en un momento donde la pandemia del Covid-19 se está llevando al otro barrio a miles de personas. ¿Será la pandemia la que traiga un nuevo modelo social, político- lo dudo- y económico?.


Quino, desde las alturas estará mirando si este mundo puede cambiar, o va a seguir como siempre. Lo que está claro es que Mafalda y  Quino no  han   muerto, van a seguir   vivos en la memoria  de todas aquellas personas que tienen inquietudes, y que no están dispuestas a callarse. 


Decía Quino que "Resulta que si uno no se apura a cambiar el mundo, después es el mundo el que lo cambia a uno".

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