​(VÍDEO) ¿Por qué se deberían cerrar las granjas de visones gallegas? Ecologistas explican que suponen un riesgo sanitario

Grupos ecologistas reclaman desde hace años el cierre de las granjas de visones de Galicia, donde se concentra la mayor parte del sector a nivel nacional y donde todavía siguen apareciendo brotes de Covid-19.

Además de ser un potencial riesgo sanitario, según los expertos, el cuidado adecuado para la cría de los animales en estos centros está en entredicho.   

Visones | Foto: EP

Es un negocio tan lucrativo como polémico. La peletería goza de buena salud -en lo que a beneficio económico se refiere- en Galicia, donde se encuentran la mayoría de granjas dedicadas a la cría de visones. Sin embargo, si nos referimos a la salud de los animales, la cosa cambia. Desde el estallido de la crisis sanitaria son 15 las granjas que han reportado brotes de coronavirus en sus instalaciones. Supone que en más de la mitad de los centros de la comunidad se han confirmado brotes; representa el 83% del total nacional.

Este es uno de los motivos por los que ONG ecologistas, como la Asociación Animalista Libera o la Fundación Franz Weber, llevan reclamando el cierre de esta actividad desde hace mucho tiempo. La pandemia no ha hecho más que agudizar las críticas sobre un sector que en estos momentos representa una amenaza a nivel sanitario.

“La circulación de la Covid-19 puede dar lugar a nuevas mutaciones y a la inhabilitación o pérdida de eficacia de las vacunas que han sido inoculadas ya a un importante porcentaje de la población”, afirmaban recientemente en un comunicado. Galicia, con un censo de 71.479 reproductoras, concentra el mayor volumen de negocio del sector: tres de cada cuatro explotaciones de visón americano están aquí. Santiago de Compostela, Abegondo, A Baña, Oza-Cesuras, Negreira, Sobrado dos Monxes, Curtis y Carral son los concellos afectados por estos brotes.

SALUD FÍSICA Y MENTAL DE LOS ANIMALES

Además de que las granjas, según los expertos, pueden ser cuna del desarrollo de enfermedades futuras, los ecologistas ponen el foco sobre el bienestar de los animales, hacinados en pequeñas jaulas la mayor parte del tiempo. El cautiverio les provoca daños físicos, como heridas en colas, ojos y cuello -algunos ejemplares incluso desarrollan infecciones en la piel-, y mentales, con comportamientos como los movimientos repetitivos en un espacio diminuto.

Por otro lado, las imágenes publicadas por la ONG 'Tu abrigo su vida' muestran como en muchas de estas granjas se abandonan los cuerpos de los animales fallecidos a la intemperie o directamente se deja los cadáveres en la propia jaula.