El largo camino del Museo Carlos Maside para ser declarado BIC

La declaración como BIC del Museo Carlos Maside ha sido un proceso largo y complejo, con más de una década de gestiones y presiones. La urgencia del anuncio se hizo palpable en los días previos a la fecha límite del 1 de agosto, cuando el expediente de declaración estaba a punto de expirar.

El BNG (Bloque Nacionalista Galego), a través de su portavoz de Cultura en el Parlamento gallego, Mercedes Queixas, había advertido repetidamente sobre la inminente caducidad del expediente. Desde los medios también se recordó el 15 de julio la fecha límite del 1 de agosto, destacando la preocupación de diversas entidades culturales que denunciaban la "pasividad" de la Xunta y reclamaban una acción urgente para evitar la pérdida de un legado artístico clave para la memoria histórica gallega.

Precisamente, el día del anuncio, diversas asociaciones, colectivos, entidades, fundaciones y federaciones se reunieron en los locales de la Agrupación Cultural Alexandre Bóveda para analizar la situación del museo. A pesar de la buena noticia, la reunión se mantuvo para seguir tratando el tema como si un halo de inseguridad rodease la declaración BIC.

Un tesoro artístico y arquitectónico bajo protección
La declaración como BIC realizada por la Xunta de Galicia otorga el reconocimiento del inmueble y de una colección de 1.447 obras con la máxima protección debido a su valor histórico, arquitectónico y artístico. Esta resolución tendrá que hacerse oficial en breve con su publicación en el Diario Oficial de Galicia (DOG).

El Museo Carlos Maside, ideado en los años 70 para albergar arte gallego de vanguardia y dar visibilidad a artistas en el exilio, custodia obras del propio Maside, así como de figuras tan relevantes como Daniel Castelao, Luis Seoane, Díaz Pardo, Laxeiro, Xulia Minguillón, Colmeiro, Urbano Lugrís, Asorey o Maruxa Mallo. La anterior directora xeral de Patrimonio Cultural, María do Carme Martínez Ínsua, había asegurado en el Parlamento que la colección del museo está formada por 1.800 piezas de 200 artistas diferentes, pero la declaración BIC protege una parte de esta vasta colección. Actualmente, la colección cuenta con 2.100 obras, de las cuales 500 están en exposición permanente. La planta baja exhibe obras de Castelao y del movimiento renovador; la segunda, artistas y movimientos desde la Guerra Civil hasta la actualidad; y la última, colecciones de dibujo humorístico y cómic.

Además de la riqueza de sus fondos, el recinto destaca por su valor arquitectónico, diseñado por Andrés Fernández-Albalat con estructuras hexagonales. Tras años cerrado, el grupo Sargadelos acometió su reparación y lo reabrió en julio de 2023, después de siete años de trabajos. Coincidiendo con su reapertura, su actual gestor propuso el cambio de nombre a Museo Sargadelos-Carlos Maside, una decisión no exenta de polémica. Camilo Díaz, hijo de Isaac Díaz Pardo, llegó a considerar este hecho un intento de apropiación ilegal.

El anuncio de la declaración BIC subraya que "a su valor arquitectónico se une su papel en la promoción y difusión de la obra de un grupo de artistas marcados por el exilio y por las generaciones posteriores que tomaron el relevo en su trabajo para reforzar y actualizar una identidad cultural gallega propia fundamentada en las más avanzadas tendencias artísticas y de pensamiento europeas". Con la inclusión del Carlos Maside, Galicia suma ya 790 bienes de interés cultural. Esta declaración se une a la de la Fábrica de Sargadelos, en el ayuntamiento lucense de Cervo, declarada BIC en la categoría de monumentos desde 2015.

Luces y sombras de una declaración parcial
A pesar de la satisfacción generalizada por la protección del museo, la declaración BIC ha generado algunas críticas, especialmente por la exclusión del Complejo Industrial de Cerámicas do Castro.

Carlos Babío, presidente de la Comisión por la Recuperación de la Memoria Histórica de A Coruña, valoró la declaración como un paso positivo, pero se mostró a la espera de leer el texto completo de la declaración. Su crítica se centra en que la Xunta declare exclusivamente el Museo Carlos Maside y deje fuera el proyecto industrial ideado por Isaac Díaz Pardo y Luis Seoane, que considera esencial para comprender el valor total del lugar. "Esto no se entiende viendo que se declaró en su día las cerámicas de Sargadelos, cuando la matriz de la marca es en O Castro, no en Sargadelos", afirmó. Para Babío, la decisión "responde a otros intereses, pero no a los culturales ni patrimoniales".

Babío advirtió que la declaración no debe ser solo formal: "Esperamos que esta declaración BIC ponga en valor el museo; no es simplemente cumplir la ley de forma rutinaria". Denunció el estado actual de la instalación, que consideró "de total abandono", con un funcionamiento muy limitado. "No hay una visita guiada, no se permiten visitas de grupos escolares, no hay un proyecto de musealización, no hay nada detrás de esa apertura".

Por su parte, el Concello de Sada celebró la declaración como un reconocimiento "merecido a un espacio fundamental para entender la historia cultural y artística de Galicia en el siglo XX". El alcalde, Benito Portela, destacó que esta declaración sitúa a Sada como un referente patrimonial, sumando el Museo Carlos Maside a A Terraza y el pazo de Meirás como bienes inmuebles reconocidos como BIC en el municipio. El ejecutivo municipal insistió en que el valor del complejo va más allá del museo en sí, formando parte de un proyecto que "revolucionó la relación entre industria, arte y cultura en Galicia".

La postura de Sargadelos
El administrador único de Sargadelos, Segismundo García, confirmó haber autorizado la declaración, pero se mostró rotundo en su negativa a extender la protección BIC a la fábrica de O Castro: "Yo me opuse y sigo oponiéndome". Aclaró que "la propiedad y la gestión sigue siendo del grupo Sargadelos, en este caso de la Fundación Sargadelos".

La postura de Segismundo García ha sido un factor clave en las demoras y controversias. En el pasado, el empresario había puesto condiciones a la apertura del museo, llegando a amenazar con paralizar obras y cerrar el museo al público si se extendía la declaración BIC a todo el complejo industrial. Aunque la declaración actual no incluye la fábrica, la "conformación" del propietario fue un requisito para su aprobación.

La declaración BIC del Museo Carlos Maside es un paso crucial para la protección de un patrimonio cultural invaluable, que da voz al arte gallego contemporáneo. Aun así, las conversaciones sobre la extensión de esta protección a todo el complejo industrial seguramente continuarán.