Thiago Galhardo recuerda cómo se hace aquello de marcar goles 230 días después
El brasileño, con gol al Mallorca, se estrena con el Celta de Vigo más de 600 minutos después.
El brasileño, con su gol al Mallorca, se estrena con el Celta de Vigo más de 600 minutos después.
Thiago Galhardo | Foto: RC Celta
Tuvieron que pasar 639 minutos, pero Thiago Galhardo ya sabe lo que es celebrar un gol como celeste. 193 días desde que el brasileño aterrizó en Vigo, 6 meses, diez días y unas cuantas horas hasta ver puerta. La pólvora del ex del Inter de Porto Alegre parecía haberse mojado por completo, pero ayer, ante el Mallorca, el de San Joao del Rei pudo desquitarse abriendo la lata en un partido loco y que tuvo un feliz desenlace en el minuto 97 con el gol de Iago Aspas desde los once metros que dio el triunfo a los locales por 4-3.
Galhardo se quitó así una losa muy pesada que arrastraba desde su desembarco en Europa el pasado verano, momento en el que marcó su último gol, todavía en el Inter, el 19 de julio. Y es que, sin acierto, técnico y afición sabían reconocer la entrega del carioca, que había cuajado grandes actuaciones con la elástica celtiña, pero siempre negado cara a puerta. Prueba de ello fue la titularidad que le concedió ayer Coudet, su principal valedor, en un partido, no trascendental, pero sí capital para subir el ánimo en un Celta que lleva semanas en tierra de nadie, con la permanencia prácticamente conquistada pero con el tren de Europa cada vez más y más lejos.
Galhardo había demostrado hasta ahora movilidad y corazón en todas las veces que le tocó formar parte de la partida, pero el cañón siempre desviado. Ayer la suerte le sonrió al caer sobre sus pies el rechace de un disparo de Cervi que se estrelló en el travesaño. No fue la acción más difícil de su carrera, pero el nueve estuvo acertado a la hora de buscar el balón suelto y acomodar el pie para un disparo raso y seco a la red.
“Esto me dará mucha confianza, ya dije en otras ocasiones que cuando marcase el primero sería más fácil”, comentó al finalizar el partido, a la vez que se acordó de su familia en Brasil, a los que dedicó la diana. Galhardo cree que su equipo todavía puede pelear por Europa, pero hay que seguir “peleando” e ir “partido a partido” para lograr el objetivo.
Ahora Galhardo tiene otro reto: hacerse indispensable en el tramo final de temporada. Tiene muy difícil quedarse en el Celta por su edad (32 años) y por la competencia en su parcela, pero ha despertado el interés del Corinthians en Brasil. Hacer un buen papel en sus últimos días en Vigo pueden abrirle una gran oportunidad este verano.
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