Camilo Franco, director del Culturgal: "Tenemos que hacer entender que la cultura no es algo prescindible"

Faltan solo unas semanas para que la XVI Edición del Culturgal abra sus puertas. Un año más, la feria más importante de las industrias culturales de Galicia recibirá a miles de visitantes en el Pazo da Cultura de Pontevedra, que será la capital cultural del país del 1 al 3 de diciembre. Para la edición de este año se esperan muchas novedades, empezando por la dirección, que recae en el periodista cultural y escritor Camilo Franco, que toma el testigo de Eva Alonso.
 

“Llevo toda la vida moviéndome en torno a la cultura, a la gestión cultural, a la prensa cultural… Este podía entenderse como un paso lógico en mi trayectoria, porque el Culturgal es un referente de todo esto”, define Franco. Con la mirada fresca, el nuevo director pretende que la feria sea “mucho más evento y menos exposición”. 

“Tendrá más actividades. Vamos a ganar el espacio del Pazo para ocuparlo con más actividades, con más eventos, con cosas que suceden para el visitante. Esa es nuestra principal orientación”, comenta Franco. El otro objetivo era ampliar la participación profesional y se ha cumplido con creces. “La exposición y el número de puestos es incluso un poco mayor que el de otros años. Si no contamos con más gente es sencillamente porque no tenemos espacio para más, es un recinto que se queda siempre pequeño. Es una buena noticia pero un problema que tendremos que solucionar en el futuro”, admite.

Para que el Culturgal se celebra hay que poner en consonancia a muchas instituciones y administraciones. Solo la propia Asociación Culturgal está compuesta por cinco colectivos distintos, lo que obliga a tener un diálogo muy abierto con todos los actores implicados. “El Culturgal es un evento aceptado, donde todos reconocen su importancia y singularidad, así como la necesidad de que siga creciendo. No hay que convencer a nadie ni explicar qué es. Hablamos de un evento único no solo en Galicia; reunir disciplinas tan distintas de la cultural en un mismo lugar y al mismo tiempo no lo hay en tantas culturas”, celebra Franco.
 

“NO HAY UNA SOLA CULTURA, HAY VARIAS EN GALICIA”

Esa conexión entre distintas disciplinas es la que permitió en el pasado que muchos pequeños proyectos se consolidasen y creciesen. El Culturgal sirve también como trampolín para jóvenes promesas, que encuentran en la feria un escaparate para atraer la atención sobre ellos. Ahora, la motivación de la feria pasa por “conseguir públicos para la culturas gallegas”, considera Franco, que ve en esta edición una oportunidad para consolidar que “no hay una sola cultura gallega, hay varias culturas en Galicia”. 

“Galicia ha ido alcanzando niveles de excelencia cultural en casi todos los campos. Hay un reto que es conseguir públicos, situar determinadas expresiones en un lugar de visibilidad. Ese es un trabajo que tenemos que asumir como propio, ser una plataforma de visibilidad para la corriente principal y las expresiones culturales que van naciendo. Tenemos que ser capaces de dar esa visibilidad”, manifiesta Franco.
 

Sucede que este es un momento especialmente delicado, ya que la incertidumbre económica suele golpear al sector sector cultural en los momentos de crisis, ya que este es un capítulo que sale mal parado en este sentido. La gente se priva en muchas ocasiones de asistir a espectáculos o consumir ciertos productos, y desde el sector son muy conscientes de esta circunstancia. “Lo vemos. Lo sufrimos. Pero la incertidumbre económica no va a desaparecer, la cuestión es cómo conseguimos que se entienda que la cultura no es algo prescindible. Hay cuestiones que son prioritarias y que todos conocemos, y la cultura tiene que estar en ese nivel”, razona Franco, al tiempo que orienta la estrategia del sector a recuperar la “clase media cultural”.
 

“Tenemos cada vez más eventos de alto nivel y caros. Nos falta una clase media cultural que se ha ido perdiendo, tanto de producción como de consumo. Es un efecto que se está dando en todo el mundo. Vemos que el dinero tiene tendencia a concentrarse y que la oferta media se reduce. Pasa en la música, en el cine, en la literatura… Rosalía en un concierto pone las entradas a 90 euros y llena el aforo. Hay un consumo cultural. La cuestión es por qué otras expresiones culturales no alcanzan ya no ese nivel, sino un término medio”, argumenta Franco. 

CINE, MÚSICA, DIVERSIÓN…

El director del Culturgal considera que en el caso de las culturas que se dan en Galicia esa carencia es “más acusada” porque “partimos de un punto de partida menos férreo en su relación con los públicos”. No obstante, sí reconoce que, en ese camino de la excelencia cultural, hay disciplinas, como el audiovisual, que han crecido exponencialmente en la comunidad. El último gran ejemplo es ‘O Corno’, una película en gallego que arrasó en el Festival de San Sebastián. 

“Hay determinados trabajos culturales que son un modelo a seguir. Hay que ver si conseguimos generalizar ese funcionamiento. Hasta ahora tenemos excepciones que funcionan, pero tenemos que hacer funcionar a la norma. Sucede cada cierto tiempo en Galicia que hay un producto que llama la atención y que funciona muy bien abriendo un camino. Tenemos que seguir esa senda y ver como lo consolidamos para que pase a ser un comportamiento habitual”, matiza. 
 

Otro gran ejemplo es la nueva ola de la música gallega, donde cada vez son más los artistas que se atreven a producir sus temas en gallego y con gran éxito de público y de crítica. Una nueva ola que se ha visto favorecida por la irrupción de talentos jóvenes como Berto, Tanxugueiras, Fillas de Cassandra, Baiuca o Mondra, algo que Franco achaca a “una cuestión generacional”. 

“Ha ocurrido siempre. Cada generación escoge un modelo musical con el que se identifica y ahora hay una escena musical en Galicia intergeneracional pero movida en gran parte por los jóvenes. Hay mucha variedad en esa oferta y demuestra una gran vitalidad por parte de los creadores y de un público que se identifica de forma clara con esos trabajos”, explica Franco.

Con estos ingredientes, la proyección del Culturgal es que será “un espacio de diversión”. “Es a donde lo tenemos que enfocar. La cultura tiene que valer para enseñarnos y aprender, pero también para disfrutar y entretenernos. Podemos conseguir las dos cosas de manera automática”. Aunque se trate de su debut y a la espera del resultado, el director del Culturgal no puede garantizar que las próximas ediciones lleven su firma porque “no depende de mí; no depende del entrenador decidir si dirige al equipo el año que viene, porque hay personas que toman esa decisión”. Lo que sí asegura es que “habrá muchos más Culturgales”. Que así sea y por muchos años.