​Plataforma ecologista celebra el cierre de As Pontes, “la mayor fábrica de cambio climático” de Galicia

La plataforma ‘Galiza Un Futuro Sen Carbón’ indica que el cierre de As Pontes, sumado al de Meirama, supone “un enorme avance en la descarbonización del sistema eléctrico gallego”.

Con todo, desde la organización ecologista recuerda que este no es el fin del proceso de descarbonización, ya que esta debe ir de la mano de un Convenio de Transición para los afectados.

Protesta de la plataforma 'Galiza Un Futuro Sen Carbón'

“Es el momento de que las administraciones se centren por fin en la elaboración de un Convenio de Transición Justa para los trabajadores y trabajadoras”, recalca la plataforma, sin olvidar que el cierre significa “como un enorme éxito en la lucha desde nuestra tierra contra la emergencia climática global”.

“El cese de la actividad de la central de carbón de As Pontes acabará con el mayor foco gallego de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y uno de los principales de Europa”, manifiesta la plataforma. En ese orden, una cuarta parte de las emisiones de Galicia pertenecían solo a la térmica pontesa. “A pesar de la fuerte reducción de su actividad, en 2019 volvió a ser, como en los 40 años anteriores, la industria gallega que más contribuyó a la crisis climática”, subrayan.

Pese a todo, desde ‘Galiza Un Futuro Sen Carbón’ inciden en que los esfuerzos a nivel regional no deben detenerse aquí: “Para contribuir a limitar el calentamiento global a 1,5 ºC, Galicia debería reducir sus emisiones de GEI en, por lo menos, un 65% ya en 2030, con respecto a 1990. Para eso, es imprescindible, aunque no suficiente, que se dejen de utilizar lo antes posible gas y derivados del petróleo en la generación eléctrica, en centrales de ciclo combinado y/o en centrales de cogeneración como las vinculadas a algunas industrias, así como en el resto de sectores donde se emplean combustibles fósiles”.

“INTENTO DESESPERADO”

Ese convenio, además de a los trabajadores de la central, debe amparar “a los transportistas del carbón y a trabajadores de las industrias auxiliares”, según la organización, que considera que los intentos por tratar de prolongar la vida de la planta con biocombustibles suponían un callejón sin salid. “Fue un último y desesperado intento de alargar la vida de una enorme fábrica de cambio climático, que no sirvió para otra cosa que para retrasar aún más la inevitable adaptación socioeconómica a un futuro sin carbón”.

Desde la planta tanto trabajadores como instituciones se muestran a favor de la descarbonización, un proceso europeo y que compete a todos los gobiernos de la Unión, pero inciden en la necesidad de que esta transición ecológica se realice de forma “justa y ordenada”, planteando alternativas para factorías y municipios como el de As Pontes, que ahora se marchita sin su principal motor económico.